Diez años después de que el Estado Islámico declaró su califato, está derrotado pero aún es letal
Una década después de que el grupo islamista Estado Islámico declaró la creación de su califato en amplias partes de Irak y Siria, los extremistas ya no controlan ningún territorio, han perdido muchos líderes destacados y en su mayor parte han desaparecido de los titulares noticiosos mundiales.
De todas formas, el grupo sigue reclutando miembros y adjudicándose la responsabilidad de atentados mortales en diversas partes del mundo, incluidas operaciones letales en Irán y Rusia este año que dejaron gran cantidad de muertos. Sus células durmientes en Siria e Irak aún llevan a cabo ataques contra fuerzas gubernamentales en ambos países y contra combatientes sirios respaldados por Estados Unidos, en una época en que el gobierno de Irak está negociando con Washington un posible retiro de las fuerzas estadounidenses.
El grupo que solía atraer a decenas de miles de combatientes y simpatizantes de todo el mundo para que acudieran a Siria e Irak, y en su momento de mayor éxito gobernaba un área de la mitad del tamaño del Reino Unido, era notorio por su brutalidad. Decapitó a civiles, masacró a 1.700 soldados iraquíes capturados en un breve período, y esclavizó y violó a miles de mujeres de la comunidad yazidí, una de las minorías religiosas más antiguas de Irak.
“Daesh sigue siendo una amenaza para la seguridad internacional”, dijo a The Associated Press el mayor general J.B. Vowell del ejército de Estados Unidos, el general al mando de la Fuerza Conjunta Combinada - Operación Inherent Resolve. Daesh es el acrónimo en árabe del grupo Estado Islámico.
“Mantenemos nuestra intensidad y determinación para combatir y destruir cualquier remanente de grupos que compartan la ideología de Daesh”, declaró Vowell.
En años recientes, las ramas del grupo se han fortalecido en diversas partes del mundo, principalmente en África y Afganistán, pero se cree que sus líderes están en Siria. Los cuatro líderes del grupo que han muerto desde 2019 fueron perseguidos y localizados en Siria.
En 2013, Abu Bakr al-Baghdadi, en ese entonces líder del grupo Estado Islámico en Irak, una ramificación de Al Qaeda, se distanció de la red global de Al Qaeda y se enfrentó con su rama en Siria, en ese entonces llamada Frente Nusra. El grupo se renombró Estado Islámico en Irak y el Levante y lanzó una campaña militar durante la cual capturó amplias partes de Siria e Irak.
En junio de 2014, el grupo obtuvo el control de la ciudad de Mosul en el norte de Irak, la segunda más grande del país, mientras el ejército iraquí se desmoronaba. Más adelante ese mes, abrió la frontera entre áreas que controlaba en Siria e Irak.
El 29 de junio de 2014, Al-Baghdadi se presentó vestido con una túnica negra para pronunciar un sermón desde el púlpito de la Gran Mezquita de Al-Nuri en Mosul, en la cual declaró la existencia de un califato y exhortó a los musulmanes de todo el mundo a jurar lealtad a él y obedecerlo en calidad de su líder. Desde entonces el grupo se hace llamar Estado Islámico.
“El sermón de Al-Baghdadi —una extensión de la ideología extremista de Abu Musab al-Zarqawi— continúa inspirando a miembros de ISIS en todo el mundo”, dijo Myles B. Caggins III, oficial retirado del ejército de Estados Unidos, investigador sénior no residente en el New Lines Institute —un centro de investigación apartidista y sin fines de lucro con sede en Washington, D.C.— y exvocero de la Coalición Global para Derrotar a ISIS, refiriéndose a las antiguas siglas del Estado Islámico. Hablaba de Abu Musab al-Zarqawi, líder de Al Qaeda en Irak que murió a consecuencia de un ataque estadounidense en 2006.
Desde el autodeclarado califato, el grupo planeó ataques letales en diversas partes del mundo y llevó a cabo homicidios brutales, incluida la decapitación de periodistas occidentales, el prenderle fuego a un piloto jordano encerrado en una jaula días después de que su avión de combate fuera derribado, y ahogar a opositores en piscinas tras encerrarlos en jaulas de metal gigantes.
Se formó una coalición de más de 80 países, encabezados por Estados Unidos, para combatir al EI. Una década después, esa alianza sigue llevando a cabo redadas contra los escondites de los combatientes de este grupo en Siria e Irak.
La guerra contra el EI concluyó oficialmente en marzo de 2019, cuando milicianos de las Fuerzas Democráticas Sirias encabezadas por los kurdos y respaldadas por Estados Unidos capturaron el poblado de Baghouz en el este de Siria, la última franja de territorio que aún controlaban los extremistas.
Antes de la pérdida de Baghouz, el EI fue derrotado en Irak en julio de 2017, cuando fuerzas iraquíes capturaron la ciudad norteña de Mosul. Tres meses después, el EI sufrió un duro golpe luego de que las FDS capturaron la ciudad de Raqqa, en el norte de Siria, que era la capital de facto del grupo.
Naciones Unidas dice que el EI aún tiene entre 5.000 y 7.000 combatientes en Siria e Irak.
De todas formas, al menos en Irak, funcionarios gubernamentales y militares han dicho que el grupo está demasiado debilitado para escenificar una recuperación.
“No es posible para (el EI) alegar de nuevo que tiene un califato. No tienen el mando ni las capacidades de control para hacer eso”, le dijo el general de división del ejército iraquí Tahsin al-Khafaji a la AP en la sede del Mando Conjunto de Operaciones Especiales en Bagdad, donde funcionarios iraquíes y oficiales de la coalición encabezada por Estados Unidos supervisan operaciones contra los extremistas.
El mando, que fue formado para encabezar operaciones contra el grupo semanas después de que se declaró la existencia del califato, sigue activo.
Al-Khafaji dijo que ahora el EI está formado de células durmientes en cuevas y el desierto en áreas remotas, ya que las fuerzas de seguridad iraquíes las persiguen constantemente. Durante los primeros cinco meses del año, señaló, fuerzas iraquíes efectuaron 35 ataques aéreos contra el EI y mataron a 51 de sus miembros.
En la misma sede del mando, Sabah al-Noman del Servicio Iraquí de Combate al Terrorismo dijo que, habiendo perdido su control sobre Irak, el grupo islamista está enfocado principalmente en África, especialmente en la región del Sahel, para intentar tener presencia allí.
“No les es posible tomar control de un poblado, mucho menos una ciudad iraquí”, señaló. Dijo también que la coalición encabezada por Estados Unidos sigue realizando reconocimiento y vigilancia con el fin de proporcionarles datos de inteligencia a las fuerzas iraquíes, y las fuerzas de seguridad “manejan esta información directamente”.
Aunque el EI parece estar bajo control en Irak, ha matado a docenas de elementos de las fuerzas gubernamentales y combatientes de las FDS en los últimos meses en Siria.
“Las células terroristas de Daesh continúan sus operaciones terroristas”, dijo Siamand Ali, portavoz de las FDS. “Están presentes en el terreno y trabajan a niveles más altos que los de años anteriores”.
En el noreste de Siria, milicianos de las FDS vigilan a unos 10.000 combatientes del EI capturados en aproximadamente dos docenas de instalaciones de detención, incluidos 2.000 extranjeros cuyos países de origen se han negado a repatriarlos.
Las FDS también supervisa a unos 33.000 familiares de presuntos combatientes del EI, en su mayor parte mujeres y niños en el fuertemente resguardado campamento Al-Hol, considerado un centro de crianza para extremistas futuros.
Su peor ataque desde la derrota del grupo ocurrió en enero de 2022, cuando los extremistas atacaron la prisión Gweiran, o Al-Sinaa, una instalación operada por los kurdos en el noreste de Siria en la que están encerrados miles de combatientes del Estado Islámico. El ataque derivó en 10 días de combates entre milicianos de las FDS y miembros del EI que dejaron casi 500 muertos de ambos bandos, antes de que las FDS lograran controlar la situación.
Caggins dijo que la “asesoría y orientación militar” que proporciona la coalición encabezada por Estados Unidos a los milicianos kurdos iraquíes y las FDS “es esencial para mantener el dominio contra los remanentes del ISIS, al igual que para impedir que escapen más de 10.000 detenidos del ISIS en cárceles improvisadas y campamentos en Siria”.
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Mroue reportó desde Beirut.