Vikings emprenden viaje de 10 días y 2 partidos a Dublín y Londres, un hito en la NFL

La recolección de pasaportes para cada uno de los casi 200 miembros del grupo de viaje de los Vikings de Minnesota comenzó hace más de cinco meses.
Fue entonces cuando el personal de operaciones del equipo inició los preparativos para un viaje sin precedentes en la NFL.
Durante la primavera y el verano continuaron los ecordatorios regulares a jugadores, entrenadores y todos los demás en la organización acerca de que iban a Dublín y Londres —a fin de localizar o renovar ese requisito innegociable para un viaje al extranjero. Finalmente, todos los trámites quedaron listos y en un solo paquete.
Habiendo jugado cuatro partidos internacionales en los últimos 12 años, los Vikings tenían un plan para los pasaportes —y prácticamente para todo lo demás.
"Es realmente un alivio saber que los tenemos en mano y que el perro no se los comió la noche anterior", afirmó recientemente Paul Martin, director de operaciones del equipo. "Es suficiente estrés cuando los tenemos, porque entonces me preocupa que la caja fuerte sea forzada, y ni hablar de tenerlos en 200 casas distintas hasta que partamos".
La hipercompetitividad de una temporada de 17 partidos en una liga que ha superado los 23.000 millones de dólares en ingresos anuales ha creado un entorno de precisión casi militar en la preparación para cada encuentro y un apoyo similar al de un complejo turístico de lujo para los jugadores en gira, a fin de ayudarlos a lograr un rendimiento óptimo cada vez que salen al campo.
Esos estándares no se reducen cuando los equipos viajan, ya sea al otro lado del río hacia Wisconsin, donde los Vikings juegan contra su rival Green Bay cada año, o al otro lado del océano hacia Europa, donde están instalados esta semana entre un par de partidos.
Los contenedores en el envío anticipado estaban cargados con mucho más que sólo cinta adhesiva para tobillos y bolsas de hielo.
"Aderezo ranch, salsas de barbacoa, cereales, todo lo que están acostumbrados a comer", comentó Ben Hawkins, dietista en jefe para el rendimiento.
Como el primer equipo en la historia de la liga en jugar encuentros internacionales consecutivos en diferentes países —los Jaguars de Jacksonville han disputado duelos consecutivos en Londres—, los Vikings sólo estaban interesados en aceptar la misión si el departamento deportivo estaba de acuerdo con ello.
Sacar dos partidos de Pittsburgh y Cleveland, estadios donde es difícil jugar, para llevarlos a sitios neutrales donde ambos oponentes tuvieron que tomar vuelos largos, ajustar sus relojes biológicos y prepararse en entornos desconocidos fue una ventaja. La experiencia del talentoso e incansable personal de apoyo del equipo, desde el entrenamiento deportivo, el equipamiento y la nutrición hasta las operaciones y la seguridad, hizo que la decisión fuera aún más fácil.
"Si fuera yo quien reservara el viaje y trajera las rodajas de naranja después del partido, si fuera todo eso, no estaría tan confiado en nuestra capacidad para manejar estos viajes", expresó el entrenador de los Vikings, Kevin O'Connell. "Tenemos personas increíbles en cada nivel que participan en la planificación y ejecución de dicho plan".
Mucho antes de que el calendario de la NFL se publicara a mediados de mayo, Martin y su equipo, encabezado por el vicepresidente de operaciones e instalaciones Chad Lundeen, comenzaron a trabajar en los detalles.
Los Vikings ya estaban bien versados en la logística de Londres, pero había mucho que aprender sobre un nuevo destino para el primer partido de la liga en Dublín. Los Steelers vencieron a los Vikings 24-21 el domingo pasado.
Así, los miembros del personal visitaron Irlanda a principios de junio para ver el Croke Park, el hotel del equipo, los campos de práctica y las instalaciones médicas del área, por si acaso.
"Y tal vez uno o dos pubs", añadió Martin.
Luego estaba el desafío inherente de pasar diez días en el extranjero —y transportar todo el equipamiento necesario y las comodidades solicitadas a tiempo para que estuvieran esperando a los jugadores a su llegada la semana pasada. ¿La fecha límite para empacar los dos camiones semirremolques? El 30 de junio.
Después del viaje hacia el este, el equipamiento fue transferido a un barco carguero que atracó en Dublín unos diez días antes de que los Vikings salieran al campo para enfrentar a los Steelers. Desde allí, un transbordador llevó todo a Londres antes del encuentro de este domingo en el Tottenham Hotspur Stadium contra los Browns.
Cada artículo tuvo que ser registrado en un carnet, un documento de aduanas internacional que permite a individuos o empresas que viajan llevar temporalmente bienes dentro y fuera de un país sin pagar impuestos sobre ellos.
"Básicamente es como si estuviéramos de gira y tuviéramos dos escenarios", explicó Mike Parson, director de servicios de equipamiento.
A medida que la NFL continúa expandiendo el menú de partidos internacionales —hay siete esta temporada con un objetivo declarado por el comisionado Roger Goodell de llegar a 16—, un viaje como éste a varias ciudades bien podría repetirse.
La liga anunció la semana pasada un compromiso de al menos tres partidos de temporada regular durante cinco años en Río de Janeiro, comenzando en 2026 después de dos partidos en Sao Paulo, uno a principios de este mes y uno la temporada pasada. Berlín y Madrid se unen a Dublín este año como anfitriones por primera vez.
Melbourne, Australia, está en la lista para la próxima temporada. Goodell dijo que Asia está en la cola después de eso.
Los Vikings, que han aprovechado la porción global de su base de fanáticos con derechos de marketing en el Reino Unido, han proporcionado a la NFL un valioso caso de prueba con este viaje transatlántico a Irlanda e Inglaterra.
"Estamos realmente confiados en el plan que tenemos en marcha y en el trabajo que hemos hecho con los Vikings antes de esto", afirmó Peter O'Reilly, vicepresidente ejecutivo de negocios de clubes, internacionales y eventos de la liga. "Se trata realmente de aprender mientras continuamos creciendo y potencialmente aumentar el número de partidos internacionales en el futuro".
Todas esas horas extra dedicadas por los miembros del personal del equipo, tratando de crear un hogar lejos de casa y de tener un plan para cualquiera de las sorpresas que puedan surgir en un país extranjero, valieron la pena al final.
"A pesar de la enorme tarea que representa este viaje", esto fue algo bueno para nosotros. Esa es la única forma en que lo estamos viendo", valoró Martin.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.