Tribunal de Texas vuelve a suspender ejecución de convicto en caso de bebé sacudido

El máximo tribunal penal de Texas volvió a pausar el jueves la ejecución de Robert Roberson, unos días antes de que se convirtiera en la primera persona en Estados Unidos en ser ejecutada por una condena de asesinato vinculada al diagnóstico de síndrome del bebé sacudido.
Esta fue la tercera fecha de ejecución que los abogados de Roberson han logrado suspender desde 2016, entre ellas, un intento realizado hace casi un año que fue detenido por la intervención sin precedentes de un grupo bipartidista de legisladores de Texas que creen que es inocente.
La más reciente suspensión de la ejecución fue concedida por el Tribunal de Apelaciones Penales de Texas. Roberson tenía previsto recibir una inyección letal el 16 de octubre.
Desde su primera fecha de ejecución hace más de nueve años, los abogados de Roberson han presentado múltiples peticiones ante los tribunales de apelación estatales y federales, así como ante la Corte Suprema de Estados Unidos, para intentar detener su ejecución. A lo largo de los años, también han solicitado a la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas y al gobernador Greg Abbott que impida que Robertson reciba la inyección letal, como parte de sus esfuerzos para conseguir un nuevo juicio.
Los fiscales en el juicio de Roberson, efectuado en 2003, argumentaron que golpeó a su hija de dos años, Nikki Curtis, y la sacudió violentamente, causándole un traumatismo severo en la cabeza. Afirmaron que murió por lesiones relacionadas con el síndrome del bebé sacudido.
Roberson ha proclamado durante mucho tiempo que es inocente, y declaró la semana pasada a The Associated Press en una entrevista desde el corredor de la muerte en Livingston, Texas, que nunca maltrató a su hija.
“Nunca la sacudí ni la golpeé”, afirmó.
El diagnóstico de síndrome del bebé sacudido se refiere a una lesión cerebral grave que ocurre cuando la cabeza de un niño sufre un traumatismo causado por sacudidas o algún otro impacto violento, como al ser golpeado contra una pared o arrojado al suelo.
Sus abogados y algunos expertos médicos dicen que su hija no murió por maltrato, sino por complicaciones relacionadas con la neumonía. Afirman que su condena se basó en evidencia científica defectuosa y ahora obsoleta.
En su más reciente recurso ante el Tribunal de Apelaciones Penales de Texas, los abogados de Roberson incluyeron lo que, afirman, son nuevos avances legales y científicos y análisis de expertos que muestran que la muerte de Nikki fue causada por enfermedad y accidente y no por maltrato.
Los abogados de Roberson también incluyeron una declaración conjunta de 10 patólogos independientes que dijeron que el informe de la autopsia del médico forense, que concluyó que Nikki murió por lesiones contundentes en la cabeza, “no era confiable”.
Sus abogados también afirman que existe nueva evidencia que muestra negligencia judicial en el caso. Alegan que el juez que presidió el juicio nunca reveló que fue él quien autorizó pasar por alto los derechos parentales de Roberson y permitir que los abuelos de Nikki la retiraran del soporte vital.
La oficina del fiscal general de Texas, Ken Paxton, así como algunos expertos médicos y otros miembros de la familia de Nikki, sostienen que la niña murió por maltrato infantil y que Roberson tenía antecedentes de golpear a su hija.
En un artículo de opinión publicado el 26 de septiembre en The Dallas Morning News, tres pediatras, entre ellos, dos de la Facultad de Medicina de Yale, dijeron que revisaron el caso y “están convencidos de que Nikki fue víctima de maltrato infantil”.
El síndrome del bebé sacudido ha sido objeto de escrutinio en los últimos años, ya que algunos abogados y expertos médicos argumentan que el diagnóstico ha enviado erróneamente a personas a prisión. Los fiscales y las sociedades médicas dicen que sigue siendo válido.
Entre los simpatizantes de Roberson hay legisladores liberales y ultraconservadores, e incluyen al megadonante del Partido Republicano de Texas y activista conservador Doug Deason, al autor de bestsellers John Grisham y a Brian Wharton, el exdetective de policía que ayudó a armar el caso en su contra.
___
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.