Mujer describe el horrible momento en que su esposo murió tras quedar adherido a una máquina de IRM
Keith McAllister estuvo atrapado en la máquina de resonancia magnética durante una hora y sufrió varios infartos tras el “extraño accidente”, según reveló su hijastra
La familia de un hombre que fue succionado mortalmente por una máquina de resonancia magnética mientras su esposa se sometía a examen ha descrito cómo se desarrolló el trágico incidente.
Adrienne Jones-McAllister se estaba sometiendo a un escaneo rutinario de rodilla cuando pidió a un técnico del centro médico Nassau Open MRI de Westbury, Long Island, que buscara a su esposo en la sala de espera.
Keith McAllister (61) entró en la sala de resonancias para ayudar a su esposa a ponerse en pie casi al final del escaneo. Pero en lugar de eso, la fuerte atracción magnética de la máquina arrastró la cadena de pesas de 9 kg de McAllister.

Jones-McAllister dijo que ella y un técnico intentaron apartar a McAllister de la máquina mientras ella suplicaba que alguien la apagara.
“Estaba diciendo: 'Apaga la máquina, llama al 911, haz algo. ¡Apaga esta maldita cosa!'”, declaró Jones-McAllister al noticiero News 12 Long Island. Añadió: “Me dijo adiós con la mano y todo su cuerpo se puso flácido”.
Jones-McAllister dijo que su esposo murió al día siguiente del incidente, el pasado miércoles, tras sufrir una serie de infartos, y el Departamento de Policía del condado de Nassau informó anteriormente de que el hombre había sufrido un “episodio médico”.
“No he podido dormir, apenas he comido. No me lo puedo creer. Estoy intentando asimilar todo esto”, expresó.

La hijastra de McAllister, Samantha Bodden, ha creado una página de la campaña GoFundMe para ayudar a la familia a cubrir los gastos funerarios.
En la descripción de la recaudación de fondos, que hasta el lunes por la mañana había recaudado más de 3.300 dólares, Bodden dijo que su madre y el técnico “intentaron durante varios minutos desprenderlo” de la máquina antes de llamar a las autoridades.
McAllister estuvo adherido al aparato durante casi una hora antes de que pudieran soltar la cadena de la máquina, añadió.
Bodden insistió en que, a pesar de algunos informes, su padrastro tenía permiso para estar en la habitación.
“Fue un extraño accidente, sí. Sin embargo, su presencia en esa habitación no estaba prohibida”, afirmó en una publicación de Facebook un día después de la muerte de McAllister.

Las máquinas de resonancia magnética están diseñadas para detectar dolencias en el cuerpo mediante potentes imanes.
El campo magnético de un escáner de IRM se extiende más allá de la máquina y ejerce poderosas fuerzas sobre el hierro, algunos aceros y otros objetos magnetizables. Según el Instituto Nacional de Bioingeniería e Imágenes Biomédicas de EE. UU., tiene incluso la fuerza suficiente para atraer a una silla de ruedas desde el otro lado de la habitación.
En un mensaje publicado el sábado, Bodden intentó aclarar por qué el hospital no “apagó la máquina sin más”.
“Una máquina de resonancia magnética es un imán. Un imán extremadamente poderoso”, comenzó, y continuó: “Incluso después de desconectar la máquina para emergencias, el imán sigue conservando una gran fuerza”.
“Así que sí, era lo suficientemente fuerte como para succionarlo, lo cual ocurrió; y lo retuvo durante mucho tiempo. Definitivamente no se merecía irse así. Estoy llena de odio”.
The Independent se puso en contacto con Nassau Open MRI en busca de comentarios.
Traducción de Sara Pignatiello