Mandatarios y activistas culpan a Putin de muerte del líder opositor ruso Navalny
Mandatarios de todo el mundo y activistas de la oposición rusa culparon el viernes al presidente Vladímir Putin y a su gobierno de la presunta muerte del destacado opositor encarcelado Alexei Navalny.
“Es obvio que Putin lo mató”, dijo el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, quien estaba de visita en Alemania en busca de apoyo a su país para luchar contra la invasión de Rusia.
El presidente estadounidense Joe Biden dijo que Washington no sabe exactamente qué sucedió, “pero no hay duda de que la muerte de Navalny fue consecuencia de algo que hicieron Putin y sus matones”.
Navalny “pudo haber vivido a salvo en el exilio”, pero en lugar de eso regresó a Rusia para “continuar su trabajo” a pesar de saber que podría ser encarcelado o asesinado.
El canciller alemán Olaf Scholz, cuyo país acogió temporalmente a Navalny en 2020 después que fue envenenado con un agente neurotóxico, elogió la valentía del crítico del Kremlin y dijo que su muerte deja claro “qué tipo de régimen es este”.
Navalny, de 47 años, cumplía una condena de 19 años de prisión por cargos de extremismo en una remota colonia penal sobre el Círculo Polar Ártico en el momento de su muerte. Estaba tras las rejas desde que regresó de Alemania en enero de 2021, cumpliendo condena por cargos que él atribuía a motivos políticos.
Los asociados de Navalny enfatizaron que no tenían una confirmación independiente de su muerte sobre los informes provenientes de los funcionarios penitenciarios de Rusia.
Su esposa, Yulia Navalnaya, dijo que no sabía si creer el anuncio oficial ruso porque “no podemos confiar en Putin y el gobierno de Putin. Siempre mienten”.
En Belgrado, la capital serbia, cientos de rusos y otras personas encendieron velas y depositaron flores frente a la embajada rusa. Miles de rusos se han mudado a Serbia, otro país eslavo, desde que Rusia invadió Ucrania hace dos años.
Docenas de personas también se reunieron frente a la embajada rusa en la capital de Georgia, Tiflis, que también ha registrado una gran afluencia de rusos desde la invasión de Ucrania. Algunos portaban pancartas que decían “Putin es el asesino” y “No perdonaremos”. Hasta 300 personas asistieron a una protesta similar en Batumi, la tercera ciudad más grande de Georgia.
El excampeón mundial de ajedrez convertido en oponente del Kremlin, Garry Kasparov, dijo que “Putin intentó y fracasó en asesinar a Navalny rápida y secretamente con veneno, y ahora lo ha asesinado lenta y públicamente en prisión”.
“Lo mataron por exponer a Putin y su mafia como los delincuentes y ladrones que son”, tuiteó Kasparov, que vive en el extranjero.
Pyotr Verzilov, un destacado miembro del grupo de protesta ruso Pussy Riot, dijo que “Navalny fue asesinado en prisión”. En una publicación en X, Verzilov añadió: “Definitivamente nos vengaremos y destruiremos este régimen”.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que la muerte de Navalny demostraba que “Putin no teme más que la disidencia de su propio pueblo”.
Lo llamó “un sombrío recordatorio de lo que son Putin y su régimen” y añadió que debería dar impulso para “unirnos en nuestra lucha para salvaguardar la libertad y la seguridad de aquellos que se atreven a enfrentarse a la autocracia”.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que es “extremadamente importante que Rusia responda ahora a todas las preguntas que se le harán sobre la causa de la muerte”.
El secretario de Relaciones Exteriores de Reino Unido, David Cameron, expresó que “la Rusia de Putin lo encarceló, inventó cargos contra él, lo envenenó, lo envió a una colonia penal en el Ártico y ahora ha muerto trágicamente. Y deberíamos responsabilizar a Putin por esto”.
El primer ministro canadiense Justin Trudeau dijo que la noticia dejó a los canadienses “aturdidos”.
“Esto realmente muestra hasta qué punto Putin tomará medidas enérgicas contra cualquiera que luche por la libertad del pueblo ruso”, agregó.