Alumnos ocupan un edificio de la Universidad de Columbia en las protestas contra la guerra en Gaza
Docenas de manifestantes ocuparon la madrugada del martes un edificio de la Universidad de Columbia en Nueva York, colocaron barricadas en los accesos y colgaron una bandera palestina en una ventana, en una nueva escalada de las manifestaciones contra la guerra entre Israel y Hamás que se han extendido a campus universitarios de todo Estados Unidos.
Imágenes de video mostraban a inconformes en el campus de Manhattan de Columbia con los brazos entrelazados ante el Hamilton Hall la madrugada del martes y cargando muebles y barricadas de metal hasta el edificio, uno de los que fueron ocupados durante una protesta por los derechos civiles y contra la guerra de Vietnam en 1968. Publicaciones en una cuenta de Instagram de organizadores de la protesta poco después de la medianoche instaban a la gente a proteger el campamento y sumarse a ellos en el Hamilton Hall.
La emisora de radio estudiantil WKCR-FM cubrió paso a paso la toma del edificio, ocurrida unas 12 horas después del plazo límite de las 2 de la tarde del lunes para que los manifestantes abandonaran un campamento de unas 120 carpas bajo amenaza de suspensión. Los representantes de la universidad no respondieron en un primer momento a emails pidiendo comentarios la madrugada del martes.
Universidades de todo Estados Unidos trataban de encontrar la forma de desalojar los campamentos antes de las inminentes ceremonias de graduación. Algunas seguían en negociaciones mientras otras recurrían a la fuerza y los ultimátum, que han producido choques con la policía. Docenas de personas fueron detenidas el lunes en protestas en universidades de Texas, Utah y Virginia, mientras que Columbia dijo unas horas antes de que se ocupara el edificio Hamilton que había empezado a suspender a alumnos.
Los manifestantes denunciaban la guerra entre Israel y Hamás y su creciente cifra de muertos, mientras el número de detenciones en campus estadounidenses se acercaba al millar en los últimos días del curso. La muestra de indignación está obligando a las instituciones a reconsiderar sus lazos financieros con Israel, así como su apoyo a la libertad de expresión. Algunos estudiantes judíos dicen que las protestas han llegado al antisemitismo y que temen entrar en los campus.
En la Universidad de Texas, en Austin, un abogado informó de al menos 40 inconformes detenidos el lunes. El enfrentamiento representó un agravamiento de la situación en el campus de 53.000 estudiantes en la capital estatal, donde más de 50 manifestantes fueron arrestados la semana pasada.
Más tarde el lunes, docenas de agentes con material antimotines en la Universidad de Utah intentaron desalojar un campamento ante la oficina del presidente de la universidad, una operación que se alargó hasta bien entrada la tarde. La policía sacó a estudiantes a rastras por los pies y las manos, rompió los postes que sostenían las carpas y retuvo con bridas a los que se negaron a marcharse. Diecisiete personas fueron detenidas. La universidad dijo que acampar durante la noche en terrenos del centro estaba prohibido y que se habían dado varias advertencias a los alumnos antes de la intervención policial.
La situación de los estudiantes detenidos se ha convertido en una parte central de las protestas, en las que los estudiantes y un número creciente de profesores exigen una amnistía para los manifestantes. La cuestión es si las suspensiones y los expedientes judiciales seguirán a los estudiantes durante su vida adulta.
Las protestas en Texas y en otros sitios —también en Europa y Canadá— fueron inspiradas por las primeras manifestaciones en Columbia, las cuales han continuado. El lunes, los estudiantes activistas en Columbia desafiaron el plazo de las dos de la tarde para abandonar un campamento. Un puñado de manifestantes opuestos ondeaban banderas israelíes, y uno sostenía un cartel en el que se leía: ”¿Dónde están los cánticos contra Hamás?”.
Aunque la universidad no llamó a la policía para desalojar a los manifestantes, el portavoz de la universidad, Ben Chang, dijo que Columbia había iniciado las suspensiones. Organizadores de las protestas dijeron no estar al tanto de ninguna suspensión para el lunes por la noche.
La manera en que la Universidad de Columbia ha manejado las protestas ha dado pie a querellas a nivel federal.
Una demanda colectiva en nombre de estudiantes judíos alega incumplimiento de contrato por parte de Columbia, afirmando que la universidad no mantuvo un ambiente adecuado para el aprendizaje, a pesar de sus políticas y promesas. También impugna la medida de no impartir clases presenciales e intenta que haya una pronta acción judicial que obligue a Columbia a proporcionar seguridad a los estudiantes.
Mientras tanto, un grupo jurídico que representa a estudiantes propalestinos exhortó a la oficina de derechos civiles del Departamento de Educación federal a que investigue si Columbia está acatando la Ley de los Derechos Civiles de 1964 por la forma en que ellos han sido tratados
Un portavoz de la universidad declinó comentar al respecto.
En un caso excepcional, la Universidad del Noroeste dijo que llegó a un acuerdo con estudiantes y profesores que representan a la mayoría de los manifestantes en su campus cerca de Chicago. Permite manifestaciones pacíficas hasta que concluyan las clases el 1 de junio, requiere el retiro de todas las tiendas excepto una para prestar ayuda, y restringe el área de la manifestación para permitir solamente el ingreso de estudiantes, profesores y otro personal a menos que la universidad apruebe otra cosa.
En la Universidad del Sur de California, los organizadores de un gran campamento se reunieron el lunes con la presidenta de la universidad, Carol Folt. Folt declinó dar detalles pero dijo que había escuchado las preocupaciones de los manifestantes y que el diálogo continuaría el martes.
La USC abrió una controversia el 15 de abril cuando prohibió que el orador representante de los alumnos, que ha apoyado públicamente a los palestinos, hiciera un discurso inaugural alegando motivos de seguridad no especificados por su inusual decisión. Después la institución canceló el discurso del cineasta Jon M. Chu, un antiguo alumno, y declinó entregar títulos honorarios.
La indignación por esas decisiones y las protestas en Columbia inspiraron el campamento y las manifestaciones en el campus la semana pasada, donde 90 personas fueron detenidas por policías antidisturbios. La universidad ha cancelado su acto principal de graduación.
En otros lugares, los administradores han intentado salvar sus ceremonias de graduación y varios han ordenado desalojar los campamentos en los últimos días. Cuando estos intentos han fracasado, los funcionarios han amenazado con medidas disciplinarias, incluida la suspensión, y con posibles detenciones.
Pero los estudiantes se han mantenido firmes en sus posiciones en algunas universidades de alto nivel, como Harvard, la Universidad de Pensilvania y Yale, entre otras. Policías con material antimotines intentaron desalojar un campamento en la Universidad Commonwealth de Virginia el lunes por la noche y chocaron con manifestantes.
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Vertuno informó desde Austin, Texas, y Mattise informó desde Nashville, Tennessee. Periodistas de Associated Press en todo el mundo contribuyeron a este despacho, incluidos Hannah Schoenbaum, Sarah Brumfield, Stefanie Dazio, Christopher Weber, Carolyn Thompson, David Collins, Makiya Seminera y Corey Williams.