Fallos de seguridad y supervisión causaron la tragedia del Titan, dice Guardia Costera de EEUU

El desastre del sumergible Titan pudo haberse evitado, señaló la Guardia Costera de Estados Unidos en un informe publicado el martes, pero el CEO de OceanGate, Stockton Rush, ignoró advertencias de seguridad, fallas de diseño y una supervisión crucial que podrían haberlo llevado a enfrentar cargos criminales si hubiera sobrevivido.
Rush y cuatro pasajeros murieron en junio de 2023 cuando el Titan sufrió una implosión catastrófica mientras descendía hacia los restos del Titanic, lo que provocó una búsqueda de varios días en el Atlántico Norte frente a Canadá, que acaparó titulares internacionales. La Guardia Costera convocó su nivel más alto de investigación tras el incidente, y el desastre ha provocado demandas y llamados a una regulación más estricta de la emergente industria de expediciones privadas en aguas profundas.
El Titan era operado por OceanGate, una empresa privada con sede en el estado de Washington. La Guardia Costera encontró que los procedimientos de seguridad de la empresa eran “críticamente defectuosos” y mencionó “disparidades evidentes” entre los protocolos de seguridad y las prácticas reales.
Prevenir el próximo desastre
Jason Neubauer, de la Junta de Investigación Marina, dijo que los hallazgos ayudarán a prevenir futuras tragedias.
“Existe la necesidad de una supervisión más estricta y opciones claras para los operadores que exploran nuevos conceptos fuera del marco regulatorio existente”, dijo en un comunicado.
OceanGate suspendió sus operaciones en julio de 2023. Christian Hammond, portavoz de la empresa, dijo que ésta fue desmantelada y que cooperaba plenamente con la investigación; asimismo, ofreció sus condolencias a las familias de los fallecidos y a todos los afectados.
La Guardia Costera encuentra “señales de alerta” en OceanGate
Los investigadores señalaron repetidamente la cultura de OceanGate de minimizar, ignorar e incluso falsificar información clave de seguridad para mejorar su reputación y evadir el escrutinio de los organismos reguladores. La empresa ignoró “señales de alerta” y tenía una “cultura laboral tóxica”.
“Al crear y explotar estratégicamente la confusión regulatoria y los desafíos de supervisión, OceanGate finalmente pudo operar el TITAN completamente fuera de los protocolos establecidos para aguas profundas”, se indica en el informe.
En los dos años que siguieron a la implosión, numerosos empleados de OceanGate han salido a la luz para apoyar esas afirmaciones. En el informe se afirma que los despidos de miembros del personal de alto nivel y la amenaza inminente de perder el empleo se usaron para disuadir a los empleados y contratistas de expresar preocupaciones de seguridad.
La Junta de Investigación Marina concluyó que Rush “mostró negligencia” que contribuyó a la muerte de cuatro personas. Si él no hubiera muerto en la implosión, el caso habría sido entregado al Departamento de Justicia de Estados Unidos y podría haber enfrentado cargos penales, dijo la junta.
OceanGate eludió la supervisión
La empresa reclasificó a los pasajeros del sumergible como “especialistas en misión” para eludir las regulaciones sobre embarcaciones pequeñas de pasajeros y designar sus sumergibles como embarcaciones de investigación oceánica. Antiguos especialistas en misión y empleados de OceanGate dijeron que su participación era “puramente para dar un paseo en el sumergible, no para realizar una investigación científica”, se afirma en el informe.
Para obtener sus credenciales, Rush presentó una carta de servicio marítimo fraudulenta firmada por el director de operaciones de OceanGate al Centro Marítimo Nacional de la Guardia Costera, según el informe. En la carta, Rush afirmaba haber servido anteriormente como miembro de la tripulación en el Titan y tergiversaba el tamaño de la embarcación, cuando en realidad nunca había sido registrada ni medida.
Un piloto experimentado de sumergibles describió serias preocupaciones de seguridad en del liderazgo de OceanGate más de una década antes del desastre, cuando Rush insistió en transportar solo a sus “amigos ricos” en una inmersión usando una embarcación de la empresa que solo estaba licenciada para investigación científica. El viaje, realizado en 2010, causó más de 10.000 dólares en daños después de que se retirara un componente crítico de la batería sin la documentación adecuada, reforzando la creencia del piloto de que la seguridad no era una prioridad en la empresa, según el informe de la Guardia Costera.
Deficiencias del Titan
Los investigadores encontraron que el diseño, la certificación, el mantenimiento y el proceso de inspección del sumergible eran inadecuados. El diseño y la construcción del casco de fibra de carbono de la embarcación tenían fallas que “debilitaron la integridad estructural general” de su casco, indicó el informe.
En 2023, las crecientes presiones financieras llevaron a OceanGate a almacenar el sumergible Titan al aire libre durante el invierno canadiense, donde su casco estuvo expuesto a fluctuaciones de temperatura que pusieron en riesgo la integridad de la embarcación, se indica en el informe.
Las víctimas del desastre del Titan
Además de Rush, en la implosión murieron explorador francés Paul-Henri Nargeolet, el aventurero británico Hamish Harding y dos miembros de una prominente familia paquistaní, Shahzada Dawood y su hijo Suleman Dawood.
La familia de Nargeolet, un veterano explorador submarino francés conocido como “Mr. Titanic”, presentó el año pasado una demanda por más de 50 millones de dólares en la que decía que la tripulación experimentó “terror y angustia mental” antes del desastre. En la demanda se acusa a OceanGate de negligencia grave.
Nargeolet y Harding eran miembros de The Explorers Club, una sociedad de aventureros de la cual Rush era amigo. Richard Wiese, el presidente del club, dijo que su “responsabilidad es asegurar que a medida que la exploración se vuelva más accesible, también se vuelva más segura”.
La última inmersión del Titan
El Titan había realizado viajes al sitio del Titanic desde 2021. Su última inmersión ocurrió el 18 de junio de 2023, un domingo por la mañana, cuando el sumergible perdería contacto con su embarcación de apoyo aproximadamente dos horas después. Esa tarde, se reportó el retraso del sumergible y rápidamente se enviaron barcos, aviones y equipos al lugar, a unos 700 kilómetros (435 millas) al sur de St. John’s, Terranova.
El equipo liderado por la Guardia Costera operó durante varios días bajo la posibilidad de que pudiera haber sobrevivientes. Posteriormente, se encontrarían restos en el fondo del océano a unos 300 metros (330 yardas) de la proa del Titanic, dijeron funcionarios de la Guardia Costera.
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Los periodistas de The Associated Press Kimberlee Kruesi en Providence, Rhode Island, y Leah Willingham en Boston contribuyeron a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.