Obstáculos que enfrentan los padres a la hora de la cena
A pesar de los desafíos, la mayoría de los padres en EE. UU. ve la cena como un momento clave para conectar con sus hijos. La creatividad y pequeñas rutinas hacen que ese tiempo siga siendo valioso para el vínculo y el aprendizaje familiar
El 61 % de los padres estadounidenses afirman que la hora de la comida es uno de los pocos momentos en que sé que pueden conectar con sus hijos sin distracciones.
Una reciente encuesta de 2.000 padres con niños de edad preescolar hasta sexto grado reveló que, a pesar de los desafíos comunes a la hora de comer, las familias aún consideran la cena como un momento clave para fortalecer los vínculos.
Aunque el 77 % de los padres considera la hora de la comida como una valiosa oportunidad de aprendizaje y el 87 % cree que los pequeños momentos en la mesa pueden tener un impacto positivo duradero en el desarrollo de sus hijos, la realidad suele ser menos ideal.
El 41 % dice que no habla tanto durante la cena como le gustaría y el 38 % siente presión para que la hora de la cena sea más significativa.
Mientras que solo el 22 % tiene dificultades para encontrar tiempo para sentarse juntos, el 24 % admite que a menudo planea incorporar el aprendizaje en casa, pero no lo lleva a cabo.
Aun así, los padres están encontrando maneras creativas de hacer que la hora de cenar sea más atractiva. Dejar que los niños cocinen la comida atrae al 37 %, mientras que el 35 % afirma que es útil darles voz y voto sobre el menú.
Más de la mitad de los padres afirmaron estar dispuestos a usar actividades con juegos, preguntas hipotéticas o ejercicios de memoria para que la hora de la cena sea divertida y significativa.
La encuesta de HP y Talker Research destaca cómo la hora de la comida sigue siendo un espacio poderoso para la conexión y el aprendizaje en las vidas familiares.
“La hora de la comida es una oportunidad maravillosa para conectar”, dijo la Dra. Elizabeth Bonawitz, profesora asociada de la Universidad de Harvard. “Ofrecen un entorno natural para que los niños hagan preguntas, compartan experiencias y participen en conversaciones significativas. Estas interacciones cotidianas son fundamentales para fomentar la confianza y la curiosidad”.