Los tiburones azules pueden cambiar de color como los camaleones, afirman científicos
Un nuevo estudio revela que el color de la piel del tiburón azul, también conocido como tintorera, se oscurece cuando nada a mayor profundidad
Unas estructuras únicas en la piel del tiburón azul sugieren que podría ser capaz de cambiar de color como un camaleón, según un nuevo estudio.
El estudio, presentado esta semana en la conferencia de la Sociedad de Biología Experimental en Amberes, Bélgica, revela diminutas nanoestructuras en la piel del tiburón azul, o Prionace glauca, que producen su coloración. El secreto del color del tiburón reside en las cavidades de pulpa de las escamas que recubren la piel, conocidas como dentículos dérmicos.
“El azul es uno de los colores más inusuales del reino animal, y los animales han desarrollado diversas estrategias únicas a lo largo de la evolución para producirlo, lo que hace que estos procesos sean especialmente fascinantes”, afirma Viktoriia Kamska, investigadora que participó en el estudio.
Los cristales de la molécula guanina dentro de las cavidades de pulpa actúan como reflectores azules. Además, los componentes celulares que contienen el pigmento melanina absorben otras longitudes de onda para producir el color característico del tiburón.
“Estos componentes se empaquetan en celdas separadas, que recuerdan a bolsas llenas de espejos y bolsas con absorbentes negros, pero se mantienen en estrecha asociación para funcionar juntos”, explicó Kamska.
La melanina colabora con cristales de guanina de grosor y espaciado específicos para potenciar la saturación de color de la piel del tiburón.
“Cuando se combinan estos materiales, también se crea una potente capacidad para producir y cambiar de color”, explica Mason Dean, otro de los investigadores.
“Lo fascinante es que podemos observar cambios minúsculos en las células que contienen los cristales y ver y modelar cómo influyen en el color de todo el organismo”, añadió.

La investigación ha sido posible gracias a avanzadas técnicas de imagen que han permitido caracterizar la forma, función y disposición arquitectónica de las diminutas estructuras productoras de color.
“Empezamos a estudiar el color a nivel de organismo, a escala de metros y centímetros, pero el color estructural se consigue a escala nanométrica, por lo que tenemos que utilizar una serie de enfoques diferentes”, explicó Dean.
A continuación, los investigadores utilizaron simulaciones computacionales para confirmar qué parámetros de las diminutas estructuras de la piel eran responsables de producir la apariencia observada.
Demostraron que este mecanismo de cambio de color también podría estar impulsado por factores ambientales que afectarían al espaciado de los cristales de guanina.
“De este modo, alteraciones a muy pequeña escala debidas a algo tan simple como cambios en la humedad o la presión del agua pueden alterar el color del cuerpo, lo que a su vez determina la forma en que el animal se camufla”, agregó Dean.
Cuando el tiburón nada a mayor profundidad, por ejemplo, actúa más presión sobre la piel, lo que hace que los cristales de guanina se junten y oscurezcan el color del tiburón para adaptarse mejor a su entorno.
El mecanismo que determina el comportamiento de estas diminutas estructuras también podría estar relacionado con los cambios en el color de la piel del tiburón: “Que sepamos, no se había visto antes un diseño estructural tan multifuncional: una superficie que combina características hidrodinámicas de alta velocidad y ópticas de camuflaje”, declaró Dean.
Traducción de Sara Pignatiello