Fusión de la empresa Truth Social de Trump es investigada por reguladores financieros de EE.UU.
Trump, quien está vetado en la mayoría de las principales plataformas de redes sociales, espera comenzar la suya con Truth Social
Una empresa fantasma de “cheques en blanco”, cuyo valor se disparó después de anunciar planes para fusionarse con la startup de redes sociales del expresidente Donald Trump, ahora es investigada por dos reguladores financieros separados.
Trump anunció el próximo lanzamiento de la startup, Truth Social, el 20 de octubre como parte de una nueva compañía llamada Trump Media and Technology Group. Dijo que esta empresa se fusionaría con DWAC (Digital World Acquisition Corporation), la cual es una Spac (Special Purpose Acquisition Company).
Una Spac es una corporación fantasma que recauda dinero al cotizar en una bolsa de valores con el objetivo de utilizar los fondos para una fusión con una entidad diferente y por lo general más conocida.
Las acciones de DWAC, que cotiza en la bolsa de valores Nasdaq, se negociaron a casi US$10 por acción antes del anuncio, pero aumentaron más de diez veces en los días posteriores al anuncio.
Sin embargo, en una presentación del 6 de diciembre ante la SEC (Securities and Exchange Commission), representantes de DWAC revelaron que los funcionarios de la SEC solicitaron a la empresa “documentos relacionados con las reuniones de la Junta Directiva de DWAC, políticas y procedimientos relacionados con el comercio [de acciones], la identificación de la banca, números de teléfono, correos electrónicos, las identidades de ciertos inversionistas y ciertos documentos”, así como las comunicaciones entre los ejecutivos de DWAC y los representantes de Trump Media and Technology Group.
DWAC también informó que representantes de la Financial Industry Regulatory Authority, un autorregulador privado de firmas de corretaje y mercados cambiarios, también se pusieron en contacto con la compañía para solicitar información sobre la negociación de las acciones de la compañía en los días previos al anuncio de Trump del 20 de octubre.
La red social planeada por Trump, que aún no existe, sería una de las varias alternativas a las principales plataformas como Twitter y Facebook, las cuales lo vetaron a raíz de la insurrección del 6 de enero por incitar a la violencia; aunque la junta independiente de supervisión de Facebook aclaró más tarde que el veto podría levantarse después de dos años.
Los partidarios del expresidente dos veces acusado lanzaron otras imitaciones alternativas de Twitter con la esperanza de atraer a usuarios conservadores que detestan las políticas de la big tech, las cuales prohíben el discurso de odio, el acoso y la desinformación.
Dos de los ejemplos más destacados, Gab y Parler, se utilizaron para planificar eventos violentos. El último figura de manera prominente en los preparativos de los partidarios de Trump para atacar el Capitolio el 6 de enero, mientras que el primero lo utilizó el perpetrador del tiroteo masivo de 2018 en la Sinagoga Tree of Life de Pittsburgh, Pensilvania.