Sobrino de Neruda dice que informe revela envenenamiento
El poeta chileno Pablo Neruda fue envenenado con una bacteria botulínica que le causó la muerte en septiembre de 1973, mientras estaba hospitalizado en una clínica privada a la espera de abordar un avión que lo llevaría a su exilio en México, según afirma su sobrino Rodolfo Reyes con base en un informe forense al que tuvo acceso
El sobrino del poeta chileno Pablo Neruda, Rodolfo Reyes, aseguró el lunes que el informe forense sobre la causa de muerte del Nobel de Literatura indica que habría sido envenenado con una bacteria botulínica en septiembre de 1973, a pocas horas de que volara a su exilio en México.
Esa conclusión desmontaría la tesis oficial de que murió de un cáncer de próstata con metástasis.
La afirmación de Reyes, que además de sobrino es abogado en la causa judicial del deceso de Neruda, se conoce un par de días antes de que un grupo de expertos forenses de Canadá, Chile y Dinamarca entregue un informe que establecerá si el poeta fue envenenado o si murió de cáncer, que es la explicación oficial que fue entregada en septiembre de 1973, 12 días después del golpe militar que derrocó al presidente Salvador Allende.
Los resultados de la pericia forense iban a comunicarse a inicios de febrero, pero la convocatoria se suspendió por problemas de conexión de los especialistas.
Reyes, entrevistado por The Associated Press, afirmó el lunes que el informe forense realizado por laboratorios de Canadá y Dinamarca indica que hay presencia en los restos de Neruda de “gran cantidad de Clostridium botulinum, que es incompatible con la vida humana”, un dato que el familiar confirmó primero a la agencia de noticias española EFE.
La toxina botulínica es producida por una bacteria que puede causar problemas al sistema nervioso e incluso la muerte.
Precisó que, por ser abogado en la causa judicial, tuvo acceso a los resultados de los exámenes realizados por laboratorios de Canadá y Dinamarca, que se realizaron luego de que el mismo grupo forense indicara, en 2017, que otras pericias ya apuntaban a la presencia de la toxina en los restos óseos y en un molar del poeta.
Reyes declaró que los informes de los laboratorios ratificaron que “no había contaminación externa, que el Clostridium botulinum fue endógeno”, es decir, interno, y que le habría sido suministrado al poeta “estando con vida”.