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“¿Intentan matarnos?”: los habitantes de Ucrania se enfrentan a la realidad de la guerra mientras Rusia ataca

Muchos ucranianos pensaban que la guerra nunca se produciría, pero mientras se refugiaban en los sótanos de los ataques aéreos rusos, finalmente quedó claro que el frente había llegado hasta ellos, informa Kim Sengupta desde Kiev

Jueves, 24 de febrero de 2022 15:08 EST
Un padre ucraniano tranquiliza a su hijo mientras la familia se refugia en una estación de metro de Kiev
Un padre ucraniano tranquiliza a su hijo mientras la familia se refugia en una estación de metro de Kiev (AFP via Getty Images)
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El ruido de la explosión fue lo suficientemente fuerte como para oírse a mitad de camino hacia el sótano, lo que sorprendió a las familias que ya estaban muy conmocionadas por los ataques de misiles de la madrugada, e hizo que los padres apuraran a sus hijos en los últimos escalones.

“¿Están intentando matarnos? ¿Qué les hemos hecho?” quiso saber Valentina Kostenko. “Eso estuvo muy cerca, tenemos suerte de estar aquí”, expresó mientras acercaba a su pequeña hija. Su marido, Anton, con su hijo en brazos, pensó que el ataque “probablemente iba dirigido a un edificio gubernamental... Intentan destruir los lugares oficiales, destruir nuestras estructuras”.

El objetivo en esa ocasión parece haber sido la sede de la GUR, la inteligencia de defensa, cerca del centro de la ciudad. Los detalles de las víctimas no estaban claros, pero el edificio sufrió grandes daños. Los ataques formaban parte de una serie que tenía como objetivo infraestructuras como el aeropuerto civil y militar de la ciudad.

Poco después, una docena de helicópteros-cañón rusos MI-28 asaltó el aeródromo de Hostomel, en las afueras de la capital, tras disparar rondas de misiles Ataka y destruir varios aviones e incendiar los hangares.

Mientras continuaban los ataques desde el aire, las tropas y los tanques blindados rusos, junto con los de Bielorrusia, se dirigían a Kiev por tierra tras atravesar la frontera a unas 80 millas (129 kilómetros) al norte de la ciudad. Los dos países habían estado realizando maniobras militares conjuntas, que debían terminar el día 20. Sin embargo, estas se prorrogaron y son estas tropas las que ahora se dirigen a la capital ucraniana.

Los ataques aéreos se iniciaron con gran celeridad después de que Vladimir Putin anunciara el inicio de su invasión de Ucrania en la madrugada del jueves.

Putin declaró que era necesaria una “operación militar especial” para “defender a las personas que han sido víctimas de abusos y genocidio por parte del régimen de Kiev”. El presidente ruso añadió que no quería ocupar Ucrania, sino que pretendía “desnazificar” el país. Las fuerzas armadas ucranianas debían deponer las armas, pues de lo contrario serían responsables de un “posible derramamiento de sangre”.

La mayoría de los que se habían reunido en el refugio improvisado de la calle Yaroslava Val no sabían de la ira latente del presidente ruso, que había estallado con una furia tan violenta.

No sabían que la perspectiva de que el país se uniera a la OTAN era vista por el Kremlin como una amenaza existencial. O que Ucrania, en opinión de Putin, se estaba convirtiendo “constantemente en una antípoda de Rusia, una anti-Rusia”.

Un herido junto a un vehículo de una unidad de emergencias para recibir asistencia médica tras los bombardeos en la ciudad de Chuguiv, en el este de Ucrania
Un herido junto a un vehículo de una unidad de emergencias para recibir asistencia médica tras los bombardeos en la ciudad de Chuguiv, en el este de Ucrania (AFP via Getty Images)

Anton Kostenko, acurrucado en el sótano con su joven familia, señaló que se interesaba por la política y los asuntos exteriores, que había seguido el enfrentamiento entre Rusia y Ucrania, pero que no tenía ni idea de que fuera a explotar de forma tan letal.

“Llevamos semanas oyendo hablar de esta guerra, a los estadounidenses, a los británicos, a todo el mundo”, mencionó este arquitecto de 29 años. “Pero no pasó nada, y pensamos que los líderes internacionales se encargarían de que no hubiera combates. Pero ahora esto, ¿cómo ha ocurrido?”.

Sentado en el suelo junto a Kostenko, Ihor Nazarenko, de 44 años, no tenía ninguna duda de cómo había sucedido esto: “Se trata de un hombre; un amargado enfadado que quiere castigarnos porque no aceptamos lo que él quiere. Putin está dispuesto a sacrificar vidas, sí, incluso las de sus soldados por su arrogancia”.

“Todos los líderes [internacionales] han intentado razonar con él. Pero no se puede razonar con un hombre así; hay que plantarle cara. Los líderes no lo hicieron y ahora tenemos esto aquí, en Kiev, en nuestra capital”.

Los combates se han producido en todo el país: en Kharkiv, Mariupol, Kramatorsk, Odessa. Además de los intentos de ganar territorio, las operaciones, combinadas con el avance ruso desde el norte, tendrían el efecto de aislar a Kiev.

Mujeres usan su teléfono mientras esperan con bolsas y maletas cerca de la estación de tren de Kiev-Pasazhyrskyi
Mujeres usan su teléfono mientras esperan con bolsas y maletas cerca de la estación de tren de Kiev-Pasazhyrskyi (AFP via Getty Images)

Un posible plan de Moscú, según varias fuentes diplomáticas y de defensa internacionales, es que, una vez aislada la capital, Putin exija el cambio de régimen que ha deseado -la dimisión del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky- y su sustitución por alguien más aceptable para Moscú.

Zelensky, en un discurso a la nación el jueves por la mañana, expresó que la historia de Ucrania había cambiado para siempre y que Rusia se había “embarcado en un camino de maldad”. El gobierno impuso la ley marcial y el Presidente pidió a la población que mantuviera la calma y se quedara en casa.

Las oficinas y los comercios de la capital permanecieron vacíos, pero las carreteras pronto se llenaron de familias en auto que salían de la ciudad.

Oleg Honcharuk, partía con su mujer y sus tres hijos hacia el oeste del país. Recientemente los había traído desde la casa de sus padres a la ciudad tras decidir que las advertencias de inminentes conflictos eran exageradas.

“Llevamos semanas escuchando que habrá un gran ataque. Eso no ha ocurrido y por eso hemos decidido, como familia, volver a vivir en Kiev”, explicó Honcharuk, un ingeniero de 37 años. “Pero después de lo que acaba de ocurrir aquí no hay manera de que nos quedemos. Va a ser aún más peligroso”.

Pero también hay quienes se han quedado. De pie en la plaza Maidan de Kiev, donde comenzaron las protestas que derrocaron al gobierno pro-Moscú de Víktor Yanukóvich, para iniciar el proceso que ha llevado a la incendiaria situación actual, Anna Serduyk, se preguntaba si todos los sacrificios de la lucha fueron en vano.

Este mapa muestra las principales ciudades de Ucrania, así como las regiones separatistas respaldadas por Moscú. A principios de esta semana, los rebeldes solo tenían en su poder partes de las regiones de Donetsk y Luhansk resaltadas
Este mapa muestra las principales ciudades de Ucrania, así como las regiones separatistas respaldadas por Moscú. A principios de esta semana, los rebeldes solo tenían en su poder partes de las regiones de Donetsk y Luhansk resaltadas (The Independent)

Había participado en las protestas cuando era una estudiante de 20 años y le rompieron el brazo los Berkut, la unidad especial de la policía que se hizo conocida por su brutalidad. “Realmente creíamos en lo que estábamos luchando, éramos muy idealistas. Teníamos el gran sueño de un nuevo país”, recuerda.

“Tal vez no haya ocurrido todo lo que esperábamos, ha habido decepciones en el camino, pero también hemos conseguido muchas cosas. Pero si los rusos ganan, ¿vamos a ser como Donetsk y Luhansk? Ese no sería un país en el que mereciera la pena quedarse, la mayoría de nosotros querríamos irnos”.

El amigo de Serduyk, Viktor Shevts, activista de los derechos humanos, tenía razones adicionales para marcharse.

Hace tiempo que se informó de que Moscú había preparado una lista de personas a las que quería detener. El miércoles, un fiscal militar, de uniforme, apareció en la televisión rusa con una lista de nombres de quienes podrían ser juzgados.

Se ve fuego saliendo de una instalación militar cerca del aeropuerto, después de que el presidente ruso Vladimir Putin autorizara una operación militar en el este de Ucrania, en Mariupol
Se ve fuego saliendo de una instalación militar cerca del aeropuerto, después de que el presidente ruso Vladimir Putin autorizara una operación militar en el este de Ucrania, en Mariupol (REUTERS)

“No sé cuántas listas hay, pero me han dicho que mi nombre está en una de ellas. He hablado de los abusos en la DNR y la LNR [Repúblicas de Donetsk y Luhansk] y allí hay gente con la que no seré muy popular. No puedo quedarme aquí si los rusos toman el poder”, declaró Shevts.

Mientras hablaban, llegaban noticias de enfrentamientos en los que las fuerzas ucranianas habían hecho retroceder a los rusos.

Pero también de retrocesos, de que los rusos se acercaban a Kiev, para tomar Chernihiv, Chernóbil, el aeródromo de Hostomel... y con esas pérdidas llegaba la posibilidad de que las tropas del Kremlin llegaran a esta ciudad con todo lo que eso significa para quienes la ven como el enemigo.

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