A pesar del alto el fuego, el camino hacia la paz duradera y la reconstrucción en Gaza es incierto
El frágil alto el fuego en Gaza condujo el lunes a la liberación de rehenes israelíes y de prisioneros palestinos retenidos por Israel. Fue la culminación de un proceso largo y tortuoso, pero podría ser que, a fin de cuentas, haya sido la parte más fácil.
Las próximas semanas, meses y años requerirán más que sólo reconstruir a partir de la devastación que ha dejado gran parte de Gaza en ruinas. Detalles clave del plan de paz podrían permanecer sin resolverse. Será necesario negociar detalles minuciosos para mantener el plan en marcha y prevenir la reanudación de los combates. El camino hacia la paz a largo plazo, la estabilidad y la reconstrucción será una ruta larga y muy empinada.
"Los primeros pasos hacia la paz son siempre los más difíciles", afirmó el presidente estadounidense Donald Trump mientras se encontraba con gobernantes extranjeros en Egipto el lunes para una cumbre sobre el futuro de Gaza. Elogió el acuerdo de alto el fuego que negoció entre Israel y Hamás, llamándolo el fin de la guerra en Gaza y el comienzo de la reconstrucción del devastado territorio.
Y aunque Trump expresó optimismo de que la parte más desafiante ha terminado —"la reconstrucción tal vez va a ser la parte más fácil. Creo que hemos hecho gran parte de lo más difícil, porque el resto viene junto"—, otros fueron más cautelosos sobre las complejidades que se avecinan.
"La paz tiene que comenzar en alguna parte", expresó Mona Yacoubian, directora del Programa de Oriente Medio en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un organismo estadounidense de investigación. Dijo que se trata de un momento importante y "eufórico".
Pero, advirtió Yacoubian, "desafortunadamente, creo que hay varios puntos potenciales de fracaso en el futuro".
Aún falta solucionar muchas cosas
Tal como se presentó públicamente, el plan está lleno de interrogantes sin respuesta.
No está claro cómo y cuándo Hamás debe desarmarse, y adónde irán sus armas, ni los planes para la retirada de Israel de Gaza. Se establecerá una nueva fuerza de seguridad para Gaza, compuesta por soldados de otras naciones, pero no se sabe qué países enviarán efectivos, cómo se utilizarán ni qué sucederá si encuentran resistencia. Tampoco está claro quién integrará una junta de gobierno temporal para Gaza, dónde estará ubicada y cómo responderá la población.
Para resolver esos detalles y evitar que vuelva a haber combates, Estados Unidos y otras naciones que impulsaron el alto el fuego deben continuar ejerciendo presión y dedicar atención, dicen los expertos.
Todo eso se superpone a un legado de conflicto, profunda desconfianza entre las partes y una posibilidad vaga y condicional de que a la larga haya un Estado palestino, un tema que ha sido un punto de fricción central durante décadas. "Cuando te das cuenta de lo lejos que tienen que llegar las cosas para que esa pausa actual se mantenga, ahí es donde creo que se vuelve muy desalentador", apuntó Yacoubian.
Desde que la guerra comenzó con los ataques de Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023, ha habido otros dos ceses del fuego sin ningún avance más allá de pausas temporales en los combates e intercambios limitados de rehenes y prisioneros. Hamás exigía un cese permanente de los enfrentamientos e Israel la liberación de todos los rehenes, y mientras las partes insistían en eso, las conversaciones sobre arreglos de posguerra nunca despegaron. Esas posiciones comenzaron a cambiar después de que Trump fue reelegido, ya que aprovechó su poder y relaciones —tanto con Israel como con mediadores árabes con influencia sobre Hamás— para impulsar las cosas hacia adelante.
Hay muchas razones para el escepticismo
A pesar del entusiasmo por este último acuerdo, hay razones para el escepticismo, de las cuales no es la menor el hecho de que los intentos de Estados Unidos de poner fin al conflicto palestino-israelí han fracasado durante décadas.
A partir de la Conferencia de Madrid de 1991 y pasando por varias iteraciones —incluidos los históricos Acuerdos de Oslo en 1993 y 1995, que crearon la Autoridad Palestina—, todos los empeños hasta 2014 para reiniciar el proceso se vinieron abajo.
Lucy Kurtzer-Ellenbogen, investigadora del Instituto de Oriente Medio, indicó que el actual alto el fuego es "una pausa bienvenida y significativa, pero frágil". Ahora, dijo, es una cuestión de "si se viene abajo por completo y sólo sirve como una oportunidad para que ambas partes se reagrupen, en lugar de una plataforma de lanzamiento para el progreso en estos temas. Eso dependerá de que el presidente Trump y los otros actores con los que se está coordinando se mantengan en ello".
En la propuesta de paz negociada por el gobierno de Trump, sigue sin estar claro en qué medida se han alcanzado acuerdos sobre dos de los mayores puntos de fricción: la extensión de la retirada de Israel y qué tanto se retirará Hamás del poder. Israel sigue controlando aproximadamente la mitad de Gaza.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu fue cauteloso el lunes al decir que está "comprometido" con el plan de paz de Trump, pero no ha declarado el fin de la guerra. En los últimos dos años ha prometido repetidamente lograr la "victoria total" sobre Hamás.
Hamás, aunque debilitado después de dos años de guerra, está lejos de estar fuera del gobierno y completamente desarmado como pretendía Netanyahu. Él depende de socios de coalición de línea dura que se oponen al fin de la guerra, y al declararla terminada, el primer ministro podría ver a su gobierno desmoronarse y tener que convocar a elecciones anticipadas en un momento en que su popularidad sigue siendo baja y sus objetivos de la guerra no se han cumplido. Los próximos comicios están programados para octubre del año próximo.
Tampoco está claro quién supervisará todo en una así llamada "Junta de Paz", que Trump dijo que él presidirá. A pesar de que el plan de Trump anunciaba que el ex primer ministro británico Tony Blair ayudaría a encabezar la junta, el mandatario también hizo el domingo que eso sonara tentativo. Los palestinos han expresado su descontento por la posible participación de Blair.
"Me cae bien Tony. Siempre me ha caído bien Tony, pero quiero asegurarme de que sea una selección aceptable para todos", declaró Trump a los periodistas mientras volaba hacia Israel.
Lo que queda por limpiar está devastado
El resolver todos esos detalles está inmerso en el contexto de que la Franja de Gaza necesita una "rehabilitación masiva", apuntó Kurtzer-Ellenbogen, y que su población ha sufrido un trauma físico y psicológico incesante.
Decenas de miles de palestinos han perdido la vida. Más del 90% de la población de Gaza, que supera los 2 millones de personas, está desplazada. El sistema de atención médica está destrozado. Las casas y edificios están arrasados. Las tierras de cultivo están devastadas. El hambre es generalizada.
Esas necesidades urgentes deberán abordarse mientras que simultáneamente se establecen los sistemas de seguridad y gobierno transicionales. "Realmente aquí no es posible darse el lujo de establecer una secuencia", observó Kurtzer-Ellenbogen. "Todo tiene que suceder al mismo tiempo".
El Banco Mundial, Naciones Unidas y la Unión Europea calcularon este año que el costo de reconstruir Gaza sería de aproximadamente 53 mil millones de dólares. Se prevé que Estados árabes ricos ayuden con ese costo, pero se presupone que esa participación sea recibida con garantías de que habrá un camino hacia la independencia palestina y no se reanudarán los combates. El mayor punto de fricción es la creación de un Estado palestino, que el plan de Trump presenta como una posibilidad sólo después de un largo período de transición en Gaza y un proceso de reforma en la Autoridad Palestina. Es algo a lo que Netanyahu y sus socios se oponen.
Yacoubian dijo que el acuerdo alcanzado por el gobierno de de Trump parecía "deliberadamente muy vago" sobre el tema de la creación de un Estado palestino. Parecía diseñado, dijo, para "alcanzar un delicado equilibrio entre lo mínimo que los palestinos y sus partidarios árabes aceptarán" sin mencionar una "solución de dos Estados", que para Israel parece seguir siendo una idea inaceptable.
De regreso a Estados Unidos el lunes por la noche, Trump evadió responder las preguntas sobre un Estado palestino independiente y les dijo a los periodistas que eso era separado de su plan para reconstruir Gaza.
"A mucha gente le gusta la solución de un solo Estado. A algunas personas les gusta la solución de dos Estados. Ya veremos", manifestó Trump.
Y agregó: "En algún momento dado decidiré lo que creo que es correcto, pero estaría en coordinación con otros Estados y otros países".
Robert Wood, embajador adjunto de Estados Unidos ante la ONU durante el gobierno del presidente Joe Biden, vetó varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que pedían ceses del fuego inmediatos en Gaza. Advirtió que la próxima fase será difícil y "requerirá una cantidad tremenda de trabajo".
"El gobierno necesita mantenerse comprometido, especialmente en los niveles más altos, si es que esto tiene una oportunidad de funcionar", observó Wood. "Es un buen día, pero la guerra aún no ha terminado".
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Los periodistas de The Associated Press Matthew Lee en Washington, Josef Federman en Truro, Massachusetts y Darlene Superville a bordo del Air Force One contribuyeron a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.