Eslovaquia considera posibilidad de entregar aviones de combate inactivos a Ucrania
Eslovaquia acoge actualmente a miles de soldados de la OTAN mientras la aviación aliada patrulla sus cielos
Eslovaquia, un antiguo satélite soviético, ha sido miembro de la OTAN desde 2004, pero la realidad de pertenecer a la alianza militar más grande del mundo realmente surgió después de la invasión rusa a Ucrania hace un año.
El pequeño país centroeuropeo acoge actualmente a miles de soldados de la OTAN mientras la aviación aliada patrulla sus cielos, lo que le ha permitido al gobierno eslovaco sopesar la idea de ceder a la vecina Ucrania sus inactivos aviones caza MiG-29. Si al final acuerda entregar a Kiev sus aviones de combate, se convertiría en la primera nación de la OTAN en hacerlo. Al mismo tiempo, Bratislava se desharía al mismo tiempo de sus aviones de la era soviética, difíciles de pilotar.
El ministro de Defensa de Eslovaquia, Jaroslav Nad, se muestra agradecido.
“Yo diría que la República Eslovaca es un país más seguro en un mundo menos seguro”, declara Nad a The Associated Press durante una entrevista en Bratislava, la capital y mayor ciudad de Eslovaquia.
“Recordamos bien lo que era tener ocupantes en nuestro territorio”, agrega, aludiendo a la invasión militar encabezada por los soviéticos a la antigua Checoslovaquia en 1968. Eslovaquia se separó pacíficamente de Checoslovaquia en 1993, cuatro años después de la caída del régimen comunista.
El país de 5,4 millones alberga un grupo de batalla con soldados de Alemania, Eslovenia, Estados Unidos, Holanda, Polonia y República Checa, luego de que la OTAN trató de tranquilizar a los miembros en su flanco oriental, preocupados por una posible amenaza rusa.
“El mensaje detrás del despliegue de todas esas unidades es simple”, expresa a la AP el coronel checo Karel Navratil, comandante del grupo de batalla. “Nuestra tarea es la disuasión... disuadir a un agresor potencial de extender su agresión a los estados miembros de la OTAN”.
Se crearon unidades similares en Hungría, Rumania y Bulgaria después de la invasión a gran escala de Rusia a Ucrania en febrero de 2022. Esas unidades complementan otras cuatro desplegadas durante 2017 en los tres estados bálticos y Polonia, para expandir la presencia de la OTAN desde el Báltico hasta el Mar Negro.
En los campos de entrenamiento militar de Lest, entre colinas cubiertas de nieve del centro de Eslovaquia, los soldados realizaron recientemente ejercicios conjuntos con escenarios que incluían ataques con drones o artillería, la respuesta a un ataque químico o la liberación de zonas tomadas por las fuerzas enemigas.
Se tiene previsto que la fuerza multinacional esté “lista para el combate” en marzo, asegura Navratil.
Eslovaquia trabaja también para actualizar sus propias fuerzas armadas a los estándares de la OTAN y eso ha demostrado ser una bendición para la asediada Ucrania, donde ha ido a parar gran parte del antiguo armamento pesado de la era soviética de Eslovaquia.
Eso ha incluido misiles de defensa aérea S-300, helicópteros, miles de cohetes para lanzadores múltiples Grad y decenas de vehículos blindados. A cambio, Eslovaquia ha recibido baterías estadounidenses de defensa antiaérea Patriot desplegadas temporalmente con las tropas norteamericanas, alemanas y holandesas, y recibió tanques alemanes Leopard y sistemas de defensa antiaérea Mantis.
En total, Eslovaquia ha entregado armas a Ucrania por valor de casi 168 millones de euros (179 millones de dólares) y también ha recuperado más de 82 millones de euros (87 millones de dólares) a través de un fondo específico de la UE.
En medio de renovados pedidos de aviones caza a los países occidentales, Eslovaquia analiza entregar a Ucrania 10 de sus 11 aviones MiG-29 de fabricación soviética, con el undécimo reservado para un museo eslovaco, según el ministro de Defensa Nad.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, solicitó directamente los aviones al primer ministro eslovaco, Eduard Heger, durante una cumbre de la Unión Europea en Bruselas en febrero.
Si Eslovaquia acuerda entregar a Kiev sus aviones de combate, se convertiría en la primera nación de la OTAN en hacerlo.
El gobierno eslovaco dejó en tierra sus MiG durante el verano debido a la falta de repuestos y expertos en mantenimiento después de que los técnicos rusos regresaran a su país. Sin embargo, la fuerza aérea de Ucrania, que ya vuela cazas MiG 29, estaría feliz de tenerlos.
“No usaremos los MiG nunca más”, asegura Nad. “No tienen ningún valor real para nosotros. Si se los damos a Ucrania, pueden ayudar a salvar sus vidas”.
Se espera una decisión final dentro de unos días o semanas.
Desde que los MiG de Eslovaquia se quedaron en tierra, Polonia y República Checa —también miembros de la OTAN— han estado vigilando el espacio aéreo eslovaco. Hungría se les unirá a finales de este año.
Bratislava firmó un acuerdo para comprar a Estados Unidos 14 aviones de combate F-16 Block 70/72, pero el inicio de su entrega se pospuso dos años, hasta principios de 2024.
Nad enfatiza que su país respondió a la necesidad de armas de Ucrania a pesar de una crisis política de largo plazo que resultó en la caída del gobierno en diciembre después de una moción de censura.
“Que Ucrania sea capaz de defenderse de la agresión rusa es absolutamente en nuestro interés nacional y estatal, tanto de seguridad como de defensa”, expresa.
No obstante, no todos en Eslovaquia lo creen así.
La presidenta eslovaca, Zuzana Caputova, pidió al gobierno que se mantuviera en el cargo, aunque con poderes limitados, hasta las elecciones anticipadas de septiembre, en las que la oposición tiene buenas posibilidades de ganar.
Sus líderes incluyen al ex primer ministro populista Robert Fico, quien se opone a dar apoyo militar a Ucrania y a las sanciones de la UE contra Rusia. Además, Fico ha dicho que el gobierno de Eslovaquia no tiene mandato para entregar aviones de combate a Ucrania.
El gobierno está esperando asesoramiento jurídico sobre el tema.
Sin embargo, Nad declara a la AP que un acuerdo sobre los MiG sería “realmente beneficioso para todos los involucrados”.
“Y desde ese punto de vista, realmente no puedo imaginar que alguien crea razonablemente que no quiera ayudar a Ucrania, (salvando) vidas humanas al tiempo que aumentamos nuestras defensas”, añade.