El viaje soñado de una turista brasileña termina en tragedia en un volcán de Indonesia
Juliana Marins cayó por un acantilado mientras hacía senderismo en el monte Rinjani; su rescate tomó cuatro días de intensas operaciones
Una turista brasileña que cayó por un acantilado mientras realizaba senderismo en un volcán activo de Indonesia fue hallada sin vida el martes, tras cuatro días de intensas labores de búsqueda marcadas por el terreno escarpado y las condiciones meteorológicas adversas.
Juliana Marins, de 26 años, bailarina y publicista oriunda de Niterói, una ciudad situada frente a la bahía de Río de Janeiro, resbaló durante una caminata grupal cerca del cráter del monte Rinjani, el segundo volcán más alto de Indonesia, en la isla de Lombok.
El accidente ocurrió el sábado por la mañana, mientras Marins participaba en una excursión junto a otros cinco turistas extranjeros y un guía local. Según los informes, perdió el equilibrio y cayó por un acantilado en un descenso de aproximadamente 600 metros. La caída se produjo alrededor de las 6:30 a. m., hora local, en un estrecho sendero que bordea el espectacular borde del cráter volcánico.
Sobrevivió a la caída inicial y, de acuerdo con los reportes, fue vista con vida, moviéndose y pidiendo ayuda. No obstante, los esfuerzos de rescate se vieron obstaculizados por la densa niebla, la presencia de arena suelta y las difíciles condiciones del terreno, marcado por pendientes escarpadas e inestables.
Uno de los excursionistas que la acompañaba relató a la televisión brasileña que el sendero presentaba condiciones extremadamente resbaladizas y que, en ese momento, la visibilidad era muy limitada, según reportó la BBC.

El cuerpo de Juliana Marins fue localizado el martes por los equipos de rescate, quienes emplearon un dron térmico para rastrear la zona. Yacía cerca de la pared del cráter y fue declarada muerta en el lugar.
Marins se encontraba recorriendo Asia como mochilera desde febrero. En ese tiempo, había visitado Filipinas, Vietnam y Tailandia, antes de llegar a Indonesia. A través de sus redes sociales, compartía con frecuencia su amor por el baile y su pasión por los viajes.
En su última publicación en Instagram, difundida el 11 de junio, compartió imágenes de su estancia en Indonesia junto con un mensaje que decía: “Si no lo intentas, nunca volarás”. Desde entonces, la publicación ha superado los 198.000 “me gusta”.
La desaparición de Juliana no tardó en convertirse en noticia de portada en Brasil.
Una cuenta de Instagram creada por su familia para difundir actualizaciones sobre el rescate acumuló más de 1,6 millones de seguidores. En todo el país, se multiplicaron los mensajes de apoyo y las oraciones, mientras las autoridades indonesias redoblaban esfuerzos para localizarla en medio del traicionero paisaje volcánico.
Tras confirmarse su fallecimiento el martes, su familia publicó el siguiente mensaje: “Hoy, el equipo de rescate logró finalmente acceder al lugar donde se encontraba Juliana Marins. Con profundo pesar, confirmamos que no sobrevivió. Expresamos nuestra sincera gratitud por cada oración, cada mensaje de cariño y todo el apoyo que hemos recibido durante estos días difíciles”.
Con una altitud de 3.726 metros, el monte Rinjani es conocido por sus espectaculares vistas panorámicas y constituye uno de los principales destinos de senderismo en Indonesia.
En imágenes captadas por un dron, presuntamente poco después de la caída de Juliana Marins, la mostraban aún con vida. Videos térmicos y grabaciones realizadas con teléfonos móviles la registraron moviéndose en la base del acantilado, sentada erguida sobre el suelo gris y volcánico. De acuerdo con los reportes, sus gritos de auxilio fueron escuchados tanto por otros excursionistas como por los equipos de rescate que ya se encontraban en la zona.
Sin embargo, cuando los rescatistas lograron descender aproximadamente 300 metros hasta el punto donde se creía que se encontraba Juliana Marins, no la encontraron. La niebla había cubierto la zona y el dron térmico no pudo detectar señales de su presencia. La inestabilidad del terreno, compuesto por arena suelta y blanda, complicó los intentos de alcanzarla con cuerdas desde la cima.
Para el lunes, los informes indicaban que había resbalado aún más profundamente en el barranco: desde una estimación inicial de 150 metros de profundidad el sábado, hasta cerca de 600 metros.
A medida que las labores de rescate se prolongaban, también crecían las tensiones diplomáticas entre Brasil e Indonesia. En un momento, la embajada brasileña en Yakarta acusó a las autoridades indonesias de difundir información errónea, al asegurar que Marins había sido rescatada y que estaba recibiendo agua y alimentos, cuando en realidad seguía desaparecida.
El gobierno de Indonesia no emitió una respuesta inmediata ante dicha acusación.
Mariana, hermana de Juliana Marins, expresó su frustración ante la prensa local: “Pasó la noche sola, desaparecida, y ahora ya no tienen contacto visual con ella porque está deslizándose por el acantilado”, declaró. “Al principio intentaron alcanzarla con una cuerda que era más corta de lo necesario y no lo lograron”.
Para el martes, la búsqueda se reanudó con renovado esfuerzo. Los equipos de rescate finalmente lograron llegar hasta Juliana Marins, tras descender 600 metros por la peligrosa ladera del volcán.
“Uno de los rescatistas logró alcanzar a la víctima a una profundidad de 600 metros”, declaró Mohammad Syafii, jefe de la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate de Indonesia, según citó CBS News. “Al revisar, no se encontraron signos vitales. Tres rescatistas se acercaron más a la víctima y confirmaron que había fallecido”.

El cuerpo de Juliana Marins fue finalmente recuperado y trasladado a pie hasta el campamento base de Sembalun. Se tenía previsto su transporte a un hospital policial el miércoles, sujeto a las condiciones meteorológicas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil calificó el suceso como una “tragedia” y confirmó que su embajada en Indonesia colaboró estrechamente con las autoridades locales durante toda la operación de búsqueda y rescate.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva también se pronunció a través de la red social X: “Nuestros servicios diplomáticos y consulares en Indonesia seguirán brindando todo el apoyo necesario a su familia en este momento de profundo dolor”.
Por su parte, el ministro de Medio Ambiente y Silvicultura de Indonesia, Raja Juli Antoni, anunció el cierre inmediato de todas las rutas de senderismo en el monte Rinjani, como muestra de respeto hacia Marins y para facilitar las labores de evacuación.
Aunque el monte Rinjani continúa siendo un destino popular entre turistas que buscan experiencias extremas, también ha sido escenario de múltiples tragedias en los últimos años. En 2022, un excursionista portugués falleció tras caer por un acantilado cerca de la cumbre. Y apenas unas semanas antes del accidente que involucró a Juliana Marins, un escalador malasio también perdió la vida en la misma montaña.
En 2018, un terremoto de magnitud 6,4 sacudió la isla de Lombok y cientos de senderistas quedaron varados en el volcán y al menos 17 personas murieron en la región.
Traducción de Leticia Zampedri