Científicos perplejos por “abejas buitre” carnívoras que abandonaron el polen para alimentarse de cadáveres
Estas abejas establecieron “nuevas relaciones simbióticas” con bacterias amantes del ácido, similares a las que se ven en los buitres
Algunas abejas desarrollaron la capacidad de comer solo carne debido a una “intensa competencia por el néctar” y a un intestino evolucionado que se parece más al de los buitres que al de otras abejas, reveló un nuevo estudio.
Estas adaptaciones en una especie poco conocida de abejas tropicales sin aguijón o “abejas buitre” también se complementan con cambios en los tipos de bacterias que viven en sus intestinos, apuntaron investigadores de un estudio publicado este martes en la revista mBio, el cual arroja luz sobre cómo la dieta afecta a los microbios intestinales.
Si bien las abejas por lo general se alimentan de néctar, los investigadores, incluidos los de la University of California (UC) Riverside, declararon que la “intensa competencia por el néctar” llevó a que una especie de abeja sin aguijón en los trópicos desarrollara la capacidad de alimentarse de carne.
“Estas son las únicas abejas en el mundo que evolucionaron para utilizar fuentes de alimentos no producidas por plantas, lo que es un cambio bastante notable en los hábitos alimenticios”, comentó el entomólogo de UC Riverside, Doug Yanega, en un comunicado.
Por lo general, las abejas melíferas, los abejorros y las abejas sin aguijón tienen intestinos que están colonizados por los mismos cinco microbios nucleares, la mayoría de los cuales se han conservado durante aproximadamente 80 millones de años de evolución.
En estas abejas tropicales, sin embargo, se perdieron muchos microbios “nucleares” ancestrales, mientras que algunos se retuvieron, señalaron los investigadores.
Las abejas también entablaron “nuevas relaciones simbióticas” con algunos microbios amantes del ácido, que de manera similar se encuentran en buitres y otros animales que se alimentan de carroña.
“Esta investigación amplía nuestra comprensión de cómo la dieta interactúa con los microbiomas en escalas de tiempo tanto cortas como largas en uno de los puntos con mayor biodiversidad del mundo”, escribieron los científicos en el estudio.
Para capturar estas abejas y estudiarlas, los investigadores primero instalaron cebos hechos de trozos frescos de pollo crudo colgados de las ramas y untados con vaselina para disuadir a las hormigas.
Estas trampas atrajeron tanto a las abejas buitre como a especies relacionadas que se alimentan de forma oportunista de carne para obtener proteínas.
Aunque por lo general las abejas sin aguijón tienen cestas en sus patas traseras para recolectar polen, los científicos observaron que las abejas buitre usaban esas mismas estructuras para recolectar el cebo de carne.
Luego compararon las bacterias intestinales que se encuentran en las abejas buitre con las de otras abejas sin aguijón que se alimentan tanto de carne y flores como de aquellas que solo se alimentan de polen. Los cambios más extremos se encontraron en las abejas que se alimentan exclusivamente de carne.
“El microbioma de la abeja buitre está enriquecido en bacterias amantes de los ácidos, que son bacterias nuevas que sus parientes no tienen”, declaró el coautor del estudio, Quinn McFrederick.
“Estas bacterias son similares a las que se encuentran en los buitres, así como en las hienas y otros animales carroñeros, se presume que sirven para ayudar a protegerlos de los patógenos que aparecen en la carroña”, agregó el Dr. McFrederick.
Descubrieron que las abejas buitres tenían la bacteria intestinal Lactobacillus, que se encuentra en los alimentos fermentados, como la masa madre, y también la Carnobacterium, que se asocia con la digestión de la carne.
Sin embargo, los científicos también sospechan que estas abejas podrían adquirir microbios, como el A. micheneri, de la carne podrida que consumen.
También indicaron que se necesitan más estudios para determinar si el estilo de vida carnívoro de las abejas influyó en el crecimiento de estos microbios, o si las bacterias fueron las que permitieron la dieta.
“Es importante señalar que, si bien un cambio en la dieta podría haber modificado el microbioma, también es posible que un cambio en el microbioma haya permitido un cambio en el estilo de vida dietético, o incluso que tanto el cambio en el microbioma como el cambio en la dieta estuvieran relacionados con un fenómeno diferente no medido en la historia evolutiva de estas abejas únicas”, señaló el estudio.
“Es una locura para mí que una abeja pueda comer cadáveres. Nosotros podríamos enfermarnos debido a que todos los microbios en la carne compiten entre sí y liberan toxinas que son muy malas para nosotros”, comentó Jessica Maccaro, estudiante del doctorado en entomología de la UCR.
Mientras que las abejas se alimentan de carne, también almacenan miel en cámaras separadas en sus colmenas.
“Almacenan la carne en cámaras especiales que se sellan durante dos semanas antes de acceder a ella, y estas cámaras están separadas de donde se almacena la miel”, añadió la Dra. Maccaro.
Los científicos creen que más estudios de estas abejas buitre pueden ofrecer “valiosos conocimientos” sobre cómo la dieta interactúa con los microbiomas intestinales.