De “The Bodyguard” a “Barbie”: ¿Las bandas sonoras son más grandes que nunca?

Maria Sherman,Gary Gerard Hamilton
Viernes, 08 de marzo de 2024 11:51 EST

A lo largo de la multimillonaria película “Barbie”, se escucha una versión instrumental del éxito de Billie Eilish “What Was I Made For”, como la banda sonora de la crisis existencial de la famosa muñeca. En la escena final, el falsete empalagoso de Eilish finalmente se escucha sobre un piano familiar, que deja un nudo en la garganta.

Es uno de los muchos momentos musicales destacados en una película repleta de ellos: desde el disco-pop de Dua Lipa “Dance the Night”, con letras que se sincronizan perfectamente con la coreografía personalizada de Margot Robbie, hasta una reinvención del éxito “Barbie Girl” de Aqua de 1997, sampleado por Nicki Minaj e Ice Spice.

La música de “Barbie” se ha convertido en su propio éxito de taquilla, vendiendo 126.000 copias en su primera semana y debutando en el número 2 en la lista de álbumes Hot 200 de Billboard. También ha ganado tres premios Grammy, un Globo de Oro y dos nominaciones a los Premios de la Academia en la categoría de canción original, más que cualquier otra película.

Es difícil precisar cuánto tiempo ha pasado desde que una banda sonora, también conocida como soundtrack, ha dominado la conversación de la manera en que lo ha hecho “Barbie”, particularmente en los Oscar. Podríamos pensar en Lady Gaga en “A Star is Born”, con el éxito de “Shallow”. Luego están “La La Land” (“La ciudad de las estrellas. La La Land”) y “Dreamgirls” (“Soñadoras”), la segunda recibió tres de las cinco nominaciones a canciones originales en 2007. Pero parecía que hubo una sequía en las bandas sonoras que definen el espíritu de la época.

Entonces, ¿es “Barbie” una excepción? ¿O los grandes soundtracks están de vuelta?

FÓRMULAS

Cada década ha producido bandas sonoras memorables. La más grande de todos los tiempos sigue siendo “The Bodyguard” (“El guardaespaldas”) de 1992 impulsada por Whitney Houston y su emblemática “I Will Always Love You”, que vendió 45 millones de copias.

Hay muchas formas de crear bandas sonoras. A menudo, los estudios obtienen la licencia de música reconocible y preexistente, probablemente “la fórmula más segura”, como dice Gary Trust, director de listas de Billboard, porque dos tercios de toda la reproducción de música es música más antigua.

En la era actual, la mayoría de las bandas sonoras “exitosas” optan por eso, como “Guardians of the Galaxy” (“Guardianes de la Galaxia”) y su banda sonora de 2014 “Awesome Mix Vol. 1″, que alcanzó el número 1 en el Billboard 200 con canciones de los Jackson 5, David Bowie y Marvin Gaye. A los musicales también les ha ido bien, como “La La Land” y a los éxitos de Disney como “Moana” y “Frozen”, aunque el género no suele pasar a la radio pop. La excepción es “Encanto” y su megaéxito “We Don’t Talk About Bruno” o “No se habla de Bruno” en español.

Otra opción es usar material original, como en “Barbie”, lo que Trust ve como un regreso a películas como “Dirty Dancing” (“Dirty Dancing: Baile caliente”), estrenada durante una época en la que una sola banda sonora podía producir múltiples éxitos de radio. En el caso de “Barbie”, se trata de Lipa, Eilish, Minaj e Ice Spice.

Spring Aspers, presidente de Sony Pictures Music Group, dice que una banda sonora exitosa es aquella que trabaja con la trama de la película para convertirse en una parte fundamental de su historia.

“No se trata sólo de encontrar quién es el más popular, sino de encontrar artistas increíblemente talentosos que sepan cómo crear algo que realmente haga una extensión de la narración”, dijo.

Cuando funciona, obtienes canciones que se impregnan en la cultura pop con un verdadero poder de permanencia vinculado a la película: como “Kiss from a Rose” de Seal de “Batman Forever”, o “My Heart Will Go On” de Celine Dion de “Titanic”.

“Simplemente se convierten en estas canciones para siempre... Es como una gran banda que tiene química: la canción correcta, la imagen correcta, la escena correcta, simplemente se convierte en algo mucho más grande que ella misma”, explicó Aspers. “Sé que eso se debe a la brillantez de la canción y la película. Son las dos juntas”.

UNA PLATAFORMA PARA LOS ARTISTAS

La sincronización correcta de los soundtracks tiene el poder proyectar a un artista, como en el caso de la canción “Sunflower” de Post Malone con Swae Lee para “Spider-Man: Into the Spider-Verse” (“Spider-Man: A través del spider-verso”), el primer sencillo de doble diamante, supervisado por Aspers.

Las bandas sonoras también pueden presentar a un artista a nuevas audiencias. Por ejemplo, el éxito dance-pop de 2001 de Sophie Ellis-Bextor “Murder on the Dancefloor”; recientemente, la canción se volvió viral debido a su uso en una escena final muy memorable (y muy desnuda) en la divisiva película “Saltburn” (“Saltburn: El Laberinto”).

En enero, “Murder” irrumpió en la lista Hot 100 de Billboard, la primera vez que Ellis-Bextor ingresaba en la lista en su carrera, 23 años después del lanzamiento de la canción. A finales de ese mes, tan sólo en TikTok, la canción había aparecido en más de 550.000 vídeos y el hashtag #MurderOnTheDancefloor ha generado 170 millones de vistas. En febrero, la canción viral tuvo su debut en la televisión estadounidense en “The Tonight Show with Jimmy Fallon”.

”¡Qué suerte para mí!”, dijo Ellis-Bextor a The Associated Press. “Qué cosa tan genial de la cual ser parte”. La artista teoriza que su canción ha conectado con una nueva audiencia (y con otra nostálgica que la escuchó la primera vez) debido a su relación con la película. Es la última canción de “Saltburn”, llega en una escena crucial, suena fuerte en la mezcla y se escucha toda la canción, no solo un fragmento, que es lo más común.

En su opinión, “Murder on the Dancefloor” se convirtió en uno de esos momentos cinematográficos significativos, como “Tiny Dancer” de Elton John en “Almost Famous” (“Casi famosos”), porque la ubicación correcta “desbloquea el siguiente nivel de emoción en la película”, dice.

¿UNA BANDA SONORA EXITOSA HACE UNA PELÍCULA EXITOSA?

Hay una sinergia entre los fans del cine y la música. Según el informe de fin de año de 2023 de Luminate, los asistentes a las salas de cine de Estados Unidos tienen un 70% más de probabilidades de haber asistido a un concierto en vivo en los últimos seis meses que aquellos que no van al cine.

Además, la compañía de datos y análisis de la industria descubrió que el 42% de los consumidores de la Generación Z tienen más probabilidades de descubrir nueva música a través de las bandas sonoras de películas, lo que supone un 20% más que el público en general, y probablemente podría hablar en parte del éxito de una película como “Barbie”.

“La película no es un musical, pero siempre iba a tener la música en el corazón”, dice Mark Ronson, productor ejecutivo de la banda sonora de “Barbie”.

Kevin Weaver, presidente de Atlantic Records West Coast, que lanzó “Barbie The Album”, dice que siempre fue la ambición del sello que la banda sonora se mantuviera por sí misma fuera de la película, pero que también funcionara en simbiosis, un reflejo de cómo las películas y sus compañeros musicales pueden trabajar juntos.

“Tratamos de incluir música y artistas del más alto calibre”, dice Weaver. “Y cuando hacemos álbumes (de bandas sonoras), realmente tratamos de hacerlos de una manera en la que sean un cuerpo de trabajo, y que puedas vivir con eso como un cuerpo de trabajo”.

Para artistas como Ellis-Bextor, subraya una conexión entre los dos. “La música es una herramienta muy útil. Nada puede marcar el tono de una escena como la música”, dice.

“La música te llevará de la mano a lo que se espera que sientas. Esa es la única intención de la música. Entonces, una banda sonora es como un personaje extra... Y con una banda sonora, obtienes un recuerdo visual y emocional compartido”.

Ronson está de acuerdo. “Cuando sales de una película en un momento tan alto que quieres revivirla y piensas: ‘¿Qué puedo hacer?’ y vas a buscar la banda sonora”, dice. “Solía hacer eso: salía del cine y me dirigía a la tienda de la esquina y la compraba. Así que creo que eso realmente ayuda cuando una película te da esa sensación”.

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Hamilton reportó desde Nueva York.

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