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¿Qué es la afasia, trastorno diagnosticado a Wendy Williams y Bruce Willis?

La afasia es una afección que deja a un individuo incapaz de comunicarse, ya que puede afectar a la capacidad de “hablar, escribir y entender el lenguaje, tanto verbal como escrito”, según la Clínica Mayo

Chelsea Ritschel
Jueves, 22 de febrero de 2024 12:36 EST
<p>Wendy Williams</p>

Wendy Williams

Wendy Williams ha sido diagnosticada con demencia frontotemporal y afasia primaria progresiva, según los representantes de la presentadora de 57 años.

“Wendy no habría recibido la confirmación de estos diagnósticos si no fuera por la diligencia de su equipo, a quien ella eligió, y el extraordinario trabajo de los especialistas de Weill Cornell Medicine”, según un comunicado de prensa del equipo de Williams. “Recibir un diagnóstico le ha permitido a Wendy recibir la atención médica que necesita”.

Williams no ha sido la única celebridad con este diagnóstico. En el 2022, el actor Bruce Willis anuncio su retiro de la actuación después de que le diagnosticaran afasia.

De acuerdo con la esposa del actor, Emma Heming Willis, que compartió la noticia en Instagram, junto con otros miembros de la familia de Willis, el miércoles, el diagnóstico se produjo después de que la estrella de Red hubiera estado “experimentando algunos problemas de salud”, y en su post señaló que el trastorno estaba “afectando sus capacidades cognitivas”.

“Este es un momento realmente difícil para nuestra familia y estamos muy agradecidos por su continuo amor, compasión y apoyo”, dice el post.

¿Qué es la afasia y qué la causa?

La afasia es una afección que deja a un individuo incapaz de comunicarse, ya que puede afectar a la capacidad de “hablar, escribir y entender el lenguaje, tanto verbal como escrito”, según la Clínica Mayo.

El recurso sanitario señala que la afasia suele “aparecer de forma repentina” después de que una persona haya sufrido un daño cerebral como consecuencia de un accidente cerebrovascular o una lesión en la cabeza, pero que también puede aparecer de forma gradual si la persona tiene un “tumor cerebral de crecimiento lento” o una enfermedad degenerativa como el Alzheimer. A veces pueden producirse episodios temporales de afasia como consecuencia de migrañas, convulsiones o un AIT (accidente isquémico transitorio), que se produce cuando se bloquea temporalmente el flujo sanguíneo al cerebro.

Según el Instituto de Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación de los NIH (Institutos Nacionales de la Salud), el trastorno también puede “coexistir” con trastornos del habla, como la disartria o la apraxia del habla, que, según el organismo, también son consecuencia de daños en el cerebro.

Los NIH también afirman que existen dos grandes categorías de afasia, la fluida y la no fluida, y que estas dependen de la localización del daño cerebral. Por ejemplo, una persona con daños en el lóbulo temporal puede desarrollar afasia de Wernicke, que según los NIH es el tipo más común de afasia fluida, y que suele afectar a la forma de hablar de la persona, así como a su capacidad para comprender el habla.

“Las personas con afasia de Wernicke pueden hablar con frases largas y completas que no tienen sentido, añadiendo palabras innecesarias e incluso creando palabras inventadas”, explican los NIH.

La afasia de Broca es el tipo más común de afasia no fluida y suele producirse como resultado de un daño en el lóbulo frontal del cerebro, según los NIH. Aunque las personas con este tipo de afasia pueden entender y saber lo que quieren decir, los NIH señalan que puede resultarles difícil hablar, lo que se traduce en frases cortas que suelen producirse con “gran esfuerzo”. Este tipo de afasia también puede causar “debilidad o parálisis del lado derecho del brazo y la pierna”, según los NIH, ya que el “lóbulo frontal también es importante para los movimientos motores”.

Los NIH también señalan que un individuo puede desarrollar afasia global, que resulta de “daños en amplias porciones de las áreas del lenguaje del cerebro”. Según los NIH, este tipo de afasia puede dejar a una persona con “graves dificultades de comunicación”, ya que puede dificultar el habla o la comprensión del lenguaje.

Otros tipos de afasia afectan a la capacidad de un individuo para repetir palabras y frases, o le llevan a tener dificultades para nombrar objetos, aunque sepa qué es el objeto y para qué se utiliza.

¿Cómo se diagnostica la afasia?

Según los NIH, la afasia suele ser reconocida por un médico tras una lesión cerebral. Las personas que han sufrido una lesión cerebral suelen someterse a una resonancia magnética o a una tomografía computarizada, que ayudarán a los médicos a identificar la localización de la lesión.

Además de los escáneres cerebrales, es probable que también se haga al individuo una serie de preguntas que pueden ayudar al médico a determinar su capacidad de “entender y producir el lenguaje”.

A partir de ahí, el médico puede recomendar a la persona que acuda a un logopeda.

¿Cómo se trata la afasia?

Los individuos que han sufrido lesiones cerebrales que han provocado el trastorno pueden ver mejoras en los primeros meses, incluso sin tratamiento, señalan los NIH.

Sin embargo, según la Clínica Mayo, una vez abordada la causa del trastorno, el principal tratamiento de la afasia consiste en la terapia del habla y el lenguaje, que implica volver a aprender y practicar las habilidades lingüísticas y otras formas de comunicación.

¿Qué otros famosos han sufrido lesiones o trastornos relacionados con el daño cerebral?

Emilia Clarke reveló anteriormente que era incapaz de recordar su propio nombre después de sufrir una hemorragia subaracnoidea, un derrame cerebral causado por una hemorragia en el cerebro.

La estrella de Game of Thrones reflexionó sobre la lesión en un ensayo de 2019 para The New Yorker, en el que recordó que sufrió un fuerte dolor de cabeza mientras hacía ejercicio con su entrenador.

“Entonces mi entrenador me hizo ponerme en posición de plancha, e inmediatamente sentí como si una banda elástica me apretara el cerebro. Intenté ignorar el dolor y aguantar, pero no pude”, escribió. “En algún nivel, sabía lo que estaba pasando: mi cerebro estaba dañado”.

Tras someterse a una operación cerebral, Clarke recordó que no podía recordar su nombre y que, en su lugar, decía “palabras sin sentido”.

“Mi nombre completo es Emilia Isobel Euphemia Rose Clarke. Pero ahora no podía recordarlo. En su lugar, salían de mi boca palabras sin sentido y entraba en un estado de pánico”, recordó. “Nunca había experimentado un miedo así, una sensación de fatalidad que se acercaba. Podía ver mi vida por delante y no valía la pena vivirla. Soy actriz; necesito recordar mis líneas. Ahora no podía recordar mi nombre”.

Sharon Stone también perdió temporalmente la capacidad de hablar, la visión y la sensibilidad en su pierna izquierda tras sufrir un derrame cerebral en 2001.

Se sinceró sobre su proceso de recuperación en una entrevista de 2015 con Harper’s Bazaar, en la que describió que sentía como si su “ADN entero hubiera cambiado”.

“Mi cerebro no está donde solía estar, mi tipo de cuerpo cambió e incluso mis alergias alimentarias son diferentes”, dijo, añadiendo que tardó meses en recuperar la sensibilidad en su pierna izquierda y años en recuperar la visión, y que también “luchó para eliminar un tartamudeo persistente”.

Sin embargo, según la actriz, los efectos secundarios no fueron del todo negativos, ya que señaló que “se volvió más inteligente emocionalmente”.

“Decidí trabajar muy duro para abrir otras partes de mi mente. Ahora soy más fuerte. Y puedo ser abrasivamente directa. Eso asusta a la gente, pero creo que no es mi problema”, aseveró. “Es como si tuviera daños cerebrales; tendrán que lidiar con ello”.

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