Surge explicación sobre la misteriosa llamada al 911 que alertó a la policía sobre los asesinatos de Idaho
Es posible que el despachador le haya asignado la etiqueta genérica de “persona inconsciente” a la llamada mientras hablaba con los estudiantes que entraron en pánico por la escena sangrienta
Hace tiempo que la llamada al 911 que alertó a la policía sobre los asesinatos de los cuatro estudiantes de la Universidad de Idaho supone un misterio, ya que la persona que llamó reportó “una persona inconsciente” en la casa.
La llamada se realizó desde el teléfono celular de una de las dos compañeras de casa sobrevivientes alrededor de las 11:58 am del 13 de noviembre, y el despachador habló con varias personas.
Los agentes llegaron a la casa y encontraron una escena sangrienta: Kaylee Goncalves, Madison Mogen, Xana Kernodle e Ethan Chapin muertos por múltiples puñaladas.
Desde entonces, han persistido las preguntas sobre por qué la persona que llamó denunció a una “persona inconsciente” cuando los agentes describieron la escena del crimen como una de las peores que habían visto.
Ahora se reveló una posible razón para la misteriosa llamada al 911 en el artículo de Air Mail ‘The Eyes of a Killer’.
Los empleados civiles de Whitcom 9-1-1, una agencia en Pullman, Washington, transfieren las llamadas al 911 al Departamento de Policía de Moscow, así como a varias otras agencias, según el informe.
La agencia tiene una grave escasez de personal hasta tal punto que el gremio de despachadores había advertido que “nuestra capacidad para mantener la seguridad pública está en riesgo”.
Según el protocolo estándar, cuando las personas que llaman “están exaltadas”, el despachador a menudo asignará la llamada con la etiqueta genérica de “persona inconsciente” en lugar de perder tiempo y recursos valiosos tratando de recopilar detalles específicos.
En este caso, es posible que el despachador asignara la etiqueta genérica mientras hablaba con los estudiantes que entraron en pánico por lo que vieron y se rolaban el teléfono de uno a otro.
La explicación surge en un momento en que quedan muchas preguntas sin respuesta sobre el caso que ha conmocionado a la pequeña ciudad universitaria de Moscow, cerca de la frontera con el estado de Washington.
El presunto asesino cuádruple Bryan Kohberger está acusado de allanar la casa de estudiantes en la madrugada del 13 noviembre y apuñalar a los cuatro jóvenes en un salvaje ataque con cuchillo.
Todavía se desconoce el motivo de los asesinatos y no está claro por qué Kohberger supuestamente atacó a las víctimas, o incluso si las conocía.
Un abogado que representa a la familia Goncalves dijo que no se había encontrado una “relación” entre los cuatro estudiantes y el sospechoso.
Las familias de las víctimas ahora tendrán que esperar seis meses más para obtener más respuestas en el caso, ya que su próxima fecha en la corte se fijó para junio.
Kohberger compareció ante el tribunal del condado de Latah el jueves para su audiencia de actualización del caso en la que renunció a su derecho a un juicio rápido.
Vestido con una camiseta naranja y con cortes inexplicables en la cara, Kohberger solo habló para responder “sí” cuando se le preguntó si entendía sus derechos a una audiencia preliminar rápida dentro de los próximos 14 días y si aceptaba renunciar a esos derechos.
La defensora pública de Kohberger, Anne Taylor, solicitó que su próxima cita en la corte se pospusiera hasta junio.
La fiscalía accedió a la solicitud y el juez programó la audiencia preliminar para la semana que comienza el 26 de junio.
La semana completa está reservada para la audiencia, en la que se presentarán por primera vez las pruebas del caso contra Kohberger en el tribunal y es probable que Kohberger se pronuncie sobre los cargos que se le imputan.
Hasta entonces, Kohberger permanecerá tras las rejas en la cárcel del condado de Latah después de que se le ordenara permanecer detenido sin derecho a fianza por segunda vez.
Kohberger no se declaró culpable en la audiencia del jueves, su segunda comparecencia en un tribunal de Idaho desde que fue extraditado de Pensilvania la semana pasada.
Sin embargo, se dice que planea defenderse de las acusaciones. Jason LaBar, el abogado que lo representó en Pensilvania, dijo que Kohberger estaba “ansioso por ser exonerado”.
Fue procesado formalmente por cuatro cargos de asesinato y un cargo de robo en su primera comparecencia ante el tribunal en Idaho el 5 de enero.
Su última aparición en la corte coincide con el comienzo del semestre de primavera en la Universidad de Idaho; muchos estudiantes regresaron al campus esta semana por primera vez desde los brutales asesinatos.
Varios estudiantes expresaron su alivio de que el sospechoso ahora esté tras las rejas, y el estudiante de segundo año Ryder Paslay le dijo a KXLY, “suspiré de alivio” cuando se supo la noticia del arresto de Kohberger el 30 de diciembre.
Si bien hasta ahora Kohberger se ha mantenido callado sobre los asesinatos en sus comparecencias ante el tribunal, las fuentes se han pronunciado para revelar que hizo comentarios casuales acerca de los asesinatos antes y después de su arresto.
Un vecino de Kohberger, que deseó permanecer anónimo, manifestó a CBS News que Kohberger habló con él sobre el cuádruple homicidio apenas unos días después del ataque del 13 de noviembre.
“Lo mencionó en una conversación”, dijo.
“Me preguntó si había oído hablar de los asesinatos, y le contesté que sí. Y luego dijo: ‘Sí, parece que no tienen pistas. Al parecer fue un crimen pasional’. En el momento de nuestra conversación, solo habían pasado unos días después de que sucediera, por lo que no había muchos detalles”.
Durante su extradición de Pensilvania a Moscow, también hizo un comentario casual sobre los asesinatos a los agentes.
“Él dijo: ‘Es muy triste lo que les sucedió’, pero no dijo nada más. Es más inteligente que eso”, declaró una fuente policial a People.
Kohberger parecía “muy nervioso” durante el viaje de regreso a Moscow y habló en voz alta para sí mismo en un aparente esfuerzo por tranquilizarse, agregó la fuente.
“Parecía muy nervioso. Se estaba narrando a sí mismo todo lo que estaba pasando”, agregó.
“En algún punto, se decía algo como ‘Estoy bien, esto está bien’. Como si se estuviera asegurando él mismo que todo esto no fue horrible”.
Algunos detalles escalofriantes salieron a la luz sobre los asesinatos en la declaración jurada de Kohberger, publicada la semana pasada. Uno de ellos es que los datos del teléfono celular sugieren que Kohberger acechó a la estudiante hasta su casa al menos 12 veces en el periodo previo a la noche de los asesinatos.
En el momento de los asesinatos, los investigadores creen que Kohberger apagó su celular la noche de los asesinatos para tratar de evitar ser detectado.
Sin embargo, los datos del teléfono celular también lo ubican cerca de la casa en King Road alrededor de las 9 am del 13 de noviembre, lo que sugiere que regresó a la escena del crimen solo unas horas después de presuntamente asesinar a las cuatro víctimas alrededor de las 4 am.
Además de los datos del teléfono celular, la declaración jurada revela otras pruebas que también llevaron al arresto de Kohberger por los asesinatos de los estudiantes.
La policía expuso haber encontrado su ADN en la funda de un cuchillo que el asesino dejó en la escena.
También rastrearon el sospechoso el Hyundai Elantra blanco visto en la escena del crimen en el momento de los asesinatos, revela la declaración jurada.
Una de las compañeras de casa sobrevivientes también pudo describir parcialmente al asesino a los investigadores después de que se encontró cara a cara con él después de los asesinatos.
Los investigadores creen que los asesinatos ocurrieron entre las 4 am y las 4:25 am del 13 de noviembre, cuando los cuatro estudiantes habían regresado de sus salidas nocturnas.
Otras dos compañeras de cuarto también estaban en la casa de estudiantes en el momento del ataque, pero resultaron ilesas.
Alrededor del mediodía del día siguiente, se hizo una llamada al 911 desde el teléfono de una de las compañeras de casa sobrevivientes para alertar a la policía sobre la sangrienta escena del crimen.
La declaración jurada exhibió por primera vez que una de los compañeras de cuarto sobrevivientes, Dylan Mortensen, se encontró cara a cara con el asesino enmascarado al salir de la casa después de matar a sus cuatro amigos.
En su aterrador relato a los investigadores, reveló que escuchó al asesino dentro de la casa y escuchó lo que parecía un llanto que provenía de una de sus compañeras de cuarto.
En un momento escuchó la voz de una mujer, que se cree que era Goncalves o Kernodle, diciendo algo como “hay alguien aquí”, antes de escuchar la voz de un hombre diciéndoles “no se preocupen, les voy a ayudar”.
Luego tuvo suerte de escapar cuando abrió la puerta para ver qué estaba pasando y vio “caminando hacia ella una figura vestida con ropa negra y un cubrebocas que tapaba la boca y la nariz de la persona”.
El hombre pasó junto a ella y se dirigió hacia la puerta corrediza de vidrio trasera de la casa.
La descripción que dio —un hombre con cejas pobladas que medía alrededor de 5 pies y 10 pulgadas (1,77 m) de estatura o más y era “no muy musculoso pero de complexión atlética”— ayudó a los investigadores a identificar a Kohberger.
El estudiante de doctorado y asistente de enseñanza de la Universidad Estatal de Washington fue arrestado el 30 de diciembre en una redada realizada temprano en la mañana en la casa de su familia en las montañas Pocono en Pensilvania, donde había ido a pasar las vacaciones.
Fue extraditado a Idaho la semana pasada para enfrentar cargos y los investigadores confiscaron su Hyundai Elantra blanco.
Sigue desaparecida el arma homicida, un cuchillo de hoja fija.
Como estudiante de doctorado en justicia penal en la Universidad Estatal de Washington, vivía a solo 15 minutos de las víctimas en la frontera entre Idaho y Washington en Pullman.
Se había mudado allí desde Pensilvania en agosto y acababa de terminar su primer semestre.
Antes de esto, estudió criminología en la Universidad DeSales, primero como estudiante universitario y luego terminó sus estudios de posgrado en junio de 2022.
Mientras estuvo allí, estudió con la renombrada psicóloga forense Katherine Ramsland, quien entrevistó al asesino en serie BTK, con quien coescribió el libro Confession of a Serial Killer: The Untold Story of Dennis Rader, the BTK Killer.
También llevó a cabo un proyecto de investigación para “comprender cómo las emociones y los rasgos psicológicos influyen en la toma de decisiones a la hora de cometer un delito”.
Ahora, enfrenta cadena perpetua o la pena de muerte por los asesinatos que sacudieron la pequeña ciudad universitaria de Moscow y abarcaron los titulares de todo el mundo.
Traducción de Michelle Padilla