México: Partido oficialista definirá a su candidato presidencial por encuestas
En medio de amenazas de fracturas internas, el partido Morena del presidente Andrés Manuel López Obrador acordó definir por encuestas abiertas al candidato que competirá en las elecciones presidenciales de México el próximo año
En medio de amenazas de fracturas internas, el partido Morena del presidente Andrés Manuel López Obrador acordó el domingo definir por encuestas abiertas al candidato que competirá en las elecciones presidenciales de México el próximo año.
Hay gran expectativa en torno al proceso, puesto que algunos de los precandidatos oficialistas ya se perfilan como favoritos para suceder a López Obrador.
En un encuentro en un hotel que marcó el arranque formal de su contienda interna, la dirigencia de Morena —la mayor fuerza política de México— aprobó realizar cinco encuestas para seleccionar al candidato presidencial, indicó a la prensa Alfonso Durazo, presidente del Consejo Nacional del partido y gobernador del estado norteño de Sonora.
Durazo dijo que las encuestas se realizarán entre el 28 de agosto y el 3 de septiembre, y los resultados se darán a conocer el 6 de septiembre. Una de ellas la llevará a cabo el partido y las otras cuatro serán encuestas “espejo”, llamadas así porque serán paralelas a la de Morena. En estos cuatro sondeos, cada precandidato podrá proponer dos casas encuestadoras para realizar el ejercicio, y posteriormente la comisión de encuestas del partido elegirá por sorteo a cuatro de las firmas propuestas.
La secretaria general de Morena, la senadora Citlalli Hernández, dijo a The Associated Press que la comisión de encuestas determinará la muestra y una serie de preguntas que se incluirán en la consulta, y agregó que la muestra será aleatoria "con las secciones más representativas de todo el país, y a cualquier persona le puede llegar esa encuesta”.
En el acuerdo, que la dirigencia aprobó por unanimidad, se estableció que los seis precandidatos deberán renunciar a sus cargos para el 16 de junio, y a partir del 19 del mismo mes iniciar las campañas internas y recorridos “austeros” por el país, los cuales se extenderán hasta el 27 de agosto.
Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, dijo que no se permitirá a ningún funcionario público, incluido López Obrador y los miembros de su gabinete, gobernadores, alcaldes o congresistas oficialistas, respaldar públicamente a ninguno de los aspirantes, con el fin de garantizar la unidad del partido y la equidad del proceso.
Asimismo, no se permitirán debates públicos y estará prohibido el uso de recursos públicos, empresariales o de actividades ilícitas, precisó Delgado.
“Tiene que ser una contienda fraterna... de absoluto respeto”, sostuvo.
A la reunión asistieron los seis precandidatos: la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; el canciller Marcelo Ebrard; el secretario de Gobernación, Adán Augusto López; el coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal; así como el senador Manuel Velasco y el diputado Gerardo Fernández Noroña, estos dos últimos integrantes de los partidos Verde y del Trabajo, respectivamente, que son organizaciones aliadas a Morena.
Previo a la reunión, el mandatario mexicano exhortó el sábado a los miembros de Morena a “cerrar filas y unirnos… y tener presente que se lucha por ideales, por principios, por la transformación del pueblo, no por los cargos”, en un intento por disipar las amenazas de división que se ciernen sobre el partido que fundó hace 12 años y que, tras asumir el gobierno en el 2018, se ha consolidado como la principal fuerza política de México. Morena controla el Congreso y las gobernaciones de 21 de los 32 estados del país.
Algunos analistas han planteado la posibilidad de que los aspirantes que no resulten ganadores en la encuesta se vayan por su cuenta como candidatos presidenciales independientes o para el bando opositor, generando una grieta en Morena.
Pese a los esfuerzos del mandatario por aplacar las amenazas de división, las divergencias y tensiones han aflorado.
Ebrard cuestionó el sábado el apoyo que dieron en sus cuentas de Twitter cinco gobernadores oficialistas a Sheinbaum, acción que consideró similar a las prácticas del añejo Partido Revolucionario Institucional (PRI), que fue la organización política hegemónica de México durante siete décadas del siglo XX y que, tras alcanzar la presidencia en el sexenio 2012-2018, se ha ido desdibujando de la escena política en medio de señalamientos de corrupción. Luego de las críticas del canciller, los mensajes fueron retirados de la red social.
Ebrard anunció que presentará el lunes su renuncia a la Secretaría de Relaciones Exteriores para dedicarse de lleno a la campaña. El político de 63 años ha instado a sus colegas a seguir su ejemplo y separarse de sus cargos para asegurar la equidad en el proceso interno.
Algunos de sus colegas precandidatos consideraron que la decisión del canciller fue apresurada, mientras que algunos analistas señalaron que la renuncia generó presión al interior de Morena y le permitió al político “reposicionarse”.
Sheinbaum, quien encabeza las principales encuestas locales con casi 20 puntos de ventaja sobre Ebrard, ha señalado que seguirá las directrices que fije el Consejo Nacional de Morena, aunque versiones de prensa aseguran que la política y científica ambiental, de 60 años, anunciará próximamente su salida de la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, decisión que espera concretar el 15 de junio.
Patricio Morelos, profesor de ciencias políticas del Instituto Tecnológico de Monterrey, consideró que es importante que Morena defina las reglas del juego para asegurar la continuidad del proceso político de López Obrador, conocido como la “Cuarta Transformación”, y disipar el riesgo de que se produzca una ruptura. Dijo que con ello evitaría que se repitan situaciones como la ocurrida hace una semana en la elección del gobernador del estado norteño de Coahuila, donde el partido oficialista enfrentó divisiones entre sus simpatizantes y aliados y perdió de manera contundente frente al candidato del PRI.
Morelos dijo a la AP que el proceso interno de Morena tiene una gran relevancia, dada la alta aprobación popular del presidente, que ronda el 60%, y el poderío electoral del partido.