James Webb captura imagen de dos galaxias masivas chocando entre sí y provocando estallidos estelares
La mayoría de las galaxias tienen un agujero negro supermasivo activo en su centro. Nuestra propia Vía Láctea lo tiene. Cuando dos galaxias colisionan, los astrónomos esperan que los agujeros negros del centro de cada galaxia sean especialmente activos.
James Webb sigue sorprendiendo por el asombroso trabajo que está realizando. La última imagen que comparte el equipo del James Webb es la de dos galaxias masivas chocando entre sí. La colisión galáctica es tan intensa que se pueden ver lo que parecen ser chispas saliendo de las galaxias mientras chocan. Lo más intrigante es que en medio de este choque cósmico, los investigadores han encontrado algo inesperado: no parece haber un agujero negro supermasivo activo en ninguna de las dos galaxias.
Las colisiones galácticas no son un fenómeno inesperado o poco común. De hecho, James Webb captó recientemente una imagen de la Galaxia Cartwheel, otra galaxia formada por una colisión masiva de dos galaxias.
La mayoría de las galaxias tienen un agujero negro supermasivo activo en su centro. Nuestra propia Vía Láctea lo tiene. Cuando dos galaxias colisionan, los astrónomos esperan que los agujeros negros del centro de cada galaxia sean especialmente activos. Esto se debe a que este tipo de incidentes arranca enormes corrientes de material de cada galaxia.
Posteriormente, la colisión suele provocar enormes ondas de choque que atraviesan las galaxias en colisión. Sin embargo, cuando los investigadores empezaron a analizar las dos galaxias que chocaban entre sí, descubrieron que ninguna parecía tener un agujero negro activo.
¿Cuál es el rol de los agujeros negros?
La NASA en su sitio oficial dice que un agujero negro es un objeto astronómico con una fuerza gravitatoria tan fuerte que nada, ni siquiera la luz, puede escapar de él. La “superficie” de un agujero negro, denominada horizonte de eventos, define el límite donde la velocidad requerida para evadirlo excede la velocidad de la luz, que es el límite de velocidad en el cosmos. La materia y la radiación son atrapadas y no pueden salir. Los agujeros negros crecen por la acumulación de la materia que atrapan, incluyendo el gas desprendido de estrellas vecinas e incluso otros agujeros negros.
Cuando dos galaxias orbitan entre sí y chocan, arrancan enormes corrientes de material entre sí y crean enormes ondas de choque que atraviesan ambas galaxias. Ambos procesos se reflejan en las manchas rojas de esta imagen, que son regiones de formación estelar cubiertas de polvo. Lo más probable es que las ondas de choque hayan estimulado su actividad.
¿Qué ha ocurrido en esta oportunidad qué asombra a los astrónomos?
Casi todas las galaxias masivas tienen un agujero negro supermasivo en su centro, y los investigadores esperan que los agujeros negros de las galaxias en fusión sean relativamente activos, devorando gas de su entorno y emitiendo enormes cantidades de radiación en el proceso. Pero cuando U y sus colegas empezaron a analizar los datos de IC 1623, no encontraron ninguna señal de agujeros negros activos.
Siendo que la mayoría de las galaxias tienen un agujero negro supermasivo activo en su centro, la ausencia de señales que apunten a agujeros negros supermasivos activos es intrigante. Sin embargo, los investigadores no pueden garantizar todavía la ausencia de un agujero negro, ya que podrían ser más difícil de detectar. Podrían estar ocultos en la masa de las galaxias que se están juntando. Además, es posible que simplemente no estén activos por alguna razón.
Los agujeros negros suelen absorber material de las estrellas cercanas. Por ello, esta colisión parece una forma perfecta para que los agujeros negros de la zona se alimenten libremente del desorden resultante de la colisión. Sin embargo, todavía hay mucho que no sabemos sobre los agujeros negros en general, y la cantidad de gases y materiales que colisionan en estas dos galaxias que chocan entre sí podría simplemente estar ocultando la presencia de uno.
Con información de NASA