¿Cuáles son las diferencias que persisten para un cese del fuego entre Israel y Hamás?

Joseph Krauss
Miércoles, 12 de junio de 2024 14:50 EDT
ISRAEL-PALESTINOS-CESE AL FUEGO
ISRAEL-PALESTINOS-CESE AL FUEGO (AP)

La propuesta más reciente para un cese del fuego en la Franja de Gaza cuenta con el respaldo de Estados Unidos y gran parte de la comunidad internacional, pero Hamás no la ha aceptado totalmente y tampoco, al parecer, lo ha hecho Israel.

Hamás aceptó esta semana el borrador, pero pidió “modificaciones”. El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha rechazado públicamente aspectos del plan, lo que ha suscitado interrogantes sobre el compromiso de Israel hacia una propuesta que Estados Unidos dice que es israelí.

El secretario de Estado estadounidense Antony Blinken, quien está en su octava visita a la región desde que Hamás perpetró el ataque contra Israel el 7 de octubre, dijo a reporteros en Qatar el miércoles que las negociaciones continuarán.

Pero agregó que Hamás ha pedido “numerosos” cambios, añadiendo que “algunos son factibles, otros no”.

Blinken rechazó dar detalles, pero declaraciones recientes de funcionarios israelíes y de Hamás sugieren que persisten las mismas discrepancias que los mediadores han estado tratando de resolver desde hace meses.

Este es un vistazo de las principales diferencias entre Israel y Hamás:

¿CÓMO PONER FIN A LA GUERRA?

Hamás ha insistido en que no liberará a los rehenes restantes hasta que haya un cese del fuego permanente y una retirada total de las fuerzas israelíes de la Franja de Gaza. Cuando el presidente estadounidense Joe Biden anunció el mes pasado la propuesta más reciente dijo que incluía ambas cosas.

Pero Netanyahu señaló que Israel sigue comprometido en destruir las capaces militares y políticas de Hamás, y en garantizar que nunca más pueda perpetrar un asalto como el del 7 de octubre. Es muy probable que una retirada total de las fuerzas militares israelíes de Gaza, donde la dirigencia y buena parte de las fuerzas de Hamás siguen intactas, deje al grupo militante en control del territorio y con la capacidad de volver a armarse.

Ello es en parte porque Israel no ha presentado un plan para la posguerra en Gaza, y ha rechazado una propuesta estadounidense que cuenta con amplio apoyo regional porque implicaría un gran progreso hacia el establecimiento de un Estado palestino.

El vocero de Hamás, Jihad Taha, dijo el miércoles a un medio de comunicación libanés que las “modificaciones” requeridas por la agrupación buscan garantizar un cese del fuego permanente y una retirada total de Israel.

Hamás busca además la liberación de cientos de palestinos encarcelados por Israel, incluyendo líderes políticos y milicianos convictos de orquestar mortíferos ataques contra civiles israelíes. Pero no está claro si las partes han acordado la lista de quiénes serán excarcelados, o si serán liberados en Gaza, Cisjordania o enviados al exilio.

¿CÓMO LLEGAR A LA SEGUNDA FASE DEL PLAN?

El plan contempla una fase inicial de seis semanas en que Hamás liberaría algunos rehenes —incluyendo mujeres, personas de edad avanzada y heridos— a cambio de una retirada israelí de zonas pobladas. Loa civiles palestinos podrían regresar a sus hogares y se aumentaría la entrega de ayuda humanitaria.

Desde ese punto, las cosas se vuelven complicadas.

Las dos partes tendrán esas seis semanas para negociar una segunda fase, que según Biden contemplará la liberación de los rehenes restantes, incluyendo soldados varones, y una retirada israelí total de Gaza. El cese del fuego temporal pasaría a ser permanente.

Sin embargo, eso sólo ocurrirá si las dos partes se ponen de acuerdo en los detalles.

Hamás parecer estar preocupado de que Israel reanude su ofensiva una vez que sus rehenes más vulnerables estén en libertad. Y aun si no lo hace, Israel podría presentar demandas en esa fase de las negociaciones que no son parte del acuerdo inicial y que serían inaceptables para Hamás, y entonces reanudar la guerra cuando Hamás las rechace.

El embajador israelí ante Naciones Unidas, Gilad Erdan, dijo que en esas negociaciones Israel exigirá que Hamás sea removido del poder. “No podemos aceptar que Hamás siga gobernando Gaza porque entonces Gaza seguirá siendo una amenaza para Israel”, comentó Erdan al programa “The Source” de la cadena CNN.

Israel también parece renuente a aceptar que la primera fase del cese del fuego se extienda mientras continúen las negociaciones para la primera fase. Erdan dijo que ello le permitiría a Hamás “seguir con unas negociaciones interminables y sin sentido”.

LA DESCONFIANZA ENTRE DOS ANTIGUOS ENEMIGOS

Hay otros temas que podrían torpedear las gestiones para un cese del fuego, empezando con la total desconfianza entre Israel y Hamás, que han librado cinco guerras y están comprometidos mutuamente con destruir al otro.

También están las diversas y contradictorias presiones sobre Netanyahu, lo que podría explicar sus señales encontradas sobre la propuesta.

Miles de israelíes, incluyendo familiares de rehenes, han protestado en los últimos meses para que el gobierno logre la liberación de los cautivos, aunque sea con un acuerdo desproporcionado a favor de Hamás.

Pero los socios de derecha de la coalición de Netanyahu han rechazado el plan y han amenazado con hacer caer al gobierno si el primer ministro pone fin a la guerra sin haber destruido a Hamás.

Quieren volver a ocupar Gaza, alentar la “emigración voluntaria” de palestinos y reconstruir asentamientos judíos allí. Los aliados ultranacionalistas de Netanyahu tienen más poder sobre el primer ministro luego de que Benny Gantz, un político opositor centrista, renunció al Gabinete de Guerra que fue creado para lidiar con el conflicto.

Es difícil pensar que Israel o Hamás renunciarán totalmente a las negociaciones. Para Israel, ello implicaría abandonar a los rehenes que siguen cautivos en Gaza. Para Hamás, ello prolongaría el sufrimiento de los palestinos en el enclave y le daría a Israel más tiempo para aniquilar a esa agrupación.

Pero Blinken insinuó que las negociaciones no podrán continuar indefinidamente.

“En cierto punto en unas negociaciones –y esto ha ocurrido una y otra vez por mucho tiempo– llegas al punto en que, si un lado sigue cambiando sus demandas, como haciendo demandas e insistiendo en cambios a cosas que ya había aceptado, tienes que preguntarte si está procediendo de buena fe o no”, dijo Blinken.

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