Las memorias de Jared Kushner calificadas como “sin alma” en una brutal primera reseña
“Kushner parece un maniquí y escribe como uno”, dice el crítico de libros del ‘New York Times’, Dwight Garner
Las memorias de Jared Kushner de su tiempo como asesor principal de Donald Trump han sido calificadas como “serias y sin alma” por una brutal reseña del New York Times.
A Breaking History: A White House Memoir la denostó como las reflexiones egoístas y selectivas de un “joven heredero de bienes raíces arrogante que comió un montón de Big Macs junto a su suegro” el crítico de libros del Times, Dwight Garner.
Kushner habla de su astucia para hacer tratos mientras lanza una serie de clichés con el tono de un “ensayo de admisión a la universidad”, escribe Garner.
“Kushner parece un maniquí y escribe como uno”, concluye Garner, mientras ignora el “caos, la alienación de los aliados, la ruptura de leyes y normas, los coqueteos con dictadores”.
Kushner, de 41 años, salpica su libro con elogios de sus colegas, quienes lo llaman “genio”, “increíble” y uno de los “mejores cabilderos”.
Un terapeuta podría considerar esto como un “grito de ayuda”, escribe Garner.
Se consideraba que Kushner era la segunda persona más poderosa en la Casa Blanca después de Trump, y se le asignó una amplia gama de responsabilidades, desde resolver la paz en Medio Oriente, arreglar la crisis de los opioides, acaparar al Partido Republicano y dirigir la campaña de reelección de 2020.
Con frecuencia se enfrentó contra otros miembros del círculo íntimo de Trump y expulsó a varios de sus partidarios, incluidos Corey Lewandowski y Steve Bannon.
Garner escribe que el primer secretario de Estado de Trump, Rex Tillerson, le rogó que se mantuviera al margen de los asuntos internacionales, y poco después también lo destituyeron de su cargo mediante un tuit presidencial.
“Una vez en la Casa Blanca, Kushner se convirtió en el Little Jack Horner [una caracterización de la codicia y mezquindad], le arruinaba las cosas a e todos los demás, y se pregunta por qué no les agradaba”.
Las memorias profundizan en el encarcelamiento de su padre, Charles Kushner, después de contratar a una prostituta para seducir a su cuñado y enviar imágenes del encuentro a su hermana.
Kushner culpa al entonces fiscal de EE.UU., Chris Christie, por llevar el caso con demasiado celo.
También habla brevemente de su noviazgo con Ivanka, durante el cual cenaron en la Riviera francesa con Rupert Murdoch, Billy Joel y Bono.
Pero la mayor parte del tomo de casi 500 páginas se centra en los cuatro años de Kushner en la Casa Blanca, y contiene solo unas breves menciones sobre los disturbios del 6 de enero o las denuncias ficticias de fraude electoral promovidas por su suegro.
La lealtad de Kushner a Trump “sigue siendo absoluta”.
“Este libro es como un recorrido por una majestuosa casa de madera del siglo XVIII, ahora quemada hasta los cimientos, que se enfoca solo en lo que queda entre las cenizas y se regocija en ello: las dos tinas chamuscadas, el camino de entrada de grava y el buzón”, escribe Garner.