Gmail revolucionó el email hace 20 años; se creyó que era broma de Google por Día de los Inocentes
A los cofundadores de Google, Larry Page y Sergey Brin, les encantaba hacer bromas, tanto que comenzaron a lanzar ideas extravagantes cada Día de los Inocentes, poco después de fundar su empresa hace más de un cuarto de siglo. Un año, Google publicó una oferta de trabajo para un centro de investigación Copérnico en la Luna. Otro año, la compañía anunció que planeaba implementar una función para “raspar y oler” en su motor de búsqueda.
Las bromas eran tan desmesuradas y exageradas que la gente aprendió a reírse de ellas como otro ejemplo de las travesuras de Google. Y es por eso que Page y Brin decidieron revelar algo que nadie hubiera creído posible hace 20 años, en el Día de los Inocentes.
Era Gmail, un servicio gratuito que contaba con 1 gigabyte de almacenamiento por cuenta, una cantidad que suena casi risible en la era de los iPhones de un terabyte. Pero en ese momento parecía una porción absurda de capacidad de correo electrónico, suficiente para almacenar alrededor de 13.500 correos electrónicos antes de quedarse sin espacio en comparación con sólo 30 a 60 en los entonces servicios líderes de correo web administrados por Yahoo y Microsoft. Eso se tradujo en entre 250 y 500 veces más espacio de almacenamiento de correo electrónico.
Aparte del salto cuantitativo en almacenamiento, Gmail también estaba equipado con la tecnología de búsqueda de Google para que los usuarios pudieran recuperar rápidamente un dato de un correo electrónico viejo, una foto u otra información personal almacenada en el servicio. Además, enlazó automáticamente la serie de comunicaciones sobre el mismo tema para que todo fluyera como si fuera una sola conversación.
“La presentación original que ensamblamos giraba en torno a las tres ‘S’ (en inglés): Almacenamiento (storage), búsqueda (search) y velocidad (speed)”, dijo Marissa Mayer, exejecutiva de Google que ayudó a diseñar Gmail y otros productos de la empresa antes de convertirse en la directora general de Yahoo.
Era un concepto tan alucinante que poco después que The Associated Press publicara una nota sobre Gmail a última hora de la tarde del Día de los Inocentes de 2004, los lectores comenzaron a llamar y enviar correos electrónicos para informar a la agencia de noticias que había sido engañada por los bromistas de Google.
“Eso era parte del encanto: Hacer un producto que la gente no creería que fuera real. En cierto modo cambió las percepciones de la gente sobre los tipos de aplicaciones que eran posibles dentro de un navegador web”, recordó Paul Buchheit, exingeniero de Google, durante una entrevista reciente con la AP sobre su trabajo para crear Gmail.
Tomó tres años realizarlo como parte de un proyecto llamado “Caribou”, una referencia a un chiste recurrente en la tira cómica Dilbert.
“Había algo absurdo en el nombre ‘Caribou’ (caribú); simplemente me hizo reír”, dijo Buchheit, el empleado número 23 contratado por una empresa en la que ahora trabajan más de 180.000 personas.
La AP sabía que Google no bromeaba sobre Gmail porque súbitamente le pidió a un periodista de la AP que fuera desde San Francisco a la sede de la compañía en Mountain View, California, para ver algo que haría que el viaje valiera la pena.
Tras llegar a un campus corporativo aún en desarrollo que pronto se convertiría en lo que fue llamado “Googleplex” (contracción de “complejo de Google”), el reportero de la AP fue conducido a una pequeña oficina donde Page, sentado frente a su computadora portátil, sonreía pícaramente.
Page, entonces de sólo 31 años, procedió a presumir la elegante bandeja de entrada de Gmail y demostró lo rápido que funcionaba dentro de Explorer, el ahora retirado navegador web de Microsoft. Y resaltó que no había ningún botón de eliminación en la ventana principal de control porque no sería necesario, dado que Gmail tenía mucho almacenamiento y se podían realizar búsquedas allí fácilmente. “Creo que a la gente realmente le va a gustar esto”, predijo Page.
Como con tantas otras cosas, Page tenía razón. Gmail tiene ahora aproximadamente 1.800 millones de cuentas activas —cada una de las cuales ofrece 15 gigabytes de almacenamiento gratuito en conjunto con Google Photos y Google Drive. Aunque es 15 veces más almacenamiento que el que Gmail ofrecía inicialmente, aún es insuficiente para muchos usuarios que rara vez ven la necesidad de purgar sus cuentas, tal como esperaba Google.
El almacenamiento digital compulsivo de correos electrónicos, fotografías y otros contenidos es la razón por la que ahora Google, Apple y otras empresas obtienen ganancias al vender capacidad de almacenamiento adicional en sus centros de datos. En el caso de Google, cobra entre 30 dólares anuales por 200 gigabytes de almacenamiento y 250 dólares anuales por 5 terabytes de almacenamiento.
La existencia de Gmail también es la razón por la que otros servicios de correo electrónico gratuitos y las cuentas de correo electrónico internas que los empleados usan en sus empleos ofrecen mucho más almacenamiento de lo que se hubiera imaginado hace 20 años.
“Tratábamos de cambiar la forma en que la gente pensaba porque la gente estuvo trabajando en este modelo de escasez de almacenamiento durante tanto tiempo que eliminar se convirtió en una acción predeterminada”, dijo Buchheit.
Gmail cambió las reglas del juego en varios otros sentidos y al mismo tiempo se convirtió en el primer pilar de la expansión del imperio en internet de Google más allá de su aún dominante motor de búsqueda.
Después de Gmail vinieron Google Maps y Google Docs con aplicaciones de procesamiento de texto y hojas de cálculo. Luego vino la adquisición del sitio de videos YouTube, seguida por la introducción del navegador Chrome y el sistema operativo Android que impulsa la mayoría de los teléfonos inteligentes del mundo. Con la intención explícita de Gmail de escanear el contenido de los correos electrónicos para comprender mejor los intereses de los usuarios, Google también dejó pocas dudas de que la vigilancia digital con el fin de vender más anuncios sería parte de sus ambiciones en expansión.
Aunque de inmediato generó revuelo, Gmail comenzó con un alcance limitado porque inicialmente Google sólo tenía suficiente capacidad de cómputo para un pequeño número de usuarios.
“Cuando lo lanzamos, sólo teníamos 300 máquinas y eran máquinas verdaderamente viejas que nadie más quería”, dijo Buchheit, con una risa entre dientes. “Sólo teníamos capacidad suficiente para 10.000 usuarios, lo cual es un poco absurdo”.
Pero esa escasez creó un aire de exclusividad en torno a Gmail que impulsó una demanda febril en busca de las esquivas invitaciones para registrarse. En un momento dado, las invitaciones para abrir una cuenta de Gmail se vendían en 250 dólares cada una en eBay.
“Se convirtió en algo así como una moneda social, donde la gente decía: ‘Oye, recibí una invitación de Gmail, ¿quieres una?’”, agregó Buchheit.
Aunque registrarse en Gmail se volvió cada vez más fácil a medida que la red de centros de datos masivos de Google fue puesta en línea, la empresa no comenzó a aceptar a todos los interesados en el servicio de correo electrónico hasta que abrió las compuertas como un regalo del Día de San Valentín para el mundo en 2007.
Unas semanas más tarde, el Día de los Inocentes —que en Estados Unidos es el 1 de abril— de ese mismo año, Google anunciaría una nueva función llamada “Gmail Paper” que ofrecía a los usuarios la posibilidad de que Google imprimiera su archivo de correo electrónico con “94% de esputo de soja orgánica de posconsumo” y se los enviara a través del servicio postal.
Google realmente sí bromeaba esa vez.