¿Cómo la contaminación de los ríos por fármacos afecta a los ecosistemas?
La exposición prolongada a determinados productos farmacéuticos puede alterar la capacidad de los peces para adaptarse a su medioambiente y en última instancia, podría amenazar la supervivencia de algunas especies
La exposición a los antidepresivos que fluyen por los arroyos y ríos de Australia altera “de forma significativa” el comportamiento y la capacidad reproductiva de los peces, según advierte un grupo de científicos en un nuevo estudio.
Los contaminantes farmacéuticos que ingresan en el ambiente acuático, incluidos los antidepresivos como el Prozac, constituyen un problema de alcance mundial.
Debido a los vertidos de aguas residuales, las vías fluviales se contaminan con estas sustancias químicas, que persisten en niveles bajos durante largos periodos.
El estudio, realizado a lo largo de cinco años y publicado en el Journal of Animal Ecology, descubrió que la fluoxetina, que se vende bajo la marca Prozac, tiene un impacto “significativo” en los ecosistemas acuáticos.
Los investigadores expusieron a varias generaciones de olominas a distintas concentraciones de fluoxetina. Analizaron su comportamiento, estado físico y salud reproductiva tras cinco años de exposición a dicho contaminante.
Estudiaron rasgos clave de los peces, como la condición corporal, la coloración y el tamaño del “gonopodio” (una aleta caudal modificada que los machos utilizan como órgano reproductor). También analizaron los rasgos espermáticos críticos de los peces, como la vitalidad, el número y la velocidad de los espermatozoides.
“Descubrimos que incluso en concentraciones bajas, la fluoxetina alteraba la condición corporal de las olominas y aumentaba el tamaño de su gonopodio. Además, reducía la velocidad del esperma, que es un factor esencial para el éxito reproductivo”, afirma Upama Aich, coautora del estudio, de la Universidad de Monash (Australia).
Los científicos analizaron a las olominas machos debido a su mayor sensibilidad a los cambios ambientales y descubrieron que la exposición a la fluoxetina reducía notablemente la capacidad de los peces para adaptar su comportamiento frente a dichos cambios.
En concreto, los peces expuestos al antidepresivo parecían tener una menor capacidad para ajustar su comportamiento frente a situaciones de peligro.
Asimismo, la exposición al fármaco también parece afectar la relación entre los niveles de actividad y la condición corporal, así como a la asociación entre el tamaño del gonopodio y la vitalidad del esperma en los peces.
De hecho, los resultados recopilados en el estudio sugieren que estas sustancias químicas podrían afectar las conductas reproductivas de los peces en relación con la necesidad de sobrevivir.
Los investigadores han advertido de que la exposición prolongada a las sustancias químicas puede alterar la capacidad de los peces para adaptarse a los cambios en el medio ambiente y subrayan el hecho de que podría derivar en una merma en la población a largo plazo.
“Nuestros resultados revelan que la exposición crónica a determinados contaminantes puede afectar a los rasgos fenotípicos no solo de peces individuales, sino de toda una población”, señalaron.
Los científicos pidieron que se abordara urgentemente el problema de la farmocontaminación del agua y que se aplicaran normas más rígidas para proteger la vida acuática de esta grave amenaza. “Nuestro estudio pone de relieve la necesidad de adoptar un enfoque global e integral para evaluar las consecuencias ecológicas y evolutivas de los contaminantes farmacéuticos en los ecosistemas acuáticos”, advirtieron.
Traducción de Anna McDonnell