Presentan cargos a ciudadana china en Australia bajo leyes de injerencia extranjera

Las autoridades australianas presentaron cargos el lunes a una ciudadana china por recopilar información de forma encubierta sobre una asociación budista australiana, informó la policía.
La mujer, que cuenta con residencia permanente australiana y que vive en la capital, Canberra, es apenas la tercera persona acusada desde que se promulgaron las leyes de injerencia extranjera en 2018 y la primera en enfrentar cargos por interferir con la población en general, comentó el subcomisionado de la Policía Federal Australiana (AFP, por sus siglas en inglés), Stephen Nutt.
Fue acusada en una corte de Canberra de recopilar información ilícitamente sobre una rama local de la asociación budista Guan Yin Citta en nombre de la Oficina de Seguridad Pública de China.
La asociación budista está prohibida en China. La policía no ha detallado sus supuestos objetivos.
"Alegamos que la actividad era para apoyar los objetivos de inteligencia de la Oficina de Seguridad Pública de China", afirmó Nutt a los periodistas. "Esta es la primera vez que la AFP acusa a una persona de injerencia extranjera que supuestamente involucra el objetivo de miembros de la comunidad australiana".
"La injerencia extranjera es un delito grave que socava la democracia y la cohesión social. Es un crimen cometido por o en nombre de un jefe extranjero que incluye conductas encubiertas y engañosas o amenazas de daño grave o demandas amenazantes", añadió Nutt.
La identidad de la mujer, que fue arrestada en su casa el sábado, no puede ser revelada públicamente debido a una orden judicial. Fue enviada a prisión preventiva y enfrenta una pena máxima de 15 años de prisión si es declarada culpable.
La Embajada de China en Canberra no ha respondido una solicitud de comentarios respecto al caso.
Es la primera ciudadana extranjera en ser acusada bajo las extensas leyes que crearon una brecha entre Australia y China cuando se anunciaron por primera vez en 2017.
Di Sanh Duong, un empresario nacido en Vietnam y líder comunitario local de Melbourne, fue sentenciado a dos años y nueve meses de prisión el año pasado por intentar influir en un exministro del gobierno federal en nombre de China.
El empresario de Sydney, Alexander Csergo, también fue acusado de injerencia extranjera por supuestamente aceptar pagos por información de dos presuntos espías chinos. Se declaró no culpable del cargo.
Mike Burgess, director general de la Organización de Inteligencia de Seguridad Australiana, dijo que la principal agencia de espionaje interno de la nación había tenido una participación importante en el arresto más reciente.
"Este tipo de injerencia extranjera representa un espantoso asalto a los valores, libertades y soberanía australianos", declaró Burgess en un comunicado.
La acusación se produce en un momento en que el primer ministro Anthony Albanese repara las relaciones bilaterales con China, que llegaron a su punto más bajo durante el gobierno australiano anterior por temas que incluyen las leyes de injerencia extranjera.
Albanese viajó a Beijing el mes pasado para reunirse con el presidente chino Xi Jinping por cuarta ocasión desde que el mandatario australiano fue elegido por primera vez en 2022.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.