El cambio climático favorece que el escarabajo descortezador destruya abetos del norte de Alemania

Matthias Schrader,Dana Beltaji
Miércoles, 09 de agosto de 2023 22:11 EDT

Enclavada en los abetos de las montañas Harz del norte de Alemania se encuentra una plaga que se alimenta de corteza y que no es mucho más grande que una semilla de ajonjolí.

Conocidos como “impresores de libros” por las líneas que se comen de la corteza, que se extienden a partir de una sola columna y se asemejan a palabras sobre una página, estos escarabajos de ocho dientes siempre han formado parte del bosque local. Las autoridades prevén que normalmente maten algunos abetos cada verano a medida que hallan árboles adecuados para poner sus huevos: se introducen al cambium del árbol, o capa de crecimiento, impidiéndole obtener los nutrientes que necesita para sobrevivir.

Pero los pequeños insectos han estado provocando una devastación descomunal en los bosques en años recientes, y las autoridades luchan para controlar la plaga antes de que la población de abetos sea diezmada completamente. Dos terceras partes de los abetos de la región ya han sido destruidos, dijo Alexander Ahrenhold de la oficina forestal estatal de la Baja Sajonia, y a medida que el cambio climático provocado por el hombre hace que la región sea más seca y que los árboles sean hogares más favorables para las larvas de los escarabajos, los ambientalistas se preparan para lo peor.

“Desde 2018 hemos tenido veranos extremadamente secos y elevadas temperaturas, por lo que casi todos los árboles han tenido problemas”, señaló Ahrenhold. Los abetos en particular necesitan mucha agua, y el tener menos de la que requieren debilita sus defensas, por lo que no pueden producir su repelente natural a base de resina, indicó.

A medida que el planeta se calienta, las sequías más largas están volviéndose más comunes en todo el mundo, y las temperaturas más elevadas también están secando la humedad en la tierra y las plantas.

Y aunque los escarabajos tienden a atacar árboles debilitados, en años secos la población puede reproducirse tanto “que los escarabajos incluso pudieron atacar abetos saludables en grandes cantidades”, dijo. “En algunas regiones ya no hay abetos”.

Los expertos dicen que no hay una solución fácil, pero los administradores de los bosques trabajan para retirar lo más pronto posible árboles que pudiesen ser susceptibles a los escarabajos, y usan insecticidas cuando se requieren.

Michael Müller, presidente de Protección Forestal en la Universidad Técnica en Dresde, dijo que hay “requisitos muy estrictos para el uso de pesticidas” que pueden ser muy eficaces en eliminar a los escarabajos, aunque en ocasiones esas sustancias químicas son mal vistas por sus posibles efectos secundarios dañinos sobre el medio ambiente.

“Desde luego que es preferible sacar del bosque la madera sin tratar y enviarla para reciclaje, o almacenarla en áreas que no están en peligro fuera del bosque”, dijo, pero hizo notar que eso requiere una operación logística por separado. En el caso de árboles que aún están de pie, señaló, realmente no es posible quitarles los escarabajos.

Müller indicó que las medidas de conservación del bosque “en ocasiones pueden llevarse décadas desde que se implementan hasta que surten efecto”, y otros factores, como las tormentas y la sequía, y otras especies, como animales de caza y ratones que también pueden obstaculizar el crecimiento de plantas, en potencia son más dañinos para el bosque a largo plazo que el escarabajo descortezador.

Pero dijo que las labores de conservación se ven limitadas por factores externos, como el clima cambiante.

“Después de todo, no podemos irrigar los bosques”, manifestó.

A largo plazo, el entremezclar otras especies de árboles en el bosque podría ser una solución, señaló Ahrenhold. “Tiene sentido plantar otras coníferas que puedan enfrentar mejor estas condiciones, en especial en las colinas que dan al sur y en tierra muy seca”, dijo.

El hecho de que haya demasiados abetos en las montañas Harz es resultado de siglos de plantar grandes concentraciones de ese árbol, según Richard Hölzl, historiador ambiental de la Universidad de Goettingen y del Museo de los Cinco Continentes en Munich.

“Clausthal-Zellerfeld es un ejemplo destacado de un área minera en las Harz donde desde muy pronto intentaron establecer la reproducción artificial de los abetos de forma que estuvieran disponibles para trabajos de construcción de minas", dijo Hölzl.

En el siglo XIX las autoridades se percataron que plantar sólo un tipo de árbol una y otra vez no era una buena idea desde el punto de vista ecológico, pero “la economía contrarrestó esa comprensión porque el abeto era una especie sumamente atractiva”, señaló. El abeto era el árbol preferido para la silvicultura industrial, los molinos de papel y la obtención de pulpa.

De todas formas, si no fuera porque el clima está más cálido y seco debido al cambio climático, los escarabajos descortezadores no estarían floreciendo en todos esos abetos.

“Hay una prehistoria larga, larga, pero ahora también está el cambio (climático)”, agregó Hölzl. “Realmente no podemos culpar de eso a nuestros antepasados”.

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La cobertura climática y ambiental de The Associated Press recibe apoyo de varias fundaciones privadas. La AP es la única responsable de todo el contenido.

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