Puerto Rico: devastación por lluvias de Fiona es peor que la provocada por María
El presidente Joe Biden declaró a la isla en estado de emergencia este domingo, con el fin de contar con los recursos para enfrentar la catástrofe, pero la gente de la isla sigue en condiciones precarias
Exactamente cinco años después de la devastación que causó el huracán María en Puerto Rico, que sumó casi 3.000 personas muertas, la isla se enfrenta de nuevo a la fuerza de este fenómeno natural tras el paso del huracán Fiona, y de la misma forma que con el primer impacto, el gobierno de Estados Unidos no ha conseguido dar una respuesta a las necesidades de la población.
Las lluvias torrenciales dejaron inundaciones severas y deslizamientos de tierra, mientras que el servicio eléctrico, que el domingo dejó a casi medio millón de habitantes sin luz, no ha logrado restablecerse en toda la isla en donde menos de 300 mil personas cuentan con el servicio, según informó LUMA Energy, a pesar de la asistencia que moviliza la Casa Blanca, aún se requiere apoyo para los habitantes.
A pesar de ser categoría 1 y de encontrarse sobre República Dominicana, Fiona impactó en Puerto Rico con vientos sostenidos de 137 kilómetros por hora, provocando la muerte de cuatro personas hasta el momento, así como el derrumbe de puentes debido al desborde de varios ríos.
El agua potable también se ha convertido en un bien escaso, pues el 66 por ciento de los clientes de la empresa pública que la surte, no tenían servicio hasta el lunes 19 de septiembre.
En el 2017, Donald Trump recibió críticas generalizadas tras su visita de cinco horas a Puerto Rico, en donde lanzó rollos de papel higiénico a los damnificados, para luego minimizar los daños que María había provocado en la región.
“Gastamos mucho dinero en Puerto Rico, y está bien, hemos salvado muchas vidas. Cada muerte es un horror, pero si miramos una catástrofe real, como Katrina y nos fijamos en los cientos y cientos de personas que murieron y miramos lo que pasó aquí con una tormenta que fue totalmente imponente. Nadie vio algo así”, dijo el entonces presidente ante la prensa.
Desde que comenzó el fin de semana, en Puerto Rico cayó lluvia durante más de 60 horas y las autoridades no cuentan todavía con números exactos sobre los daños, aunque según el gobernador Pedro Pierluisi, el huracán dejó pérdidas “catastróficas”.
"En muchas áreas que nunca había tenido inundaciones, ha habido acumulación de agua sin precedente. De hecho, en muchas áreas ha sido mayor de lo que vimos en el huracán María", dijo en conferencia de prensa el gobernador.
Rolando Ortiz, alcalde de Carey, un pueblo de la región montañosa de la isla, coincide en que los daños que provocaron las inundaciones, son peores que los que dejó María, que impactó la isla como categoría 4.
"Desde el punto de vista de los vientos, María fue peor. Pero desde el punto de vista de la precipitación esto no tiene comparación. Esto es lo más grande que he vivido en mis 27 años de alcalde", sostuvo el político.
Las poblaciones continúan incomunicadas y las labores de rescate apenas se dieron abasto, pues hubo ocasiones en que, como en Vega Alta, los afectados esperaron hasta 9 horas antes de que la operación fuera exitosa. En algunos otro lugares, fueron los mismos pobladores los que se organizaron para rescatar a la gente que se había quedado atrapada en la crecida de los ríos.
En los pasados años, funcionarios de la isla han acusado al gobierno federal estadounidense de poner trabas burocráticas para el desembolso de fondos para modernizar la red eléctrica que, de por sí, deja a la población sin luz por largos periodos de tiempo, mientras que las autoridades federales han hecho señalamientos de corrupción o de incumplimiento de reglamentos vigentes.