Para muchos votantes de EEUU, el debate presidencial complicó una decisión de antemano difícil
Luego del debate presidencial de esta semana en Estados Unidos la sensación es que muchos de los votantes se encuentran entre la espada y la pared.
Aparte del considerable y exaltado universo de partidarios de Donald Trump, el debate cristalizó de repente las preocupaciones de muchos estadounidenses, entre ellos una parte de los partidarios del presidente Joe Biden, de que ninguno de los dos candidatos es apto para dirigir la nación.
Previo al primer debate de la campaña para las elecciones presidenciales, los votantes se enfrentaban a la elección entre dos candidatos sorprendentemente impopulares. Vieron entonces cómo Trump contaba una sarta de falsedades con agudeza, vigor y convicción, al tiempo que Biden se esforzaba enormemente por conseguir puntos de debate e incluso por armas frases. Esto aumentó las dudas sobre la idoneidad del presidente demócrata de 81 años para seguir en el cargo cuatro años más.
Ahora, las opciones son aún más desalentadoras para muchos demócratas, votantes indecisos y republicanos anti-Trump. Muchos de ellos terminaron muy conflictuados luego de ver el debate.
El viernes, a las puertas de un supermercado de la cadena Whole Foods en el centro de Denver, Matthew Toellner, demócrata registrado, inclinó la cabeza hacia un lado, con la boca abierta, imitando a su candidato favorito, Biden, a quien se vio hacer eso a veces en la pantalla dividida cuando Trump hablaba el jueves por la noche.
“Voy a votar por Biden”, dijo Toellner, de 49 años, apoyado en el revestimiento de madera de la tienda de comestibles. “En realidad, puede que no”.
Unos minutos después, Toellner miró a la calle y se lo volvió a pensar. “Voy a votar por Biden, creo que sería un tonto si no lo hiciera. Pero odio tener que hacerlo”.
Su exhorto a Biden y a los demócratas: “Por favor, retírese, consiga a alguien elegible”.
En la banca de un parque de Detroit, Arabia Simeon se sentía políticamente desamparada tras haber votado por los demócratas en las dos últimas elecciones presidenciales.
“Da la sensación de que estamos condenados pase lo que pase”, lamentó.
El desprecio de Trump por los hechos impregnó sus argumentos, aunque rara vez se le cuestionaron los detalles durante el debate. Sobre el aborto, por ejemplo, uno de los temas que más ha dividido a Estados Unidos durante generaciones, el expresidente republicano afirmó que existe un acuerdo universal en que los estados deben decidir sobre su legalidad. Hay feroces discusiones al respecto.
Pero, ¿importa eso? La reacción del público, en docenas de entrevistas por todo el país, recordó la valoración que hizo Bill Clinton tras su presidencia sobre lo que quieren los votantes en tiempos difíciles: “Cuando la población se siente insegura, prefiere a alguien fuerte y equivocado que débil y correcto”.
El debate descolocó a Simeon igual que a Toellner.
Esta joven de 27 años, propietaria de una empresa de Detroit, llegó a la noche del debate decidiendo entre Biden y un candidato independiente, el más prominente de los cuales es Robert F. Kennedy Jr. Ahora se inclina por Biden.
“Creo que ha confirmado la sensación que tenía de que estas elecciones van a ser muy agitadas, y para mí ya no se trata de elegir el menor de los males”, dijo desde un banco del parque durante una pausa en el trabajo. “Es más bien que ambos candidatos no me parecen opciones viables”.
Simeon dijo que como persona negra y queer, “es realmente desalentador saber que no importa lo lejos que lleguemos como país, todavía vamos a tener un restablecimiento de fábrica cuando se trata del presidente y tenemos que elegir entre dos hombres blancos”.
En gran medida, los legisladores demócratas de Washington y los responsables del partido en todo Estados Unidos cerraron filas en torno a Biden a pesar del pánico que se apoderó de muchos de ellos por su desempeño en el debate. Pero sus comentarios fueron comedidos, pareciendo dejar una apertura en caso que Biden tomara la extraordinaria decisión de permitir que los demócratas encuentren otro candidato.
“Es decisión del presidente Biden lo que quiera hacer con su vida”, dijo Sharif Street, presidente del Partido Demócrata de Pensilvania y senador estatal. Hasta ahora, ha decidido que es nuestro candidato, y yo estoy con él”.
Sin duda, muchos partidarios de Biden no vieron nada que les desanimara, por mucho que tendieran a pensar que había metido la pata.
“Es preocupante”, comentó Jocardo Ralston, de Filadelfia, sobre el turno de Biden en el escenario. Sin embargo, Ralston dijo: “No estoy en conflicto, ni siento que estoy eligiendo el menor de dos males... Biden no es la opción ideal para muchos, pero es la única opción para mí, sin remordimientos ni vacilaciones”.
El estudiante de tercer año de doctorado en la Universidad de Pensilvania, cuyo trabajo se centra en las experiencias de los chicos negros y latinos queer en las aulas de educación especial, vio el debate en un bar de Cincinnati mientras visitaba la ciudad. “Todo el trabajo que hago y todo por lo que lucho está en oposición directa a Trump, sus valores y sus políticas”, señaló.
Biden tuvo una actuación más animada el viernes en un mitin en Raleigh, Carolina del Norte, donde reconoció que ya no debate como antes. “Sé cómo hacer este trabajo”, dijo. “Sé cómo hacer las cosas”. Atacó a Trump de formas que se le escaparon la noche anterior.
“Pensé: ’Bueno Joe, ¿por qué no dijiste eso anoche?”, dijo Maureen Dougher, de 73 años, que encontró a Biden “fuerte”, “definido” y “muy claro” en sus comentarios durante el mitin. En un debate visto por unos 51,3 millones de personas, según una estimación preliminar de la empresa Nielsen, la actuación de Biden “no fue tan buena como hoy”.
Amina Barhumi, de 44 años y residente en Orland Park, Illinois, está afiliada a la Coalición Cívica Musulmana y evalúa a Biden y Trump en parte por cómo espera que actúen cada uno de ellos en defensa de los intereses de los musulmanes estadounidenses. Se considera también como desmoralizada por las elecciones de los candidatos, pues asevera que escucha “esencialmente la misma retórica” de ambos.
“Tenemos opciones no tan buenas que son las favoritas”, subrayó. “Ayer fue una afirmación de exactamente eso”.
“Francamente, creo que fue muy difícil de ver”, dijo sobre el debate. “Tengo adolescentes y lo sentí como una sarta de discusiones e insultos sin sentido. Y creo que el público estadounidense espera más”.
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Los periodistas de The Associated Press Jesse Bedayn en Denver; Mike Householder en Detroit; Carolyn Kaster en Cincinnati; Melissa Perez Winder en Bridgeview, Illinois, y Makiya Seminera en Raleigh, Carolina del Norte, contribuyeron a este despacho.