Más de medio millón de refugiados tratan de huir desesperadamente de la guerra en Ucrania
Refugiados Bienvenidos: Mientras la nieve caía el domingo, algunos tuvieron que dar la vuelta y regresar a la ciudad principal más cercana para encontrar otras salidas, informa Bel Trew desde Lviv
Huyeron de Kharkiv en el este de Ucrania bajo feroces bombardeos, viajaron 621 millas (1.000 kilómetros) al oeste y caminaron las últimas 12 horas hasta Polonia en la nieve.
Pero a solo 6 millas (10 kilómetros) de alcanzar la seguridad, el grupo de estudiantes universitarios nigerianos supieron que no podrían abordar el autobús y tuvieron que regresar.
Varados en una zona de guerra, el grupo de jóvenes y sus dos perros se sentaron en el piso de la atestada estación de trenes de Lviv y planearon su siguiente paso.
A su alrededor, familias ucranianas y extranjeros habían instalado pequeños campamentos en las salas de espera de las estaciones, a la espera de trenes que no llegaban.
La gente, aterrorizada, se agolpaba en el mostrador de información, desesperada por recibir noticias sobre trenes que fueran a cualquier lugar.
Otros esperaban en las vías, bajo la nieve, arremolinándose en torno a cada tren que arribaba para intentar abordarlo.
“Se suponía que íbamos a tomar un autobús para recorrer las últimas 6 millas (10 kilómetros) del viaje, pero les pidieron a todos los africanos que se bajaran y dijeron que solo cruzaran mujeres y niños”, contó Ben, de 27 años, quien estaba estudiando ingeniería petrolera en Kharkiv.
“Según nuestra experiencia y nuestros amigos, si no eres ucraniano, es aún más difícil salir”.
Detrás de él, otro grupo de adolescentes nigerianos, que también huyeron de Kharkiv, dijeron que sus amigos en la frontera les habían dicho que no lo intentaran, pues era casi imposible atravesar la frontera polaca si no eras europeo.
“Escuchamos que en la frontera polaca es más difícil entrar que en otros países. Esperamos que en Hungría sea más fácil”, comentó Amanda, una estudiante de medicina de 17 años. “Pero no tenemos muchas esperanzas”.
El caos en las fronteras ha ejercido una presión extrema sobre las autoridades ucranianas y polacas, que luchan por procesar a decenas de miles de hombres, mujeres y niños aterrorizados que huyen de la invasión rusa.
La agencia de refugiados de la ONU señaló el lunes que medio millón de personas había huido de Ucrania en solo unos días, y que se espera que este número crezca rápidamente.
El ejecutivo de la UE mencionó el domingo que Europa está enfrentando su crisis humanitaria más grande en años, y que los ucranianos desplazados internamente por el conflicto podrían llegar a los 7 millones.
Janez Lenarcic, comisario europeo de ayuda humanitaria y gestión de crisis, agregó que 4 millones más podrían huir del país como refugiados.
“Estamos siendo testigos de lo que podría convertirse en la crisis humanitaria más grande en nuestro continente europeo en muchísimos años. Las necesidades están incrementando mientras hablamos”, continuó.
En la frontera con Polonia, hacia donde huye la mayoría de refugiados, hay 31 millas (50 kilómetros) de autos en cola esperando cruzar, al tiempo que las familias se deshacen de sus pertenencias para terminar el viaje a pie.
Sin refugios en los cruces, en pleno invierno, los civiles que huyen han acampado en condiciones gélidas durante días.
Mientras la nieve comenzaba a caer el domingo, algunos tuvieron que dar la vuelta y regresar a la ciudad principal más cercana para encontrar otras salidas.
La pesadilla dejó a algunos ciudadanos extranjeros en el limbo, lo que generó que la gente compartiera sus historias con el hashtag “#AfricansInUkraine”.
The Independent se puso en contacto con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania para obtener comentarios, pero no recibió respuesta.
Tanto las autoridades ucranianas como las polacas anunciaron que cualquier persona de cualquier nacionalidad puede cruzar las fronteras.
Pero ante la creciente cantidad de reportes sobre retrasos de personas de África, Medio Oriente y el sudeste de Asia acumulándose, los países han empezado a manifestar su preocupación.
El ministro de Relaciones Exteriores de Nigeria, Geoffry Onyeama, informó que había planteado la cuestión de que “los guardias fronterizos ucranianos [estaban] obstaculizando la salida de ciudadanos nigerianos” ante su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba.
“[Kubela] afirmó que los guardias fronterizos ucranianos han recibido instrucciones de permitir que todos los extranjeros se vayan. Prometió investigar y revertirlo rápidamente”, agregó en Twitter.
El jefe de diplomacia pública de Sudáfrica, Clayson Monyela, llegó a decir que los estudiantes sudafricanos habían sido “maltratados” y compartió vídeos con The Independent de las terribles condiciones.
Un grupo de ciudadanos yemeníes que se encuentran en la frontera dijo a The Independent que se les ordenó ir al final de la fila cuando llegaron. Otras personas de Marruecos y Siria indicaron que todas las personas de países del Medio Oriente habían sido puestos en grupos y les habían dicho que esperaran.
De vuelta en la estación de tren, tanto los extranjeros como los ucranianos se preparaban para dormir mal, por temor a perder un tren.
Las familias, muchas de ellas ahora dispersas y divididas por toda Ucrania, han esperado un día entero para tomar un tren que los lleve a casi cualquier destino.
Un ucraniano de diecisiete años llamado Kirill, originario de la ciudad costera de Kherson, contó que se separó de su madre y su hermana por días. Ellas todavía estaban cerca de la costa, mientras que su padre quedó atrapado en otra parte del país y fue llamado a la batalla. Él se unió a sus amigos que estaban huyendo a un lugar seguro.
Mientras tanto, Ben y sus amigos se preparan para pasar la noche en la estación, al tiempo que esperan tomar un tren a Hungría.
“Estamos exhaustos y asustados y queremos irnos a casa”, confesó. “Solo esperamos poder cruzar una frontera para hacer eso”.
La campaña Refugees Welcome de The Independent pide al gobierno del Reino Unido que establezca un plan de reasentamiento para brindar asilo político en Gran Bretaña a los ucranianos que huyen de la invasión.