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Crece el temor de un sismo devastador en Filipinas; autoridades llaman a mantener la calma

El miedo se apoderó de la población ante la posibilidad de que se produzca un “gran terremoto” días después de que una serie de sismos sacudieran el país; los expertos afirman que no hay motivos para el pánico

Stuti Mishra
Lunes, 27 de octubre de 2025 22:18 EDT
Sismo en Filipinas sacude viviendas mientras familias buscan refugio juntas
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Las autoridades filipinas instaron a la calma después de que el pánico se apoderara de los ciudadanos ante la posibilidad “inminente” de un terremoto de gran magnitud, mientras la nación se recupera de una serie de sismos que han causado daños generalizados en las últimas semanas.

Solo en el último mes, fuertes terremotos sacudieron varias zonas de Filipinas y provocaron daños en edificios, interrupción del suministro eléctrico y decenas de personas heridas. Un terremoto de magnitud 7,4 que sacudió el municipio de Davao Oriental a principios de octubre, hizo que los residentes salieran corriendo a las calles y causó pequeños corrimientos de tierra, cortes de electricidad y grietas estructurales en viviendas y edificios públicos.

En la provincia de Cebú, un seísmo de magnitud 6,9 dañó carreteras y puentes, ante lo cual las escuelas suspendieron las clases para realizar inspecciones de seguridad. También se han sentido temblores menores en Luzón, entre ellos uno de magnitud 5,1 en Zambales y otro de 4,4 en La Unión, que causaron daños menores en casas e iglesias pero no víctimas graves.

Ahora, la probabilidad de un “terremoto devastador” se ha apoderado de la nación, aunque los funcionarios del Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología aseguraron que no había motivos para el pánico.

Se suspendieron las clases durante lo que queda de octubre en la provincia de Laguna ante la “inminencia de terremotos”, según la gobernadora Sol Aragonés, informó el South China Morning Post. Más tarde aclaró que el tiempo libre se utilizaría para “inspeccionar la integridad estructural de los edificios escolares”.

A principios de este mes, 40 estudiantes de secundaria fueron trasladados a la unidad de urgencias de Baguio City tras un terremoto de magnitud 4,4 en la provincia costera de La Unión, según declaró Ted Herbosa, secretario del Departamento de Salud, que calificó el incidente de “histeria colectiva”.

“Estábamos desbordados. Tuvimos que montar tiendas de campaña, pero todos sufrían lo que llamamos síndrome de hiperventilación o histeria. Fue histeria colectiva”, declaró en una sesión informativa pública, según SCMP.

Un importante estudio dirigido por una agencia gubernamental estimó que un seísmo de magnitud 7,2 a lo largo de la falla del Valle Occidental (parte del Sistema de Fallas del Valle de Marikina, en Filipinas) podría causar unas 34.000 muertes, más de 100.000 heridos y graves daños a cientos de miles de edificios y viviendas en toda la región de la capital.

Una falla es una fractura o zona de fracturas entre dos bloques de roca. Las fallas permiten que los bloques se muevan unos respecto a otros. Este movimiento puede producirse rápidamente, en forma de terremoto, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.

La falla de West Valley atraviesa o está cerca de zonas densamente pobladas como Ciudad Quezon, Marikina, Pasig, Makati, Taguig y Muntinlupa, y se extiende por Bulacan, Rizal, Cavite y Laguna, lo que la convierte en una de las zonas de mayor riesgo sísmico del país.

El último gran movimiento conocido de la falla se produjo en 1658, y el intervalo de recurrencia —el tiempo entre grandes seísmos— se estima entre 400 y 600 años. Esto significa que los científicos consideran que “debería” volver a moverse en cualquier momento entre 2058 y 2258, aunque sigue existiendo una gran incertidumbre.

Teresito Bacolcol, director del Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología, argumentó que no había motivo para el pánico. Recalcó que los recientes temblores no estaban conectados y que la actividad sísmica en todo el país se mantenía dentro de niveles normales.

“Esto es normal. Es solo que ha habido varios terremotos fuertes que la gente ha sentido últimamente, pero todo es normal”, declaró a la emisora ANC en una mezcla de filipino e inglés.

Varios automovilistas pasan junto a una grieta en la carretera en Tabogon, provincia de Cebú, en el centro de Filipinas
Varios automovilistas pasan junto a una grieta en la carretera en Tabogon, provincia de Cebú, en el centro de Filipinas (AFP/Getty)

Bacolcol afirmó que, aunque es inevitable que se produzca un gran terremoto en la falla en algún momento, no puede predecirse con exactitud. “Por supuesto que hay incertidumbre: más o menos varias décadas. Podría ocurrir antes; por eso decimos que debemos estar preparados para el grande”, declaró a la ANC.

Filipinas registra una media de 30 terremotos al día, la mayoría demasiado pequeños para percibirse, porque se encuentra en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas de mayor actividad sísmica del mundo.

Traducción de Michelle Padilla

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