En dos meses Bolivia pasa de una dura sequía a lluvias que superan registros históricos
En poco más de dos meses Bolivia pasó de una dura sequía que redujo lagos y ríos y provocó inéditas olas de calor e incendios forestales, a un exceso de lluvias que en febrero superaron los registros normales de varias décadas con el saldo de 40 fallecidos desde noviembre, decenas de evacuados, pueblos inundados y cuantiosos daños a la infraestructura, según las autoridades.
Los funcionarios señalan al cambio climático, los expertos no lo descartan pero lo atribuyen más a anormalidades del El Niño, un fenómeno climático que provoca un calentamiento estacional de las aguas del Pacífico con efectos en el continente.
En La Paz las lluvias en febrero superaron el registro de hace cinco décadas, otras ciudades del occidente andino rebasaron marcas anteriores mientras que en las tierras bajas del oriente los registros actuales están a punto de romper récords históricos, dijo el lunes a The Associated Press Ana Mendoza, del estatal Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI).
“En algunas regiones se han superado los registros anteriores. Estamos con El Niño que trae exceso de lluvias en el occidente, pero también está el cambio climático”, dijo Mendoza.
Ocho de los 10 embalses que suministran agua a La Paz y a la vecina ciudad de El Alto están rebalsando después de muchos años y las aguas en exceso provocan riadas e inundaciones en los barrios bajos de la ciudad, según las autoridades municipales.
La norteña ciudad amazónica de Cobija fue declarada en alerta roja el fin de semana por la crecida hasta 12 metros del río Acre en la frontera con Brasil. Varios barrios quedaron bajo las aguas y más de 200 familias debieron ser evacuadas, dijo la alcaldesa Ana María Reis.
En la región oriental de Santa Cruz, la más poblada del país, un río que bordea la ciudad está a punto de rebasar los 7,5 metros de crecida de hace una década. “Es un volumen impresionante de agua, estamos siendo afectados por el cambio climático”, dijo Luis Aguilera, técnico de la gobernación.
En Cochabamba, en el centro del país, una riada registrada la víspera arrastró lodo por una pendiente y sepultó viviendas de los barrios altos y una granja con 5.000 pollos, pero sin víctimas fatales. El exceso de lluvias incluso provocó que un alud de barro arrasara barrios del poblado de Colcha K, en el sudeste boliviano, una región desértica donde llueve poco.
“Es el cambio climático sumado al fenómeno de El Niño. Estos fenómenos se están presentando de forma impredecible”, dijo el viceministro de Defensa Social, Juan Carlos Calvimontes. Varios de los fallecidos fueron arrastrados por ríos crecidos, otros por deslaves y el derrumbe de viviendas, según el funcionario.
Carlos Olmos, experto hidrólogo y profesor universitario, explicó que el país atraviesa “un fenómeno extraño. El Niño normalmente trae sequía al occidente y parecía que se prolongaría, pero sucedió lo contrario. Las lluvias generalmente llegan de la Amazonia brasileña, pero esta vez también llegaron de la Amazonia del norte (Perú y Ecuador), no es habitual... Son varias cosas que se han juntado”.
Según el SENAMHI las lluvias continuarán hasta los primeros días de marzo.