Padre de TikToker mata a tiros a un acosador que allanó su casa
“Todo lo que recuerdo fue que lo escuché, lo sentí en mi pecho, y miré hacia arriba, y había un agujero en mi puerta por los fragmentos”, cuenta Ava Majury
Lo que comenzó como el proyecto durante el confinamiento por coronavirus de una niña de 13 años se convirtió en un tiroteo mortal en su casa, cuando un acosador llevó su obsesión a extremos casi letales.
Ava Majury, hoy de 15 años, es una TikToker con más de 1 millón de seguidores. Uno de ellos, una persona que usaba el usuario Eric Justin11 y cuyo nombre real era Eric Rohan Justin, de 18 años, se obsesionó peligrosamente con ella.
En entrevista con The New York Times, la familia de Majury recordó un aterrador encuentro sucedido en 2020 que involucró al acosador y un allanamiento de morada con un arma.
Justin comenzó a interactuar con Majury a inicios del 2020, enviándole mensajes de Snapchat e Instagram y entrando a sesiones de videojuegos en línea que jugaba con sus hermanos.
Con el tiempo, la obsesión de Justin con la niña se volvió preocupante. La TikToker se enteró de que sus amigos en Naples, Florida, estaban vendiéndole fotos de ella y otra información, incluyendo su número de teléfono celular.
Justin comenzó a llamarla y enviarle mensajes de texto, e incluso accedió a hacer una de las tareas de matemáticas de uno de los compañero de clase de Majury a cambio de información sobre ella.
@avamajuryyy dunkin!!
♬ Collide - _spxdupsounds
“Tuve que dejar de seguir a todos mis amigos locales y mis amigos de Jersey”, le contó a The New York Times. “Y todos a mi alrededor decían ‘oh, te estás poniendo como estrella de Hollywood con todos nosotros, ya no quieres hablar con nosotros’. Y yo les decía ‘están vendiendo mis cosas’”.
Eventualmente, Justin le pidió a Majury que le vendiera selfies. La niña lo consultó con sus padres y ellos se lo permitieron, aunque señalaron que las fotos ya estaban disponibles en internet.
Majury dijo que nunca envió fotos de su cuerpo, solo de su rostro, que según ella es la clave de su marca.
“Eran solo fotos de mi cara, que es lo que supongo que estaba pagando. Todo se trata de mi bonita sonrisa, ese es mi contenido”, agregó.
Finalmente, ambos acordaron un precio, y Majury le vendió a Justin dos fotos por unos US$300.
Después de la transacción, las cosas comenzaron a ponerse incómodas para la adolescente. Justin empezó a pedirle que enviara “fotos de su trasero” e imágenes de sus pies. Majury dijo que el hombre quería “cosas que una niña de 14 años no debería enviar”, sobre todo a un adulto.
Majury bloqueó a Justin de todas sus cuentas. Él respondió rogándole desesperadamente que lo desbloqueara, e incluso le envió más de US$500 y un mensaje diciendo “lo siento, esto es todo lo que me queda, estoy en la ruina”.
El padre de Majury le envió un mensaje a Justin, diciéndole que su hija era menor de edad y exigiéndole que dejara de mandarle mensajes.
Esto no disuadió a Justin. Contactó a uno de los compañeros de clase de Majury para preguntarle si podía conseguir un arma, y le compartió sus planes para atacarla. Justin dijo que pensaba que podía “simplemente romper la puerta con una escopeta”.
Cuando Majury se enteró de los mensajes, habló con su compañero, quien le confirmó que había tenido esa conversación con Justin.
El padre de Majury trató de asegurarle a su hija que Justin era solo “uno de esos vaqueros del teclado” (usuarios de internet a los que les gusta discutir y pueden ser ofensivos o agresivos) y señaló que vivía a cientos de millas de distancia.
Subestimaba la obsesión de Justin.
El 10 de julio, Justin llegó a la casa de Majury, entró y abrió un agujero en la puerta de su dormitorio con una escopeta.
“Todo lo que recuerdo fue que lo escuché, lo sentí en mi pecho, y miré hacia arriba, y había un agujero en mi puerta por los fragmentos”, narró a The Times.
Majury salió corriendo de su habitación a través de un baño que conectaba con la habitación de su hermano.
Su padre escuchó la explosión, salió de su habitación y corrió hacia el pasillo para ayudar a sus hijos mientras su esposa llamaba al 911. Cuando entró al cuarto de su hija, vio a Justin vestido con un chaleco naranja de empleado de Walmart, lentes de seguridad y tapones protectores para los oídos.
Justin corrió mientras el padre de Majury lo perseguía. Antes de que pudiera alcanzarlo, se golpeó la rodilla y se la abrió, lo que le permitió a Justin escapar de la casa.
El padre de Majury tomó su pistola personal y se quedó en la puerta principal de la casa esperando que llegara la policía.
Mientras tanto, Majury se había escondido en la casa con su familia. Su hermano, Evan, furioso por ser atacados porque un hombre se había obsesionado con los vídeos de su hermana cantando y bailando, le dijo a la adolescente “todo esto es tu culpa”.
En la puerta principal, el padre esperaba junto a su arma. La policía aún no había llegado cuando Justin regresó con su escopeta.
Aparentemente, el padre de Majury le dijo a Justin que soltara su arma, pero este se negó y apuntó. El padre disparó y mató al acosador.
Cuando la policía registró el cuerpo de Justin, encontraron dos celulares, ambos llenos de miles de fotografías de Majury y cientos de horas de vídeos suyos.
El padre de Justin, Justin Dominic, había regresado a India, su país de origen, luego de divorciarse de la madre del joven. Describió a su hijo como un “buen chico” y dijo que estaba “sin palabras”.
“No sé qué salió mal con él”, expresó Dominic. “Tomó una mala decisión”.
La Asociación de Propietarios eventualmente le pidió a la familia que abandonara su hogar, pues la presencia en redes sociales de su hija fue el catalizador de un enfrentamiento mortal en el vecindario.
Aunque la amenaza que Justin representaba ya no existe, otras personas han seguido atormentando a la familia. Un delincuente sexual registrado contactó a Majury y le ofreció pagarle US$1.000 al mes a cambio de su número de teléfono, además de llamarla “bebé”.
El compañero a quien Justin contactó aparentemente también ha estado siguiendo y vigilando a Majury. Otro compañero le envió a la adolescente un vídeo que hizo de sí mismo disparando un arma en un campo de tiro.
Majury finalmente dejó la escuela pública y ahora es educada en casa.
A pesar de todo el peligro, las amenazas y la atención negativa que ha recibido, Majury continúa haciendo contenido en TikTok, apoyada por sus padres.
“Elegimos lo que es mejor para nuestra familia”, aseveró su madre, Kim Majury. “Sabemos que habrá dos lados y algunas personas no lo entenderán”.
Su padre estuvo de acuerdo.
“Creo que solo teníamos que dejarla tomar una decisión y apoyarla”, comentó. “Creo que la ayudará a sanar. Suena cursi, pero no sé por qué más lo haríamos”.
Majury admite que parte del atractivo de permanecer en las redes sociales es el dinero; gana miles gracias a sus vídeos, en gran parte gracias a promociones de marca. Pero su presencia también le ha ganado el interés de los productores de reality shows y le ha permitido conocer y colaborar con otros influencers y celebridades de internet.
“La mayoría de la gente diría que es [por] el dinero. Y sí, es un gran beneficio. Pero [también] es la experiencia. Puedo ir a Los Ángeles, he conocido gente”, admite. “Poder hacer sonreír a otras personas es lo que me gusta, el placer de ver el impacto que tengo en la vida de algunas personas”.