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Reseña de ‘IT: Bienvenidos a Derry’, no querrás ver debajo de la cama

Esta precuela de la primera película de la saga ‘IT’, basada en la obra de Stephen King, recrea con maestría una atmósfera de terror creciente y opresiva —y no se guarda nada cuando se trata de sangre

Ed Power
Lunes, 27 de octubre de 2025 17:38 EDT
Tráiler de ‘IT: Bienvenidos a Derry’
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Tristemente, IT: Bienvenidos a Derry, de Sky Atlantic, no es un spin-off de la exitosa comedia Derry Girls de Channel 4, sino una precuela de IT, la icónica novela de Stephen King, una historia que se sitúa en el tranquilo —y muy estadounidense— pueblo de Maine en 1962. Las diferencias entre este drama de época con toques de terror y la entrañable serie de culto de Lisa McGee quedan claras desde la perturbadora escena inicial del primer episodio: un niño es secuestrado por una familia poseída, incluida una madre que da a luz a un bebé demoníaco frente a los ojos del pequeño.

Definitivamente, no estamos en Derry. Bueno… sí, estamos en Derry, pero no en ese Derry.

Los fans de Stephen King ya conocen bien su versión del pueblo: fue el escenario central de la historia original de IT y el hogar del infame payaso Pennywise. Pennywise regresa en esta serie y vuelve a ser interpretado por el alegremente siniestro Bill Skarsgård. Sin embargo, quienes esperen verlo desde el primer episodio tendrán que armarse de paciencia: su aparición se reserva para más adelante en esta temporada de ocho capítulos. (La exestrella de Hollywood Madeleine Stowe también forma parte del elenco, aunque su personaje permanece en secreto hasta bien avanzada la serie).

Pennywise puede ser un demonio malvado con un suministro interminable de sus icónicos globos rojos, pero también sabe tomarse descansos. Como bien saben los fans de IT, el payaso solo aparece en Derry cada 27 años para alimentarse de niños. Después de mostrar su regreso en 1989 en la película de 2017, el director Andy Muschietti decide retroceder al pasado y situar esta precuela en 1962, una Derry marcada por la paranoia nuclear de la Guerra Fría. (Muschietti cocreó la serie y dirige los primeros cuatro episodios).

Aunque el contexto histórico cambió, la estética se mantiene: chicos en bici, peligros invisibles, tensión constante. La fórmula estilo Stranger Things que funcionó tan bien en el primer film vuelve a aplicarse aquí. (La secuela de 2019, que retomó al grupo ya adulto, dejó a muchos con gusto a poco).

La historia arranca con la desaparición de Matty (Miles Ekhardt), el niño atacado por un inquietante bebé volador en la escena inicial. Ante la falta de respuestas, sus compañeros de escuela deciden buscarlo por su cuenta. Entre ellos está Lilly (Clara Stack), su vecina, que intenta retomar una vida normal tras la internación de su padre en un hospital psiquiátrico. La acompaña Ronnie (Amanda Christine), hija del dueño del cine donde Matty fue visto por última vez, viendo The Music Man, un musical de 1962 sobre un estafador que engaña a todo un pueblo.

Mientras Pennywise acecha en las sombras, los habitantes de Derry también enfrentan temores más terrenales. El más inquietante es una misteriosa base aérea a las afueras del pueblo, que incluye una zona de cuarentena al estilo Área 32.

En plena era de La invasión de los usurpadores de cuerpos, un recién llegado Mayor de la Fuerza Aérea estadounidense, Leroy Hanlon (Jovan Adepo), pronto queda envuelto en el enigma que rodea ese almacén sellado.

Miles Ekhardt en ‘IT: Bienvenidos a Derry’
Miles Ekhardt en ‘IT: Bienvenidos a Derry’ (Sky)

Llega acompañado de su esposa, Charlotte (Taylour Paige), y su hijo de 12 años, Will (Blake Cameron James). Siendo una familia afroamericana que se muda a un pequeño pueblo mayoritariamente blanco en plena década de 1960, uno podría esperar que el racismo fuese parte del panorama. Pero los habitantes de Derry sorprenden: parecen inusualmente progresistas, y Charlotte apenas enfrenta prejuicios mientras intenta adaptarse. Si no fuera por el payaso asesino suelto, Derry podría parecer, al principio, un paraíso terrenal. Claro que eso cambia rápidamente a medida que más niños comienzan a desaparecer.

IT fue aterradora en muchos momentos, y Bienvenidos a Derry retoma ese entusiasmo por el horror físico sin contenciones. A quienes tengan el estómago sensible, se les recomienda tener un cojín a mano para cubrirse el rostro: la sangre no tarda en aparecer. La serie está cargada de sobresaltos, y hay una secuencia extendida que incluye algunas de las muertes más brutales vistas desde los mejores episodios de Juego de tronos.

Muschietti no se aferra al material original con una reverencia excesiva —por ejemplo, en la novela IT, Pennywise regresa en 1957, no en 1962—. Aun así, los fanáticos más exigentes de Stephen King quedarán impresionados con lo fiel que la serie logra capturar esa atmósfera espesa, enfermiza y creciente de terror que caracteriza al universo de IT. Incluso quienes llegaron por error esperando algo como Derry Girls tal vez se queden mirando un rato por curiosidad… al menos hasta que empiecen a llover miembros amputados y los chorros de sangre inunden la pantalla.

Traducción de Leticia Zampedri

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