Entre indignación y reclamos de justicia despiden a alcalde asesinado en el occidente de México
Cientos de personas exigían justicia el domingo en las calles de Uruapan mientras despedían al alcalde de esa ciudad del occidente de México, el cual fue baleado de muerte a pesar de contar con la protección de policías locales y 14 elementos de la Guardia Nacional, lo que pone de relieve la fragilidad de las fuerzas de seguridad frente a los poderosos cárteles mexicanos.
Las calles de esta localidad agrícola, que un día antes se habían llenado de alegría y color por la celebración del Día de los Muertos, amanecieron teñidas de dolor e indignación el domingo por el brutal ataque que cobró la vida del alcalde Carlos Alberto Manzo Rodríguez, de 40 años de edad.
El político fue tiroteado el sábado en la noche ante decenas de personas que se concentraron en el centro histórico de Uruapan, estado de Michoacán, para disfrutar del “Festival de las Velas”, un evento organizado por las autoridades locales como parte de los festejos por el Día de los Muertos. El homicidio ocurrió menos de cinco meses después de la muerte de Salvador Bastidas, alcalde del municipio de Tacámbaro, también en Michoacán.
Manzo Rodríguez falleció en un hospital de Uruapan a consecuencia de las heridas de bala que le inflingió un hombre armado, aun no identificado, a quien las fuerzas de seguridad abatieron poco después del ataque, informó en conferencia de prensa el secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch.
El ataque a Manzo Rodríguez, exdiputado por el partido gobernante Morena, quedó registrado en videos difundidos en redes sociales, en los que se observa cómo decenas de habitantes y turistas —algunos de ellos disfrazados y con los rostros pintados— disfrutaban del evento entre cientos de velas encendidas, flores de cempasúchil y figuras de calaveras, cuando se escucharon varias detonaciones y la gente comenzó a correr para protegerse de las balas.
En otro video se ve a una persona tendida en el suelo que es auxiliada por un funcionario, el cual realiza maniobras de reanimación cardiopulmonar, mientras agentes policiales con armas largas custodian el área.
García Harfuch detalló que el hombre armado aprovechó la vulnerabilidad del evento público para dispararle siete veces a Manzo Rodríguez con un arma, que según investigaciones está vinculada a dos enfrentamientos armados entre grupos delictivos rivales que operan en la región.
Desde diciembre de 2024 —tres meses después de asumir el cargo—, el alcalde asesinado contaba con protección, y en mayo se reforzó su seguridad con personal de la policía municipal y se le asignaron “14 elementos” de la Guardia Nacional, indicó García Harfuch, sin precisar qué motivó dicha medida.
"No se descarta ninguna línea de investigación para esclarecer este acto cobarde que arrebató la vida del alcalde”, agregó.
La muerte que sacudió a un pueblo
Cientos de pobladores de Uruapan, vestidos de negro y con fotografías en alto de Manzo Rodríguez, salieron el domingo a las calles de esa ciudad para acompañar el cortejo fúnebre y despedir al alcalde asesinado.
A la cabeza del cortejo iba un hombre que llevaba el caballo negro del alcade con uno de sus característicos sombreros sobre la montura, y lo seguía un conjunto de músicos, también vestidos de negro, que entonaban canciones de mariachis.
En las estrechas calles de la localidad agrícola, donde principalmente se produce aguacate, había decenas de policías y militares custodiando los alrededores.
Las expresiones de dolor se multiplicaron durante un homenaje en honor del alcalde en la plaza principal de la ciudad. Su esposa, Grecia Quiroz García, pidió entre lágrimas a sus seguidores defender su legado con “uñas y dientes”.
“Aunque apagaron su voz, no apagarán esta lucha; no la apagarán porque seguiremos su legado”, expresó Quiroz García, y aseguró que seguirá adelante con la organización independiente que impulsó su esposo, conocida como el “Movimiento del Sombrero”.
“Hoy le digo al pueblo de Uruapan que no decaigamos, que nos levantemos como a él le hubiese gustado. Que luchemos, que defendamos a nuestros hijos con uñas y dientes”, agregó.
La visita a Uruapan del gobernador oficialista de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, generó indignación entre algunos pobladores, que entre gritos le exigieron que se retirara y lo insultaron.
Meses antes, Manzo Rodríguez había criticado duramente las políticas de seguridad de Ramírez Bedolla, y había acusado a la policía estatal de no actuar para detener a los distintos grupos criminales que operan en Michoacán. Entre ellos están los poderosos Cártel Jalisco Nueva Generación y la Familia Michoacana, a los que Washington designó “organizaciones terroristas” en febrero.
Las protestas por el asesinato del alcalde se extendieron a Morelia, capital de Michoacán, donde manifestantes realizaron una marcha contra Ramírez Bedolla, y un grupo atacó el palacio de gobierno y derribó una de las puertas del antiguo edificio. La policía tuvo que intervenir para contener a los manifestantes, lanzándoles gases lacrimógenos.
El Bukele mexicano
Manzo Rodríguez inició su carrera política en 2021 de la mano del partido gobernante Morena, con el cual llegó al Congreso como diputado federal por Michoacán.
Rápidamente el político, que acostumbraba portar sombreros, alcanzó notoriedad por su estilo confrontativo y lenguaje llano, en ocasiones cargado de lenguaje soez.
En noviembre de 2023 fue detenido brevemente por elementos de la policía de Michoacán, luego de que los acusó de intentar extorsionar a una mujer.
En 2024 se distanció de Morena y solicitó una licencia para competir de manera independiente por la alcaldía de su natal Uruapan, la cual ganó a mediados de ese año en los comicios generales.
Durante su primer año de gestión, Manzo Rodríguez pronunció varios discursos incendiarios contra las políticas de seguridad del estado, y le pidió apoyo a la presidenta Claudia Sheinbaum para enfrentar a los grupos criminales en Uruapan.
Durante un acto público en septiembre, el alcalde interpeló directamente a las organizaciones criminales y les exigió cesar los ataques a la población.
“Si ustedes no se aplacan, aquí puede haber un levantamiento en armas porque mucha gente ya está cansada", declaró. "Si no se pone orden aquí en Uruapan, pronto a nivel nacional se escuchará un levantamiento fuerte de voz de justicia, y si es necesario hasta de armas".
Por discursos como ese y su política de “mano dura” contra los criminales, algunos comenzaron a llamarlo el "Bukele mexicano”, en alusión a las severas medidas de seguridad del mandatario salvadoreño Nayib Bukele.
La marca de la violencia en Michoacán
Michoacán es uno de los estados más violentos de México. Varios cárteles y grupos delictivos luchan por el control de su territorio para la distribución de drogas y la comisión de otros delitos.
Aunque las autoridades estatales aseguran que en el primer semestre de este año disminuyeron 17% los homicidios en Michoacán, en comparación con el mismo período de 2024, al pasar los casos de 713 a 592, los recientes asesinatos de los alcaldes Manzo Rodríguez y Bastidas, del periodista Mauricio Cruz Solís y del líder de los productores de limón del municipio de Apatzingán, Bernardo Bravo, generan una percepción diferente.
“Estamos muy consternados”, dijo entre lagrimas Rosa Ana Bejarano Zavala, una maestra de Uruapan de 46 años, mientras intentaba consolar a su hijo, que no cesaba de llorar tras el asesinato del alcalde. “Es un reflejo de lo que vivimos cada día. Mi hijo también lo siente... queremos que México cambie, tenemos la esperanza de que México cambie”.





