‘Frankenstein’: la elegante adaptación de Guillermo del Toro luce mucho pero aporta poco
Jacob Elordi encarna a un monstruo carismático en una cinta visualmente deslumbrante pero con poco trasfondo, junto a Oscar Isaac y Mia Goth
El joven actor australiano Jacob Elordi no se parece mucho a Boris Karloff y su elección para interpretar al monstruo es uno de los elementos más desconcertantes de la audaz, visualmente impactante, pero a menudo discordante reinterpretación de Mary Shelley que presenta Guillermo del Toro en competencia en Venecia.
El director mexicano optó por resaltar el romanticismo y relegó el horror a un segundo plano. Elordi interpreta a la criatura como un marginado incomprendido al estilo James Dean, con conflictos edípicos, más que como un agente del mal y el caos.
Aunque su rostro y torso están cubiertos por cicatrices, grapas y costuras grotescas —como corresponde al personaje—, no solo es el personaje más empático de la película, sino también el más atractivo.
La carga del verdadero villano recae en Oscar Isaac, quien interpreta al brillante, pero egomaníaco científico Victor Frankenstein, el “padre” de la criatura que la abandona de inmediato tras darle vida.
El público ya está tan impregnado del mito de Frankenstein que resulta dudoso que pueda ver esta película con ojos inocentes. Ha pasado por las versiones de Universal, la parodia clásica de Mel Brooks (El joven Frankenstein), los horrores de Hammer, el enfoque directo de Kenneth Branagh en los años noventa, la adaptación con temas similares de Yorgos Lanthimos basada en Alasdair Gray (Pobres criaturas) e incluso la versión de Andy Warhol.
Esta nueva propuesta puede ser una interpretación mucho más fiel a la novela original que la mayoría de sus predecesoras, pero eso no significa que logre borrar su recuerdo.
La interpretación de Oscar Isaac resulta afectada e irregular. La película cita a Byron, y uno podría esperar que el actor retratara a Victor Frankenstein como una figura romántica y carismática. Sin embargo, en las escenas en las que Victor actúa como el científico rebelde que escandaliza a la comunidad médica de Edimburgo con sus experimentos “galvánicos”, transmite una extraña sensación de amenaza. Mientras revuelve los ojos, se agita y da saltos, cuesta generar empatía hacia él.
Isaac deja una impresión mucho más poderosa en la segunda mitad, cuando representa a Victor como un hombre destruido y desesperado, con una pierna protésica, embarcado en su sombría expedición por el Ártico con el objetivo de destruir a su propia creación.
Pocos directores contemporáneos pueden igualar el estilo visual y la imaginación de Guillermo del Toro. Su película está repleta de escenas meticulosamente diseñadas. La historia comienza con fuerza y viveza, cuando unos exploradores daneses encuentran al Victor Frankenstein gravemente herido y lo suben a bordo de su barco.
Poco después, también aparece el monstruo. Los marineros hacen todo lo posible por eliminarlo, pero este siempre regresa, como una mancha imposible de borrar.
Desde el punto de vista técnico, hay mucho que admirar en esta película. Ya sea en el campo de batalla donde Victor busca partes del cuerpo, o en las calles embarradas y salpicadas de sangre de Edimburgo, donde aún se realizan ejecuciones públicas, cada escenario está recreado con un nivel de detalle exquisito. El diseño de vestuario y la dirección de arte son impecables.
El elenco también ofrece interpretaciones destacadas. Christoph Waltz aporta su habitual cinismo al papel del elegante industrialista —de sombrero de copa— que financia los experimentos de Victor. Mia Goth añade una notable carga emocional al interpretar a Elizabeth, una joven entomóloga hermosa, inteligente y de carácter fuerte, prometida del hermano de Victor, William (interpretado por Felix Kammerer), pero de quien Victor termina enamorándose.
Casi como si se tratara de un drama judicial, la narración se mantiene imparcial. Primero escuchamos la versión de Victor, quien relata su historia de vida al curtido capitán danés, interpretado por Lars Mikkelsen. “Al buscar la vida, creé la muerte”, se lamenta Victor, sumido en una profunda autocompasión.
Luego llega el turno del monstruo, quien se presenta como un testigo poético y atormentado, lo que hace que la simpatía del público se incline inevitablemente hacia él.

Lamentablemente, Frankenstein corre el riesgo constante de perder el rumbo. La película oscila entre escenas de melodrama romántico exuberante y momentos de violencia grotesca al estilo Grand Guignol. Muy pronto queda claro que el monstruo no puede morir, lo que hace que la tensión narrativa se debilite.
A pesar del impecable dominio formal de Del Toro, este Frankenstein carece, en última instancia, del voltaje necesario para cobrar verdadera vida.
Director: Guillermo Del Toro Reparto: Jacob Elordi, Oscar Isaac, Christoph Waltz, Mia Goth, Felix Kammerer y Charles Dance. 149 minutos
‘Frankenstein’ se estrena en cines el 17 de octubre y estará disponible en Netflix a partir del 7 de noviembre.
Traducción de Leticia Zampedri