Trump se reúne por primera vez en persona con la presidenta mexicana en sorteo del Mundial

El presidente Donald Trump finalmente se reunió con su homóloga mexicana, Claudia Sheinbaum.
Su tan esperado primer encuentro cara a cara se centró en la Copa del Mundo del próximo año, e incluyó discusiones secundarias sobre comercio y aranceles, pero la inmigración no fue el tema principal. Esto a pesar de que la presión de Trump para reforzar la frontera entre Estados Unidos y México ha sido su tema central y la fuerza impulsora en las relaciones entre ambos países.
Trump ha estado en el cargo por más de 10 meses, y sorprende el hecho de que haya tardado tanto en ver a Sheinbaum en persona, dado que reunirse con el líder del país vecino del sur suele ser una prioridad para los presidentes de Estados Unidos.
Trump y Sheinbaum habían planeado reunirse en junio al margen de la cumbre del Grupo de los Siete en Canadá, pero el encuentro se canceló debido a que el mandatario republicano volvió apresuradamente a Washington por las crecientes tensiones entre Israel e Irán.
El fútbol fue el tema central, pero los aranceles aún son una gran preocupación
El viernes, Trump y Sheinbaum se sentaron a hablar en el palco presidencial y también aparecieron en el escenario con el primer ministro canadiense Mark Carney en el Centro Kennedy para el sorteo de la Copa del Mundo 2026. Estados Unidos, México y Canadá son coanfitriones del torneo, que comienza en junio.
Sheinbaum dijo antes de salir de México que planeaba asistir al sorteo y que quizás se reuniría brevemente con Trump después de este. Señaló que hablaría con él sobre los aranceles que su gobierno ha impuesto a los automóviles, el acero y el aluminio de México, entre otras cosas.
Trump dijo al llegar al sorteo que estaba listo para reunirse con Sheinbaum.
México es el mayor socio comercial de Estados Unidos. Y, aunque el pacto comercial de América del Norte que Trump forjó en su primer mandato, el Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC), sigue vigente, el representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, ha comenzado a examinarlo antes de iniciar un proceso de revisión conjunta previsto para julio.
Mientras tanto, las prioridades de Estados Unidos y México han sido reformuladas por la fuerte caída en el número de personas que cruzan ilegalmente a Estados Unidos a lo largo de su frontera sur, así como por las amenazas de la Casa Blanca de imponer grandes aranceles comerciales a su vecino, las cuales no se han materializado en gran medida.
Trump y Sheinbaum han hablado a menudo por teléfono para analizar los aranceles y los esfuerzos de México para ayudar a combatir el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos. Pero a pesar de que otros líderes mundiales, como el mandatario ruso Vladímir Putin y el presidente chino Xi Jinping, ya se han reunido con Trump en este mandato, la reunión con Sheinbaum se había retrasado hasta ahora.
¿La apaciguadora de Trump?
La larga espera para reunirse en persona no parece haber perjudicado la posición de la presidenta de México con Trump.
Ambos mandatarios hablaron por teléfono en noviembre de 2024, y el entonces presidente electo de Estados Unidos declaró después que habían acordado “detener la migración a través de México”, incluso cuando Sheinbaum indicó que su país ya estaba haciendo lo suficiente.
Poco después de asumir el cargo, Trump amenazó con imponer un arancel del 25% a los bienes importados de México en un esfuerzo por obligar a ese país a combatir mejor el contrabando de fentanilo, solo para luego acordar una pausa.
Posteriormente, la Casa Blanca se retractó de las amenazas de aranceles contra la mayoría de los productos mexicanos. Luego, en octubre, Sheinbaum anunció que Estados Unidos había dado a su país otra extensión para evitar aranceles del 25% a los bienes que exporta a Estados Unidos, aun cuando muchos artículos cubiertos por el acuerdo comercial T-MEC permanecen exentos.
El éxito de Sheinbaum en la gestión de la relación bilateral ha hecho que algunas personas se pregunten si la mandataria tiene un don especial para obtener lo que quiere de él. En gran medida, lo ha logrado al otorgar a Trump el respeto que el presidente de Estados Unidos exige de los líderes de todo el mundo, pero especialmente de un país vecino, y al desplegar ocasionalmente humor y responder, siempre respetuosamente, cuando es necesario.
Sheinbaum también desactivó otro posible punto contencioso, el cambio de nombre del Golfo de México por parte de Trump al “Golfo de Estados Unidos”, proponiendo con ironía que América del Norte debería ser renombrada como “América Mexicana”. Eso se debe a que un documento fundacional que data de 1814, que precedió a la constitución de México, se refería a ella de esa manera.
Aun así, las autoridades mexicanas continúan trabajando arduamente para evitar más aranceles de cara a 2026, los cuales podrían arruinar su ya débil economía, y defender a sus ciudadanos que viven en Estados Unidos mientras el gobierno de Trump expande sus operaciones de deportación masiva.
El gobierno de Sheinbaum también hizo un gran esfuerzo, aunque sin éxito, para oponerse a un impuesto del 1% en Estados Unidos sobre las remesas, o transferencias de dinero que millones de mexicanos envían a casa cada año desde Estados Unidos. El gravamen fue aprobado como parte del paquete de recortes de impuestos y gastos de Trump y entrará en vigor el 1 de enero.
El impulso de Trump para efectuar deportaciones masivas
Trump ha ordenado a los funcionarios federales que prioricen grandes operativos de deportación en ciudades gobernadas por demócratas, una medida extraordinaria que revela el aspecto político de los temas. También ha desplegado a la Guardia Nacional en un esfuerzo por frenar los índices de criminalidad, lo que ha generado un aumento en los arrestos relacionados con la inmigración, en lugares como Los Ángeles, Chicago y Washington, así como Memphis, Tennessee, y Portland, Oregon.
El gobierno de Trump dice que su prioridad es expulsar a “los peores de los peores” criminales, pero la mayoría de las personas detenidas en operaciones en todo el país no tienen antecedentes criminales violentos.
Eso a menudo ha significado señalar a ciudadanos mexicanos que han vivido y trabajado en Estados Unidos durante años y que pueden enfrentar la deportación a una patria que ya no conocen bien. También ha significado serias amenazas de disminución de los ingresos por remesas, que han caído durante siete meses consecutivos.
La reducción en el número de cruces ilegales en la frontera entre Estados Unidos y México ha desplazado a la inmigración de su posición como el tema principal en la agenda de las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y México por primera vez en la memoria reciente.
Las autoridades mexicanas ahora dicen que las conversaciones sobre inmigración se han enfocado en persuadir a los países de que acepten de regreso a sus ciudadanos y los reintegren para evitar que se vayan nuevamente, una prioridad importante del gobierno de Trump en todo el mundo.
Cooperación en seguridad
Sheinbaum ha suavizado parte de la dura retórica del gobierno de Trump sobre el fentanilo y los cárteles del narcotráfico al otorgar más autoridad a su jefe de seguridad, Omar García Harfuch.
México también ha extraditado a docenas de figuras de los cárteles a Estados Unidos, entre ellas, a Rafael Caro Quintero, buscado desde hace mucho tiempo por el asesinato de un agente de la DEA en 1985. Esa muestra de buena voluntad, y un esfuerzo mucho más visible contra la producción de fentanilo por parte de los cárteles, ha captado la atención del gobierno de Trump.
Eso es una importante mejora. Hace solo unos años, la DEA tenía problemas para obtener visas para su personal en México, y el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador acusó al gobierno de Estados Unidos de fabricar pruebas contra un exsecretario de defensa mexicano, aunque nunca presentó evidencia para respaldar la acusación.
Sin embargo, no todo ha ido tan bien. Trump criticó a Sheinbaum por rechazar su propuesta de enviar tropas estadounidenses a México para ayudar a frenar el comercio ilegal de drogas.
El mes pasado, Sheinbaum señaló que no había forma de que el ejército estadounidense pudiera realizar ataques en México, después de que Trump dijera que estaba abierto a la idea. Y ha denunciado los ataques estadounidenses a barcos que supuestamente transportaban drogas en el Caribe y el Pacífico oriental.
“La presidenta de México es una mujer encantadora, pero tiene tanto miedo de los carteles que ni siquiera puede pensar con claridad”, dijo Trump a principios de este año.
Sheinbaum no mordió el anzuelo y evitó aumentar la presión política al esquivar la crítica de Trump.
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El periodista de The Associated Press Chris Sherman contribuyó desde Ciudad de México.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.





