El desánimo se cierne sobre los soldados de Ucrania mientras la guerra contra Rusia continúa

Samya Kullab
Lunes, 18 de diciembre de 2023 18:00 EST
UCRANIA-GUERRA-PESIMISMO INVERNAL
UCRANIA-GUERRA-PESIMISMO INVERNAL (AP)

Un estado de ánimo sombrío se cierne sobre los soldados de Ucrania casi dos años después de que Rusia invadió su país.

A pesar de una decepcionante contraofensiva este verano y de señales de vacilación en el apoyo financiero de los aliados, los soldados ucranianos dicen que siguen férreamente decididos a ganar. Pero a medida que se acerca el invierno, les preocupa que Rusia esté mejor equipada, y se sienten frustrados por estar otra vez a la defensiva en una guerra agotadora. Algunos dudan del criterio de sus líderes.

El descontento entre los soldados ucranianos —que antes era extremadamente raro y se expresaba sólo en privado— es ahora más común y está a la vista.

En la ciudad sureña de Jersón, donde Ucrania lanza ataques contra efectivos rusos bien armados al otro lado del río Dniéper, los soldados se preguntan por qué estas operaciones anfibias difíciles no fueron implementadas hace meses, en un clima más cálido.

“No entiendo”, dijo un comandante de la unidad antidrones de la 11ma Brigada de la Guardia Nacional, a quien en el campo de batalla le llaman Boxer. “Ahora es más difícil y hace más frío”.

“No sólo yo lo siento así, muchas unidades piensan lo mismo”, agregó Boxer, quien habló con la condición de que sólo se usara su sobrenombre.

Rusia, que se anexó ilegalmente la península de Crimea en 2014, controla aproximadamente una quinta parte de Ucrania. Tras 22 meses de guerra, en esencia los dos países se encuentran en un punto muerto a lo largo de la línea del frente, de 1.000 kilómetros (620 millas) de longitud.

Las fuerzas rusas pretenden introducirse aún más en el este de Ucrania este invierno, dicen analistas, para que el presidente ruso Vladímir Putin pueda mencionar ese impulso mientras hace campaña para ser reelegido, un desenlace que casi seguramente ocurrirá. Envalentonado por los recientes avances en el campo de batalla, Putin dijo la semana pasada que sigue plenamente comprometido con la guerra y criticó a Ucrania por “sacrificar” soldados para demostrar éxito ante sus patrocinadores occidentales.

En Estados Unidos, que ya ha gastado unos 111.000 millones de dólares para defender a Ucrania, el presidente Joe Biden aboga para que se asignen 50.000 millones de dólares adicionales en ayuda. Pero los legisladores republicanos se resisten a otorgar más apoyo, en un momento en que algunos legisladores en Europa están indecisos con respecto a proporcionar otros 50 mil millones de dólares a Kiev, tras no haber cumplido con entregarle las municiones prometidas.

“La razón por la que los ucranianos se sienten desanimados es que, según sienten ahora, no sólo no les ha ido bien este año ... sino que saben que la ofensiva de los rusos está mejorando”, dijo Richard Barrons, exgeneral del ejército británico. “Ven lo que está pasando en el Congreso (de Estados Unidos), y ven lo que pasó en la UE”.

Ucrania podría estar a la defensiva este invierno, pero sus líderes militares dicen que no tienen intención de cejar en la lucha.

“Si no tenemos ni una sola bala, los mataremos con palas”, dijo Serhii, comandante de la 59na Brigada, activa en la ciudad oriental de Avdiivka, y quien habló a condición de que sólo se usara su nombre de pila. “Por supuesto, todo el mundo está cansado de la guerra, física y mentalmente. Pero imagina si nos detenemos: ¿qué pasaría después?”

ÁNIMO SOMBRÍO

La fatiga y la frustración en el campo de batalla se reflejan en la capital ucraniana, Kiev, donde recientemente han salido a la luz desacuerdos entre los líderes.

El mes pasado, el presidente Volodymyr Zelenskyy cuestionó públicamente la evaluación de Valery Zaluzhny, jefe militar de Ucrania, de que la guerra se encontraba en un punto muerto. Y el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, ha arremetido repetidamente contra Zelenskyy, alegando que tiene demasiado poder.

El desasosiego en los pasillos del poder parece haberse filtrado hasta los soldados rasos, que cada vez más tienen dudas sobre la ineficiencia y la toma de decisiones fallida dentro de la burocracia de la que dependen para que los mantenga bien armados para luchar.

En la región de Zaporiyia, en el sur de Ucrania, donde el impulso para atacar se ha desacelerado desde la contraofensiva del verano, los drones se han convertido en una herramienta de guerra crucial. Permiten a los soldados vigilar —y contener— a las fuerzas rusas mientras llevan a cabo operaciones peligrosas y minuciosas para despejar campos minados y consolidar ganancias territoriales. Pero los combatientes allí se quejan de que el ejército ha sido demasiado lento para entrenar a operadores de drones.

Tomó siete meses obtener la documentación necesaria de varias agencias gubernamentales para capacitar a 75 hombres, dijo Konstantin Denisov, un soldado ucraniano.

“Perdimos el tiempo para nada”, dijo. Los comandantes en otros lugares se quejan de que no tienen suficientes soldados, o de demoras en la reparación de drones, lo que interrumpe las misiones de combate.

Rustem Umerov, ministro de Defensa, insiste en que Ucrania tiene suficientes soldados y armamento para abastecer la siguiente fase de la guerra.

“Somos capaces y podemos proteger a nuestra gente, y lo haremos”, dijo a The Associated Press. “Tenemos un plan y nos apegamos a ese plan”.

CAMBIO HACIA LA DEFENSIVA

El impulso limitado que tuvieron las fuerzas ucranianas durante su contraofensiva de verano se ha desacelerado, desde los bosques del noreste hasta los centros urbanos del este y las fangosas tierras de cultivo del sur.

Mientras Rusia espera tomar la iniciativa este invierno, Ucrania se concentra principalmente en conservar su posición, según entrevistas con media docena de comandantes militares a lo largo de la vasta línea del frente.

A pesar del terreno húmedo y lodoso que dificulta el movimiento de tanques y otras armas pesadas, el ejército ruso ha reforzado sus fuerzas en la región oriental de Donetsk, donde recientemente ha intensificado sus maniobras ofensivas.

“El objetivo principal para el invierno es perder la menor cantidad posible de gente”, dijo Parker, comandante ucraniano de un batallón mecanizado cerca de Bájmut, quien pidió usar sólo su sobrenombre de batalla para poder hablar con libertad. Bájmut es una ciudad del este de Ucrania que las fuerzas rusas tomaron después de meses de intensos combates.

“Tenemos que ser claros”, agregó Parker. “En el invierno no es posible liberar Donetsk ni Bájmut porque ellos tienen demasiados (combatientes)”.

Los analistas dicen que Ucrania incluso podría verse obligada a ceder este invierno zonas de territorio previamente recuperadas, aunque es probable que Moscú pague un precio alto por ello.

“Si Rusia sigue atacando, el resultado más probable es que obtendrá algunas ganancias territoriales muy marginales, pero sufrirá enormes bajas por hacerlo”, dijo en Londres Ben Barry, investigador sénior del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, un grupo de investigación de seguridad internacional, riesgos políticos y conflictos militares.

DRONES Y HOMBRES

Algunos comandantes ucranianos a lo largo de la línea del frente dicen que carecen de los combatientes y la potencia de fuego necesarios para mantener a raya a las aparentemente interminables oleadas de soldados rusos de infantería mientras fortifican sus defensas para proteger a los soldados. Eso otorga cada vez más importancia a los drones de ataque, un arma, dicen, con la que Rusia está mejor equipada actualmente.

De hecho, aunque los soldados ucranianos han demostrado ser ingeniosos e innovadores en el campo de batalla, Moscú ha ampliado drásticamente su industria de defensa en el último año, fabricando vehículos blindados y proyectiles de artillería a un ritmo que Ucrania no puede igualar.

“Sí, están delante de nosotros en términos de suministro”, dijo Boxer, el comandante en Jersón, que atribuyó a los drones rusos el tener mayor alcance y software más avanzado. “Permite que el dron se eleve 2.000 metros, que evada los inhibidores de señales”, señaló, mientras que los drones ucranianos “sólo pueden volar a 500 metros (de altitud)”.

Esto representa un problema para sus soldados, que se han visto limitados en su capacidad para atacar blancos rusos al otro lado del río Dniéper. Para a la larga poder desplegar armamento pesado, como tanques, primero Ucrania necesita hacer retroceder a las fuerzas rusas para erigir puentes de pontones. Hasta que no reciban más drones, esto no será posible, dijo Boxer.

“Estamos a la espera de armas que se suponía recibiríamos hace meses”, agregó.

Para sostener la lucha, Ucrania también tendrá que movilizar más hombres.

En las ciudades nororientales de Kupiansk y Lyman, las milicias rusas han desplegado una gran fuerza con el objetivo de recapturar territorio perdido.

“Simplemente están debilitando nuestras posiciones y fortificaciones, hiriendo a nuestros soldados, y por lo tanto los obligan a abandonar el campo de batalla”, explicó Dolphin, un comandante en el noreste quien sólo aceptó ser citado con su sobrenombre de batalla.

Dolphin dice que no ha podido reponer personal suficiente. “Puedo decir que, en lo que respecta a mi unidad, estamos preparados al 60%”, dijo.

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