Estudiantes de Utah lidian con el trauma tras el asesinato de Charlie Kirk en el campus

Un estudiante se encerró en su casa durante dos días tras presenciar e l asesinato de Charlie Kirk, nervioso por regresar al campus universitario de Utah donde el activista conservador fue abatido. Otra alumna no podía dormir ni olvidar lo que vio y escuchó, así que llamó a su padre para que la llevara a casa.
Mientras los investigadores dedican el fin de semana a profundizando en el caso del sospechoso, Tyler James Robinson, antes de su primera comparecencia ante el tribunal programada para el martes, los estudiantes que presenciaron el tiroteo del miércoles en la Universidad del Valle de Utah (UVU) lidian con el trauma, el dolor y la sombra que el asesinato ha arrojado sobre su comunidad.
El arresto de Robinson, efectuado el jueves por la noche, calmó algunos temores. No obstante, persisten las dudas sobre el motivo y la planificación del presunto tirador, así como sobre las fallas de seguridad que permitieron que un hombre con un rifle le disparara a Kirk desde un tejado antes de huir.
La universidad dijo que habrá mayor seguridad cuando las clases se reanuden el 17 de septiembre.
En la ciudad natal de Robinson, a unos 390 kilómetros (240 millas) al suroeste del campus, la presencia policial disminuyó significativamente el sábado, después de que el FBI ejecutara una orden de registro en la casa de su familia. Un Dodge Challenger gris que, según las autoridades, Robinson condujo hacia la UVU parecía haber sido remolcado.
Nadie respondió a la puerta el sábado en la casa de su familia, situada en Washington, Utah, y las persianas de todas las ventanas estaban cerradas.
En otros lugares, la muerte de Kirk ha provocado repercusiones para las personas que criticaban su retórica o se mostraban poco comprensivas con sus seguidores. El viernes, el minorista Office Depot dijo que había despedido a un trabajador de una tienda de Michigan que fue visto en un video negándose a imprimir volantes para una vigilia en honor de Kirk, calificándolos como “propaganda”.
En un monumento improvisado cerca de la entrada principal de la UVU en Orem, la gente ha dejado flores en homenaje a Kirk. El sábado por la mañana, los autos recorrían las calles cercanas, tocando bocinas, ondeando banderas estadounidenses y mostrando mensajes como “Te amamos Charlie”, “Charlie por siempre” y “DEP Charlie”.
En el área donde el cofundador de Turning Point USA fue asesinado, un equipo ha comenzado a desmontar carpas y pancartas y a borrar los elementos que recuerdan del asesinato.
Un monumento a Kirk reúne a estudiantes atónitos
El estudiante Alec Vera se detuvo en el monumento tras salir finalmente de su casa el viernes por la noche para dar un paseo y despejar su mente. Dijo haberse sentido aturdido, incapaz de concentrarse y evitando a la gente, desde que vio a Kirk desplomarse a unos 9 o 12 metros (30 o 40 pies) frente a él.
“Simplemente sentí la necesidad de venir aquí, de estar con todos, ya sea para consolar o ser consolado, solo para rodearme de aquellos que también están de luto”, dijo Vera.
Una mujer se arrodilló, sollozando inconsolablemente. Otros permanecieron en silencio o hablaron en voz baja con amigos. En el perímetro exterior del campus, los árboles estaban envueltos en cintas rojas.
Un puñado de autos permanecieron varados en los estacionamientos debido a que los estudiantes dejaron las llaves mientras huían del tiroteo. Un alumno le suplicó a un agente que le permitiera recuperar su bicicleta, que estaba detrás de la cinta policial, y sonrió cuando el guardia lo dejó pasar. La universidad dijo que las personas podrán recoger sus pertenencias a principios de la próxima semana.
Ansiedad por regresar al campus
La estudiante Marjorie Holt comenzó a llorar cuando llevó flores al campus el jueves por la noche, lo que la hizo cambiar de opinión sobre regresar al campus este fin de semana.
Horas después del tiroteo, la joven de 18 años dijo que se acostó en la cama, atormentada por el horror que presenció: el sonido de un solo disparo mientras Kirk respondía una pregunta y luego, “Lo vi caer, vi la sangre, pero por alguna razón no podía entender lo que había pasado”.
Tras enterarse de que había muerto, rompió en llanto. Incapaz de dormir debido a un fuerte dolor de cabeza, náuseas y el trauma del día, llamó a su padre, quien la llevó a casa en Salt Lake City, a unos 65 kilómetros (40 millas) al norte.
Regresar al campus, dijo Holt, “va a ser una carga terrible en mi corazón”.
Vera dijo que Kirk fue asesinado en el principal lugar de reunión del campus, donde los estudiantes toman siestas, meditan, hacen tareas y pasan el rato.
“Al verlo, cuando regrese, me sentiré bastante incómodo al principio, sabiendo que tengo que pasar por allí cada vez, sabiendo lo que acaba de ocurrir aquí”, dijo Vera.
Luchando con recuerdos y una extraña pesadez
El estudiante Alexis Narciso dijo que tiene visiones retrospectivas cada vez que escucha un golpe, una bocina u otros ruidos fuertes. Estaba a unos 3 metros (10 pies) de distancia.
“Simplemente me siento entumecido. No siento nada”, dijo Narciso. “Quiero llorar, pero al mismo tiempo no quiero”.
Jessa Packard, madre soltera de dos hijos que vive cerca del campus, dijo que aun cuando el sospechoso está bajo custodia, su sensación de inquietud no ha desaparecido. El sistema de seguridad de la casa de Packard capturó un video del Dodge Challenger que, según la policía, Robinson condujo hacia el campus. Tras el tiroteo, dijo, los agentes de la ley acudieron a su vecindario, registraron los patios y tomaron las imágenes captadas por los sistemas de seguridad.
“Hay una pesadez realmente extraña y creo, honestamente, que hay mucho miedo para mí personalmente que no ha desaparecido”, dijo Packard. “El hecho de que hubiera un asesino en mi vecindario, sin saber dónde está, pero sabiendo que ha pasado por aquí, planeando cosas, es una sensación realmente inquietante”.
Buscando un cierre de un campus a otro
Halle Hanchett, de 19 años, estudiante de la cercana Universidad Brigham Young, acababa de sacar su teléfono para comenzar a filmar a Kirk cuando escuchó el disparo seguido de un suspiro colectivo. La estudiante dijo que vio sangre, al equipo de seguridad de Kirk saltar hacia adelante y horror en los rostros que la rodeaban. Se dejó caer al suelo en posición fetal, preguntándose: ”¿Qué está pasando? ¿Voy a morir?”
El viernes, llevó flores y miró en silencio el área donde el inicio de la “Gira del Regreso Estadounidense” de Kirk terminó violentamente.
“No he dicho mucho en los últimos días; simplemente me quedo como en blanco, mirando al vacío”, dijo Hanchett, de pie con su prometido mientras las fuentes de agua burbujeaban cerca de ahí. “El recuerdo simplemente se repite”.
Ella ora por obtener la fuerza para seguir adelante, dijo, “y tomarlo como: Bien, estuve aquí para esto. ¿Cómo puedo aprender de ello? ¿Y cómo puedo ayudar a otras personas a aprender de ello?’”
Una vecina de Robinson busca respuestas
En la ciudad natal de Robinson, la vecina Kris Schwiermann lo recordó como un estudiante tímido, estudioso y “muy respetuoso” que amaba leer. Schwiermann, de 66 años, era jefa de mantenimiento en la escuela primaria a la que asistieron Robinson y sus hermanos.
Dijo estar atónita por la noticia de su arresto, y describió a los Robinson como una “familia muy unida”.
Al igual que los Robinson, Schwiermann es miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Dijo que pertenecían a la misma congregación, aunque aclaró que la familia no había participado activamente en la iglesia en al menos ocho años.
“Quiero asegurarme de que la gente sepa que no tenemos ningún sentimiento negativo hacia su familia o hacia él”, dijo Schwiermann. “Tomó la decisión equivocada.”
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Yamat informó desde Washington, Utah, y St. George, Utah. Los reporteros de The Associated Press Sejal Govindarao en Phoenix y Michael R. Sisak en Nueva York también contribuyeron a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.