“Inquietante y perturbador”: así describían a Bryan Kohberger sus compañeros antes de los crímenes en Idaho
El mes pasado, Bryan Kohberger fue sentenciado a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional
Bryan Kohberger, responsable del asesinato de cuatro estudiantes de la Universidad de Idaho en 2022, ya era señalado por su comportamiento “sexista y perturbador” durante sus estudios de posgrado en justicia criminal, de acuerdo con testimonios de compañeros.
Meses antes de los homicidios, una profesora de la Universidad Estatal de Washington advirtió a colegas sobre el peligro que representaba Kohberger. Alertó que, si llegaba a convertirse en profesor, “probablemente acosaría o abusaría sexualmente de sus futuras alumnas”.
Los documentos de la investigación revelan que la académica incluso pidió a sus superiores que le retiraran el financiamiento para sacarlo del programa, debido a su conducta problemática.
“Es lo suficientemente inteligente como para que en cuatro años tengamos que darle un doctorado”, señaló en una reunión, según el informe del detective Ryan O’Harra, de la Policía Estatal de Idaho. “Guarden mis palabras: trabajo con depredadores. Si le damos un doctorado, en unos años escucharemos que acosa, vigila y abusa sexualmente de sus estudiantes en cualquier universidad”, agregó.
Estos testimonios, junto con entrevistas a alumnos e instructores de la Universidad Estatal de Washington, forman parte de más de 550 páginas de documentos de investigación que la Policía Estatal de Idaho publicó la semana pasada en respuesta a solicitudes de acceso a información pública.
Kohberger fue condenado el mes pasado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por el asesinato a puñaladas de Kaylee Goncalves, Madison Mogen, Xana Kernodle y Ethan Chapin, ocurrido la madrugada del 13 de noviembre de 2022 en una vivienda alquilada cerca del campus de Moscow, Idaho.

Una profesora de la Universidad Estatal de Washington (WSU) contó a los investigadores que Bryan Kohberger solía entrar en una oficina donde trabajaban varias estudiantes de posgrado, bloqueando la puerta para impedirles salir. En ocasiones, alguna de ellas decía “Necesito salir de aquí” y la académica intervenía para liberarla.
La docente señaló que creía que Kohberger acosaba a las alumnas y recordó que, en septiembre u octubre, alguien irrumpió en el departamento de una estudiante y robó perfume y ropa interior.
Una doctorante del mismo programa relató a la policía que Kohberger disfrutaba del conflicto, tenía actitudes despectivas hacia las mujeres y mostraba especial interés por el tema del “ingreso ilegal en propiedad con fines de abuso sexual”, su área de estudio.
Algunos dentro del departamento sospechaban que podía convertirse en un violador en el futuro e incluso especulaban con que fuera un “incel”.
Tres semanas después de los asesinatos, Kohberger comentó a la estudiante que quien los había cometido “debía ser bastante bueno” y sugirió que podía tratarse de un caso de “una sola vez”, según el reporte del sargento Michael Van Leuven, de la Policía Estatal de Idaho.
La testigo aseguró que jamás había conocido a alguien tan condescendiente y cuestionó que las autoridades universitarias no hubieran intervenido. “La manera en que hablaba con las mujeres del departamento resultaba inquietante”, señaló en su declaración.

Una instructora relató a la policía que fue asignada para trabajar con Bryan Kohberger en su programa doctoral y que, a finales de agosto de 2022, comenzó a recibir quejas de estudiantes y personal del área de justicia criminal sobre su conducta.
Según explicó, pasó “mucho tiempo” en reuniones disciplinarias hablando de Kohberger.
“Los encuentros se centraban en sus interacciones con otros estudiantes de posgrado, tanto dentro como fuera del aula, además de su comportamiento con algunos profesores de justicia criminal”, se señala en un informe policial.
De acuerdo con el detective Sean Prosser, de la Policía Estatal de Idaho, la universidad recibió nueve denuncias formales de profesores, personal administrativo y alumnos sobre el comportamiento “grosero y despectivo hacia las mujeres” de Kohberger. Como respuesta, la institución organizó una clase obligatoria de capacitación para todos los estudiantes de posgrado sobre normas de conducta.

De acuerdo con los reportes policiales, muchos de los compañeros e instructores de Bryan Kohberger en la Universidad Estatal de Washington no sospechaban de su participación en los asesinatos. Sin embargo, al menos una estudiante notó cambios en su comportamiento tras los crímenes.
La joven declaró que antes de los homicidios Kohberger usaba con frecuencia su teléfono, pero dejó de llevarlo a clase después de los asesinatos. También comentó que comenzó a lucir más desaliñado en las semanas posteriores y que le resultaba extraño que nunca participara en las conversaciones sobre las muertes ocurridas en Moscow.
Finalmente, decidió llamar a una línea de denuncias y reportó que había visto a Kohberger con los nudillos ensangrentados poco antes de los asesinatos y que su mano parecía como si hubiera estado golpeando algo.
Traducción de Leticia Zampedri