Protestan contra la política migratoria de Macron por el asesinato de Lola, una niña de 12 años
Debido a que la sospechosa del crimen es indocumentada, representantes de la extrema derecha acusan al gobierno francés de ser muy laxo en sus políticas migratorias
El asesinato en Francia de una pequeña de 12 años, identificada como Lola Daviet, no solo ha conmocionado al país, sino que desencadenado la furia de los legisladores de extrema derecha, que culpan del crimen a las políticas migratorias del presidente Emmanuel Macron.
Después de haber sido reportada como desaparecida el pasado viernes por la tarde, se descubrió el cuerpo de Lola en una maleta de plástico, en el patio del edificio de apartamentos donde vivía, en el noreste de París.
En los pies de la niña se encontraban escritos los números 0 y 1, un detalle macabro que ha horrorizado a la sociedad francesa. La autopsia reveló que Lola murió de insuficiencia cardiorrespiratoria con manifestación de asfixia y que su cuerpo tenía señales de compresión cervical.
Como principal sospechosa del crimen, las autoridades francesas arrestaron el pasado sábado a una mujer de 24 años, identificada como Dahbia B., bajo los cargos de violación y asesinato de una menor, así como de tortura, actos de barbarie y ocultamiento de un cadáver, según la Fiscalía de París. También arrestaron a un hombre de 43 años que, al parecer, le ayudó a la sospechosa al ofrecerle su automóvil.
De acuerdo con la fiscal Laure Beccuau, la presunta asesina declaró que arrastró a la niña hasta el apartamento de su hermana, que está en el mismo edificio donde vivía Lola, y ahí abusó de ella y la mató.
Las primeras investigaciones sobre el caso indican que Dahbia B. nació en Argelia en 1998 y llegó a Francia legalmente en 2016 con un permiso para estudiar. Dos años después de haber llegado fue víctima de violencia, según el ministro de Justicia de Francia, Éric Dupont-Moretti.
La sospechosa está indocumentada y sin trabajo
El pasado 21 de agosto, las autoridades francesas la detuvieron en el aeropuerto de Orly porque su permiso de residencia había expirado y le dijeron que tenía que abandonar el país. Pero, como carecía de antecedentes penales, la liberaron bajo la condición de que retornara a Argelia en los siguientes 30 días.
Al momento de ser detenida, la mujer no tenía casa, ni trabajo y se alojaba, de vez en cuando, con su hermana.
Los representantes de la extrema derecha en Francia han politizado el caso porque la mujer estaba indocumentada y han recrudecido sus ataques contra el gobierno centrista de Macron, al que acusan de ser muy laxo en sus políticas migratorias.
“Una vez más, la sospechosa de este acto de barbarie no debería haber estado en Francia. ¿Qué esperas para actuar y detener finalmente esta inmigración ilegal descontrolada?” dijo a través de su cuenta de Twitter, Marine Le Pen, quien este año se postuló sin éxito a la presidencia por tercera vez.
La primera ministra francesa, Elisabeth Borne, le respondió a Le Pen en una sesión parlamentaria que debería “mostrar algo de decencia y respeto por el dolor de la familia de la víctima”.
Sin embargo, los ataques contra el gobierno de Macron han continuado. Eric Zemmour, el controvertido representante de la extrema derecha que saltó a la fama en las elecciones presidenciales de este año, calificó en un tuit el asesinato de Lola como un “francocidio”, es decir, como la muerte selectiva de un francés.
Otras importantes figuras de la derecha también han criticado al gobierno de Macron, entre ellas el diputado republicano Éric Pauget, quien le dijo al ministro de Justicia que “Lola perdió la vida porque no expulsaste a esa súbdita”.
Se espera que en los próximos días se lleven a cabo protestas por la muerte de Lola, encabezadas por representantes de la derecha.