Incluso con el texto tachado, la declaración jurada de Trump y los documentos guardados sí que son impactantes
Donald Trump, enojado y amargado después de perder ante Joe Biden, regresó a Florida con cientos de documentos clasificados que no tenía derecho a conservar y sin ningún lugar seguro donde guardarlos. Cuando los Archivos Nacionales solicitaron su devolución, sus abogados parecen haber obstruido los esfuerzos. No te confundas: es una noticia tremenda
Hay momentos en los que es fácil sentirse abrumado por las distracciones y este es uno de ellos.
¿Cuántos documentos iba a divulgar el DOJ (Departamento de Justicia)? ¿Cuál era la diferencia entre la carta que describe su justificación legal y la propia declaración jurada? ¿Y cuál es el mensaje que se puede entender si gran parte del contenido está tachado?
Es mejor enfocarse en lo básico en días como hoy: el Departamento de Justicia reveló públicamente por primera vez que los agentes recuperaron 184 documentos clasificados que Donald Trump había estado guardando en su propiedad de Mar-a-Lago. Estaban contenidos en 15 cajas y fueron devueltos a los Archivos Nacionales en enero; los funcionarios alertaron al Departamento de Justicia después de que descubrieron que los documentos estaban marcados como “top secret” [ultrasecretos] y clasificados. La investigación realizada por el DOJ generó la preocupación de que Trump todavía tuviera otros documentos que podrían poner en peligro las “fuentes humanas de información clandestinas” o las tácticas de recopilación de información clasificada en el extranjero si se hicieran públicos.
Esta preocupación fue la base de la orden que solicitó y obtuvo el FBI cuando ejecutó una redada en la casa de Trump el 8 de agosto y recuperó otras 11 cajas de materiales. La declaración jurada decía que había “184 documentos únicos con marcas de clasificación, incluidos 67 documentos marcados como ‘CONFIDENTIAL’ [confidencial], 92 documentos marcados como ‘SECRET’ [secreto] y 25 documentos marcados como ‘TOP SECRET’ [ultrasecreto]”.
Estos no son informes de los medios ni citas de personas con supuesto conocimiento de la investigación. Son los datos contenidos en documentos jurídicos jurados que los agentes presentan ante un juez.
Los funcionarios también le dijeron al juez que sin el texto tachado, “la declaración jurada podría usarse para identificar a muchos, si no es que a todos, de estos testigos”.
“Si se exponen las identidades de los testigos, podrían estar sujetos a daños como represalias, intimidación o acoso, e incluso amenazas a su seguridad física”, agrega la orden. “Como ya señaló el tribunal, ‘estas preocupaciones no son hipotéticas en este caso’”.
El documento publicado el viernes también confirma otro punto crucial. A pesar de todas las estructuras y amenidades que existen en la propiedad de lujo de Trump cerca de Palm Beach, no hay una instalación segura para el almacenamiento o la lectura de dichos documentos.
“Mar-a-Lago no incluye un lugar seguro autorizado para el almacenamiento de información clasificada”, agrega el documento. “Como tal, parece que desde el momento en que se retiraron los documentos clasificados de las instalaciones seguras de la Casa Blanca y se trasladaron a Mar-a-Lago alrededor del 20 de enero de 2021, no se han manejado de manera adecuada ni se han almacenado en un lugar apropiado”.
Esa, en esencia, es la historia de hoy. Donald Trump, enojado y amargado tras perder ante Joe Biden, regresó a Florida con cientos de documentos clasificados que no tenía derecho a conservar. Cuando los Archivos Nacionales solicitaron su devolución, sus abogados parecen haber obstruido los esfuerzos.
El viernes, Trump trató de descartar el asunto y pareció mostrarse satisfecho por el hecho de que hasta el momento no se han mencionado secretos nucleares. “¡Declaración jurada muy redactada!” escribió en su plataforma Truth Social. “Nada mencionado sobre ‘Nuclear’, un subterfugio total de relaciones públicas por parte del FBI y el DOJ, o nuestra estrecha relación de trabajo con respecto a la entrega de documentos: LES DIMOS MUCHO”.
Joe Biden —que todavía afirma que dejó la investigación completamente en manos de Merrick Garland y el Departamento de Justicia, a pesar de las enormes implicaciones políticas de investigar a un expresidente— dijo a los periodistas: “Dejaremos que el Departamento de Justicia lo determine”.
Veamos hacia dónde se dirige esta historia. Pero incluso en momentos en que lo extraordinario se convierte en rutina, cuando lo “loco” se siente normal, es importante reflexionar sobre lo que aprendimos sobre las acciones de Trump cuando dejó la Casa Blanca. Es nada menos que impactante.
También es impactante que, a pesar de todo esto, Trump bien podría volver a postularse a la presidencia y lograrlo.