Coppola renuncia a su isla privada en Belice tras el fracaso en taquilla de ‘Megalópolis’
El veterano cineasta arrendó la isla Coral Caye durante nueve años
El veterano cineasta Francis Ford Coppola renunció al arrendamiento de una isla privada en Belice tras enfrentar dificultades financieras derivadas del fracaso comercial de su más reciente película, Megalópolis.
La isla, llamada Coral Caye, tiene una extensión de una hectárea y se ubica a unos 13 kilómetros de la costa, detrás del Arrecife de Coral de Belice.
Coppola, de 86 años, la había alquilado durante nueve años como parte de su marca de hospedaje boutique, Family Coppola Hideaways. Durante ese tiempo, construyó dos residencias y un muelle, además de instalar paneles solares y tanques de agua, apostando por la autosuficiencia del lugar.
“Al señor Coppola le dolió mucho dejar la isla”, comentó Peter McLean, del grupo inmobiliario Corcoran, al sitio Mansion Global. Además, explicó que el director visitaba Coral Caye cada tres a seis meses y que “valoraba profundamente su tiempo en ese paraíso; era un lugar muy significativo para él”.
La entrega del arrendamiento coincide con las pérdidas económicas que enfrenta Coppola tras el fracaso de Megalópolis, su ambicioso proyecto autofinanciado. La cinta, que habría costado cerca de 120 millones de dólares, solo ha recaudado 14,4 millones a nivel mundial.
Parte importante del financiamiento, según el San Francisco Chronicle, provino de la venta de dos de sus bodegas familiares.
La película, protagonizada por Adam Driver, Aubrey Plaza y Shia LaBeouf, es una fábula futurista que establece paralelismos entre el actual Estados Unidos y la caída de Roma.
Tras su estreno en septiembre de 2024, la cinta recibió críticas divididas por parte de la prensa especializada.

Francis Ford Coppola reconoció la presión financiera que atraviesa. En marzo de este año, durante una entrevista en el pódcast Tetragrammaton, admitió: “No tengo dinero porque invertí todo lo que pedí prestado en Megálopolis. Básicamente, ya no existe. Creo que se recuperará en 15 o 20 años, pero ahora no lo tengo”.
El contrato de arrendamiento de Coral Caye fue asumido por un empresario guatemalteco, quien tiene planes de ampliar la propiedad y convertirla en un complejo turístico de mayor escala en el transcurso del próximo año y medio.
La isla fue listada en 2022 con un precio inicial de 2,19 millones de dólares.
En octubre de 2025, The New York Times reportó que Francis Ford Coppola, desde Roma, se preparaba para subastar siete relojes de lujo a través de la casa Phillips, con el objetivo de mantener su proyecto a flote.
Entre las piezas ofrecidas estaba un FP Journe de 2014, que ayudó a diseñar y que alcanzó un valor cercano al millón de dólares, junto con varios relojes de marcas como Patek Philippe, Blancpain, IWC y Breguet, valuados entre 3.000 y 240.000 dólares.
Pese al revés financiero, Coppola se mostró optimista sobre el futuro de Megálopolis. En diálogo con The New York Times, aseguró: “Muchas de mis películas recuperan su valor con el tiempo”, citando como ejemplo Apocalipsis, que lo dejó endeudado inicialmente, pero más tarde superó los 150 millones de dólares en taquilla.
En mayo de este año, Coppola explicó que no había autorizado aún el estreno en plataformas de Megálopolis porque la película seguía en cartelera, y comparó la situación con la vivida en los años posteriores al lanzamiento de Apocalipsis.
“Después de las elecciones, la gente está agotando las funciones de Megálopolis […]. Fue tan profética al señalar que Estados Unidos se parece a Roma y podría perder su república, que ahora todos están yendo al cine. Recientemente, agotamos tres funciones en Boston y en Detroit, y la gente hace fila”, contó a GQ.
“Es lo mismo que ocurrió con Apocalipsis. Al principio fue un fracaso, recibió malas críticas, muchos la calificaron como la peor película jamás hecha. Y, sin embargo, el público nunca dejó de verla. Eso mismo está pasando ahora con Megálopolis”.
En una reseña de tres estrellas publicada en The Independent, el crítico Geoffrey McNab escribió: “Megálopolis, la epopeya autofinanciada de 120 millones de dólares de Coppola, no se parece a El Padrino ni a Apocalipsis, pero al menos está llena de ideas”.
“El cineasta pasó décadas intentando llevar Megálopolis a la pantalla. ¿Y si no valía la pena? ¿Qué hacer con los múltiples relatos de caos durante el rodaje? Al final, no es el desastre que pudo haber sido. Pero sí es una obra profundamente imperfecta y muy excéntrica”.
“Visualmente, Megálopolis deslumbra en muchos momentos. Los rascacielos aparecen bañados en luz dorada, y la ciudad futurista que retrata evoca tanto el clásico del cine mudo Metrópolis, de Fritz Lang, como esas fantasías kitsch y juguetonas que el pionero francés Georges Méliès solía crear en los albores del cine”.
Traducción de Leticia Zampedri





