Hillary Clinton se burla de Trump por conspiración de “espionaje” : “Mienten”
“Trump y Fox intentar armar de manera desesperada un escándalo falso para distraer la atención de sus verdaderos escándalos”
Hillary Clinton se ha burlado del expresidente Donald Trump después de que afirmó que sus ayudantes lo espiaron.
“Trump y Fox intentar armar de manera desesperada un escándalo falso para distraer la atención de sus verdaderos escándalos”, tuiteó Clinton el miércoles. “Así que como en cualquier otro día. Cuanto más se exponen sus fechorías, más mienten”.
La última presentación del fiscal especial John Durham en su investigación sobre los orígenes de la investigación Trump-Rusia fue aprovechada por los medios conservadores y el propio Trump como una reivindicación de las repetidas afirmaciones del expresidente de que fue “espiado”.
Un titular decía que Durham había alegado que la campaña de Clinton pagó para “infiltrarse” en los servidores de la Torre Trump y la Casa Blanca, aunque ese verbo no se usa en ninguna parte de la presentación, y Trump sugirió que los demócratas fueron atrapados mientras “espiaban de manera ilegal” en un escándalo peor que Watergate.
Ninguna de las afirmaciones se acerca a lo que alegó Durham en una presentación del fin de semana que parece ser se refería a un posible conflicto de intereses legal en el caso. La presentación se desvió hacia el tema de investigaciones del tráfico de Internet y atrajo una atención significativa entre quienes seguían de cerca la investigación de Durham.
Durham, exfiscal estadounidense en Connecticut, fue designado en 2019 por el entonces fiscal general William Barr para investigar posibles malas conductas dentro del gobierno mientras investigaba la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016 y cualquier vínculo con la campaña de Trump.
Una de las tres personas a las que acusó es Michael Sussmann, un destacado abogado de ciberseguridad que representó a la campaña de Clinton durante las elecciones del 2016. En septiembre de ese año, se reunió con el FBI para transmitir las preocupaciones de los investigadores de seguridad cibernética sobre un posible canal trasero digital entre los servidores de la Organización Trump y Alfa Bank, con sede en Rusia, una afirmación tentadora que, de ser cierta, podría haber señalado un contacto entre el sequito de Trump y Rusia en un momento en que el FBI ya intentaba determinar si existía tal conexión.
El FBI investigó, pero descubrió que esas preocupaciones no tenían fundamentos. Durham acusó a Sussmann el año pasado de mentirle al FBI durante esa reunión en 2016 al decir que no compartía las preocupaciones sobre Alfa Bank en nombre de ningún cliente en particular cuando en realidad, según los fiscales, lo hacía como abogado de la campaña de Clinton. Los abogados de Sussmann han negado por completo que hubiese mentido.
El viernes por la noche, el equipo de Durham presentó un documento que planteaba la posibilidad de un conflicto de intereses porque el bufete de abogados que representa a Sussmann tenía otros clientes en la investigación de Durham. Los abogados de Sussmann respondieron el lunes por la noche diciendo que renunciaría a cualquier posible conflicto.
Pero también respondieron por la inclusión del equipo de Durham en la presentación de acusaciones que, según dijeron, eran falsas y "tenían la intención de politizar aún más este caso, inflamar la cobertura de los medios y manchar el grupo del jurado". Dijeron que era parte de un patrón que comenzó con la acusación de septiembre de Sussmann.
“La Acusación tiene 27 páginas y se lee como si hubiese exsitido una gran conspiración, que involucraba a la campaña de Clinton y a Sussmann, para defraudar al FBI para que investigara a Donald Trump como parte de una ‘sorpresa en octubre’”, expresaron los abogados de Sussmann. “Pero la Acusación no acusa a nadie más que a Sussmann; la Acusación no acusa de una conspiración; y la Acusación ni siquiera acusa de un fraude”.
En la presentación, Durham dice que Sussman en febrero del 2017 presentó a los funcionarios de una agencia gubernamental, la CIA, información derivada del tráfico de Internet que, según Sussmann, mostraba que “Trump y/o sus asociados usaban teléfonos inalámbricos extraños fabricados en Rusia en las inmediaciones de la Casa Blanca y otros lugares”.
El equipo de Durham dijo que no identificó ningún respaldo para esas acusaciones, y dijo que los datos “según sospechosos” de los que Sussmann se anclaba en realidad mostraban que el tráfico de Internet que involucraba a la Oficina Ejecutiva del Presidente y al proveedor de telefonía ruso había comenzado al menos desde el 2014, cuando Barack Obama estaba en la Casa Blanca.
El expediente judicial dice que Sussmann se basó en los datos recopilados por un ejecutivo de tecnología con el que trabajó, cuya empresa, según Durham, ayudó a mantener los servidores de la Casa Blanca.
El ejecutivo, Rodney Joffe, solicitó la ayuda de investigadores informáticos que ya analizaban grandes cantidades de datos de Internet a través de un contrato de investigación de seguridad cibernética del gobierno federal, y les encargó extraer información para establecer una “inferencia” que vinculara a Trump con Rusia, dice el expediente judicial. Los investigadores explotaron el tráfico de Internet del sistema de dominios en lugares que incluyen a la Torre Trump, el edificio de apartamentos Central Park West de Trump y la Oficina Ejecutiva del Presidente, o EOP, dijo Durham.
Los investigadores no “espiaban” la campaña de Trump en 2016, sino que trabajaban a petición de los funcionarios federales para investigar los ataques de malware rusos que tenían como objetivo al gobierno de EE.UU. y la Casa Blanca, dijo Jody Westby, abogada de uno de los investigadores científicos involucrados, David Dagon del Instituto de Tecnología de Georgia.
Associated Press contribuyó información a este reportaje.