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Pescadores en Trinidad y Tobago temen por sus vidas y empleos tras ataques de EEUU en el Caribe

Anselm Gibbs
Lunes, 06 de octubre de 2025 22:21 EDT
TRINIDAD Y TOBAGO-ATAQUES ESTADOUNIDENSES
TRINIDAD Y TOBAGO-ATAQUES ESTADOUNIDENSES (AP)

Una tarde reciente, Kenrick Modie terminó de desenredar su red de pesca en un tranquilo pueblo caribeño.

Mientras se acomodaba en una hamaca en su casa con vista al mar, le preocupaba que su vida y sustento pudieran ser arrasados por un ataque militar de Estados Unidos.

Modie vive en Trinidad y Tobago, una nación caribeña de dos islas, que ahora está enredada en un enfrentamiento geopolítico entre Estados Unidos y Venezuela, ubicado a sólo 17,7 kilómetros (11 millas) de distancia.

El presidente estadounidense Donald Trump "está dando instrucciones para disparar y matar personas", expresó Modie sobre los recientes ataques militares estadounidenses dirigidos a embarcaciones sospechosas de tráfico de drogas en el Caribe, en un momento en que refuerza su presencia militar en la región. "¿Qué podríamos hacer? Sólo somos un pequeño punto".

Sus preocupaciones aumentaron después de que Trump declarara, en un memorando obtenido por The Associated Press, que Estados Unidos está en un "conflicto armado" con los cárteles de drogas en el Caribe, alegando que están tratando de llevar "veneno mortal" a las costas estadounidenses. Y el viernes, el secretario de Defensa Pete Hegseth dijo que había ordenado otro ataque a un bote pequeño al que acusó de transportar drogas en las aguas frente a Venezuela, el cuarto desde que se supo que Trump dijo a los legisladores que a los traficantes de drogas les estaba dando trato de combatientes ilegales.

Mientras tanto, Venezuela ha acusado a Estados Unidos de acumulación militar y agresión, lo que llevó al presidente Nicolás Maduro a poner en alerta máxima a las fuerzas armadas del país y a los civiles dispuestos a tomar las armas.

Atrapado en el medio está Trinidad y Tobago, una nación con una industria pesquera multimillonaria que emplea a miles de pescadores, los cuales lanzan sus redes casi a diario para mantenerse a sí mismos y a sus familias.

“Si morimos, morimos”

La primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, ha dicho que los cárteles de drogas han contribuido al dolor y sufrimiento en su país, y ha instado a Washington a "matarlos a todos violentamente".

Dijo también que está dispuesta a otorgar acceso a Estados Unidos a Trinidad y Tobago, si es necesario, para que los estadounidenses puedan defender a Guyana de la vecina Venezuela, que ha reclamado dos tercios de Guyana como suyos.

Maduro dijo que la disposición de Persad-Bissessar para otorgar tal acceso es como declararle la guerra a Venezuela. El presidente venezolano ha pedido un retorno a las buenas relaciones con su vecino caribeño, incluso cuando el gobierno de Trinidad y Tobago afirma que no hay animosidad entre los países.

Mientras las autoridades intercambian palabras y los comandantes militares fortalecen su posición, docenas de pescadores en Trinidad y Tobago sienten que sus vidas están en riesgo debido a los continuos ataques de Estados Unidos y las crecientes tensiones con Venezuela.

"Si morimos, morimos; así es esta vida", expresó Modie.

Teme perder la vida en un ataque militar por parte de Washington mientras pesca, porque cree que su bote podría ser confundido con una embarcación de contrabando de drogas. Modie dijo que no ha visto pruebas sustanciales de que los muertos en los ataques estadounidenses estuvieran realmente transportando drogas. También le preocupa que pescadores inocentes sean asesinados y etiquetados falsamente como narcoterroristas por las autoridades, sin que los hombres muertos puedan limpiar sus nombres.

Pescando con miedo

Tan sólo 11,2 kilómetros (7 millas) separan a Trinidad de Venezuela en su punto más cercano. En un día despejado, es posible ver territorio venezolano desde el pueblo de Icacos, que se encuentra en el extremo suroeste de Trinidad.

Al conducir por Icacos y el pueblo vecino de Cedros, docenas de botes esparcidos a lo largo de la costa muestran cuán dependientes son estas comunidades de la pesca.

Los pescadores en estos dos pueblos dicen que ya están bajo amenaza de piratas, y ahora la acumulación militar en el mar agrega otra amenaza más.

Mientras observaba a otros tres pescadores descargar su captura del día en el Complejo de Pesca de Cedros, Kamal Bikeran dijo que ahora su tripulación se queda en aguas menos profundas y no se adentra tanto en el mar como antes, debido a la tensión entre los tres países.

"Estados Unidos ha llegado allí, y las fuerzas armadas venezolanas dicen que están más presentes, así que tienes que tener cuidado", expresó Bikeran. "En cualquier momento, allá afuera, podrías ser eliminado".

Obligados a pescar en aguas menos profundas, Bikeran y otros pescadores dijeron que la creciente tensión regional está afectando sus medios de sustento, ya que ahora capturan menos peces.

Trump dio a los pescadores una razón para preocuparse después del primer ataque militar de Estados Unidos el 2 de septiembre, que dijo mató a 11 presuntos narcoterroristas.

"El tráfico de botes ha disminuido sustancialmente", expresó Trump ese mes. "Ni siquiera sé sobre los pescadores. Podrían decir: 'No me subiré al bote'".

Desde entonces ha habido otros dos ataques letales por parte de Estados Unidos. Al menos dos de las tres operaciones se llevaron a cabo en embarcaciones que partieron desde Venezuela, irritando a algunos gobernantes caribeños.

En declaraciones ante la Asamblea General de Naciones Unidas a finales de septiembre, algunos gobernantes caribeños dijeron que la región es una zona de paz.

La primera ministra de Barbados, Mia Mottley, exhortó al diálogo para evitar una guerra entre Washington y Caracas. El primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, dijo que la militarización extranjera de las aguas cercanas a Venezuela es "extremadamente preocupante".

Pescar con miedo se ha convertido en la nueva realidad, observó Shyam Hajarie, quien ha sido pescador durante más de 40 años. El nativo de Cedros, al igual que otros, depende de sus capturas diarias para mantener a su familia. No está seguro de si la acumulación militar en el Caribe pronto afectará los precios del pescado en el mercado.

"Simplemente rezo para que todo se resuelva con respecto a esta situación entre Venezuela y Estados Unidos", manifestó. "Que hagan la paz y no la guerra".

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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