Análisis: Nadal podría no volver a jugar; o podría sorprender y ganar de nuevo

Una vez que concluya — o incluso si ya llegó a su final — la superlativa carrera deportiva de Rafael Nadal será reconocida por sus logros como sus 22 títulos de Grand Slam, actualmente empatado con la mayor cantidad para un hombre en la historia, y un récord de 14 títulos del Abierto de Francia. Tal como debe ser.

Sin embargo, los días de Nadal en las canchas también serán recordados por cuestiones que van más allá de los números. Ese feroz drive de zurda. Sus entrañables rivalidades con Roger Federer y Novak Djokovic. Su dominio sin precedentes en Roland Garros, donde hay una estatua suya. Su inquebrantable humildad. Sus camisetas que dejan sus músculos al descubierto y sus pantalones capri de aquellos primeros años. Su tendencia a colocar sus botellas de cierta forma. Entre otras cosas.

Cualquier conversación completa sobre Nadal también debe incluir una referencia a su estilo físico y su esfuerzo inagotable, en los partidos y en los entrenamientos, que fueron artífice de más de 1.000 triunfos y sin duda contribuyeron a todas de sus tantas lesiones. El jueves anunció que no ha sanado lo suficiente para disputar París, que comienza el 28 de mayo, y no tiene la certeza de cuándo volverá al circuito después de permanecer ausente desde enero con un problema en la cadera izquierda.

En cuanto al panorama general, al tanto como cualquier otra persona de que las preguntas pertinentes ahora giran en torno a su futuro deportivo, Nadal se puso un tanto filosófico.

“Todo tiene un principio”, comentó. “Y también un final”.

¿Entonces este es el final del camino de Nadal con una raqueta en la mano? Bien podría serlo. Nadal, quien cumple 37 años el 3 de junio, no tiene la certeza. Desde luego, tampoco nosotros. De cualquier forma, sería tonto descartar cualquier cosa cuando se trata de alguien tan talentoso, determinado e infatigable como siempre lo ha sido.

“Si voy a poder luchar un Grand Slam no lo sé”, dijo en su conferencia de prensa desde su academia de tenis en Manacor, España.

Por el momento pondrá una pausa — no más partidos, no más entrenamientos — para que su cadera pueda recuperarse. El descanso podría ser de varios meses. O más.

“El mundo del tenis y el torneo de Roland Garros se verán afectados por su ausencia, por su historia en ese torneo y en general lo que ha conseguido en su carrera y el impacto que ha tenido en el deporte”, dijo Djokovic, quien busca su 23er título de Grand Slam y la oportunidad de finalmente estar solo en la cima del Big Three en esa categoría se acaba de volver un poco más accesible.

“Desde luego, su ausencia de cualquier torneo, pero particularmente de los más importantes, tiene un impacto en el mundo del tenis y en los aficionados al tenis”, añadió el serbio.

Y en el mismo Nadal.

Habló con franqueza sobre los estragos físicos y mentales que ha atravesado recientemente.

Sobre el dolor. Sobre la frustración.

Espera volver a jugar esta temporada, posiblemente en la Copa Davis. Quiere jugar algunos de sus eventos favoritos en 2024 antes de poner un punto final, incluido desde luego el Abierto de Francia, donde participó 18 veces consecutivas, con marca de 112-3, forjando una relación entre un evento y un deportista que no se había visto nunca.tEso podría dar como resultado una lista cuidadosamonte pensada de eventos, con discursos y ceremonias antes y después de los partidos con afectuosas anécdotas y bromas bienintencionadas, regalos como mecedoras, o una bata y pantuflas.

Pero nadie debería esperar que Nadal se interese en la hagiografía de todo esto. De hecho, nadie debería sorprenderse si sale a la cancha y logra ganar otro torneo, ya no digamos si de alguna forma reúne la habilidad y la energía para lidiar con el desgaste de siete partidos al mejor de cinco sets en un major.

Nunca ha permitido que su salud lo mantenga atado por mucho tiempo. Nunca ha permitido que las dudas — de propios o extraños — se interpongan en el camino de su grandeza.

“Voy a intentar de darme la oportunidad de volver a competir y mi intención es que sea mi último año. Luego no sabes lo que pueda pasar. Voy a intentar que mi último año no sea de comparsa, que pueda competir al más alto nivel”, puntualizó.

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Los periodistas de Associated Press Joseph Wilson, en Barcelona, y Andrew Dampf, en Roma contribuyeron a este despacho.

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