Lince ibérico, al borde de extinción hace 20 años, se recupera gracias a esfuerzos de conservación
Hace poco más de dos décadas, el lince ibérico estaba al borde de la extinción, pero la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza dijo el jueves que ha dejado de ser una especie amenazada.
El éxito de los esfuerzos de conservación ha hecho que el felino autóctono de España y Portugal sea ahora apenas una especie vulnerable, según la última versión de la Lista Roja de la UICN.
En 2001, en la península Ibérica había apenas 62 ejemplares maduros de lince ibérico, un felino de tamaño medio y color pardo moteado, con unas características orejas puntiagudas y unos mechones de pelo laterales que se asemejan a una barba. Su desaparición estaba muy ligada a la de su principal alimento, el conejo silvestre, así como a la degradación de su hábitat y a la actividad del hombre.
Entonces saltaron las alarmas y se pusieron en marcha proyectos de cría, reintroducción y protección, y de mejora de su hábitat, el bosque mediterráneo. Esto llevó a que más de dos décadas después, en 2022, las reservas del sur de España y Portugal donde se encuentran mayoritariamente contaran con 648 ejemplares adultos. El último censo, del año pasado, indica que hay más de 2.000 entre adultos y jóvenes, apuntó la UICN.
"Es un éxito enorme, un aumento exponencial del tamaño de la población”, dijo Craig Hilton-Taylor, jefe de la unidad de la Lista Roja de la UICN, a The Associated Press .
Una de las claves para su recuperación ha sido la atención dada a la población de conejos, que se había visto afectada por los cambios en la producción agrícola. Su mejora permitió el incremento constante de la de linces, apuntó Hilton-Taylor.
“La mayor recuperación de una especie de felino jamás lograda gracias a la conservación (...) es el resultado de la colaboración comprometida entre organismos públicos, instituciones científicas, ONGs, empresas privadas y miembros de la comunidad como propietarios de terrenos, agricultores, guardas y cazadores", explicó Francisco Javier Salcedo Ortiz, que coordina el proyecto LIFE Lynx-Connect, financiado por la Unión Europea, en un comunicado.
La UICN ha trabajado también en la concienciación de la población local acerca de la importancia del lince ibérico en el ecosistema, lo que ayudó a rebajar la muerte de animales por la caza furtiva o los atropellos. Además, los agricultores reciben compensaciones si los felinos matan a alguno de sus animales, indicó Hilton-Taylor.
Desde 2010, se han reintroducido más de 400 ejemplares de lince en zonas de Portugal y España, y ahora ocupan al menos 3.320 kilómetros cuadrados en toda la península del sur de Europa, desde los apenas 449 km cuadrados de 2005.
“Tenemos que tener en cuenta todos los aspectos antes de liberar a un lince, y cada cuatro años aproximadamente revisamos los protocolos", apuntó Ramón Pérez de Ayala, responsable de proyectos especiales de World Wildlife Fund en España. WWF es una de las ONG implicadas en el proyecto.
Aunque la última actualización de la Lista Roja de la UICN ofrece esperanzas para otras especies en la misma situación, el lince no ha salido de la zona de peligro, dijo Hilton-Taylor.
La mayor incógnita es lo que ocurrirá con los conejos, un animal muy vulnerable a los brotes de virus, así como otras enfermedades que podrían transmitirles los animales domésticos.
“También nos preocupan los problemas relacionados con el cambio climático, cómo responderá el hábitat al cambio climático, en especial al creciente impacto de incendios como los que hemos visto en el Mediterráneo en los últimos uno o dos años", afirmó Hilton-Taylor.
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Brooks informó desde Copenhague, Dinamarca.