Conversaciones entre junta de Níger y el bloque regional dan pocos avances, según un funcionario

Sam Mednick
Domingo, 20 de agosto de 2023 05:42 EDT
NÍGER-GOLPE
NÍGER-GOLPE (AP)

Los soldados amotinados en Níger están presionados por sanciones regionales por negarse a reinstaurar al presidente del país, al que derrocaron hace casi un mes, y temen ser blanco de ataques de Francia, según un funcionario.

El funcionario habló con The Associated Press bajo condición de anonimato tras la reunión del sábado entre el nuevo régimen militar y una delegación del bloque regional, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO).

La conversación de unas dos horas para buscar una solución pacífica a la crisis del país ofreció pocos avances y poca certidumbre sobre los próximos pasos, señaló el funcionario. Era la primera vez que el líder de la junta, el general Abdourahmane Tchiani, se reunía con la delegación tras rechazar los intentos anteriores.

El encuentro era un último intento diplomático del bloque de resolver la crisis de forma pacífica, tras el anuncio la semana pasada de que 11 de sus 15 miembros habían aprobado una intervención militar si el presidente elegido en las urnas, Mohamed Bazoum, no era liberado de su arresto domiciliario y reinstaurado en el cargo.

Los otros tres países del bloque - Guinea, Mali y Burkina Faso -, que tienen gobiernos militares después de sendos golpes de Estado, no fueron incluidos. Los dos últimos habían advertido antes de que considerarían una intervención en Níger como un acto de guerra.

La CEDEAO ordenó el 10 de agosto el despliegue de una “fuerza de reserva” para que entrara en Níger y restaurase el orden constitucional. No estaba claro cuándo o siquiera si las tropas intervendrían.

Durante la reunión, Tchiani presionó para que se levantaran las sanciones económicas y a los viajes impuestas por la CEDEAO tras el golpe y dijo que la población nigerina sufría por esas medidas, aunque no se mostró dispuesto a hacer muchas concesiones a cambio, dijo el funcionario. La junta dijo estar presionada, en ocasiones se mostró conciliadora y pidió disculpas por agravios previos al bloque, aunque se mantuvo firme en su decisión de deponer a Bazoum y no dejó opción a que el mandatario regresara al poder, añadió el funcionario.

Tchiani también expresó en varias ocasiones su preocupación porque Francia, la antigua potencia colonial del país y que tiene unos 1.500 soldados allí que prestaban instrucción y hacían operaciones conjuntas con el ejército nigerino, estuviera planeando un ataque, según el funcionario.

Muchos países occidentales consideraban a Níger como el último socio democrático en la región con el que podían trabajar para combatir una insurgencia yihadista de grupos armados asociados a Al Qaeda y el grupo Estado islámico. Francia, Estados Unidos y otros países europeos han invertido cientos de millones de dólares a reforzar el ejército nigerino, y el golpe se interpretó como un importante revés.

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