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Prórroga de frágil tregua en Sudán no frena los combates

Fuertes explosiones y tiroteos sacuden parte de la capital de Sudán, Jartum, y de la vecina ciudad de Omdurmán, según residentes, a pesar de la prórroga de una frágil tregua en la guerra de poder entre los dos principales generales del país, que deja cientos de muertos

Samy Magdy
Viernes, 28 de abril de 2023 05:31 EDT
AFR-GEN SUDÁN
AFR-GEN SUDÁN (AP)

Fuertes explosiones y tiroteos sacudieron partes de la capital de Sudán, Jartum, y de la vecina ciudad de Omdurmán a primera hora del viernes, según los residentes, a pesar de la prórroga de una frágil tregua en la guerra de poder entre los dos principales generales del país, que ha dejado cientos de muertos.

La escalada se produjo horas después de que ambas partes aceptasen una ampliación de la tregua por 72 horas, aparentemente para permitir que los gobiernos extranjeros completen la evacuación de sus ciudadanos de la nación africana asolada por el caos.

Las múltiples treguas breves alcanzadas hasta ahora no frenaron los combates, pero han creado las condiciones para que decenas de miles de sudaneses huyan a zonas más seguras y para que los países extranjeros puedan sacar a miles de sus ciudadanos por tierra, mar y aire.

La tregua seguía siendo delicada el viernes.

El Ministerio de Defensa de Turquía dijo que “se dispararon armas ligeras” contra un avión C-130 que se dirigía a Wadi Sayidna, a unos 22 kilómetros (14 millas) al norte de Jartum, para evacuar a ciudadanos turcos. La aeronave aterrizó sin problemas, indicó el departamento en un tuit, y no se registraron heridos.

El ejército de Sudán culpó a las Fuerzas de Apoyo Rápido, el grupo paramilitar rival, del incidente. Las FAR no realizaron comentarios de inmediato.

Los residentes reportaron intensos combates en el exclusivo barrio de Kafouri de la capital, donde el ejército ya había recurrido a aviones de guerra para bombardear a las fuerzas rivales.

También se reportaron choques en las inmediaciones del cuartel general del ejército, del Palacio Republicano y del aeropuerto internacional de Jartum, zonas conflictivas desde el inicio de los enfrentamientos el 15 de abril.

“En las calles de Kafouri se escuchan potentes explosiones y disparos constantes”, afirmó Abdalla, un residente en el vecindario que pidió ser identificado solo por su nombre por motivos de seguridad.

En Omdurmán, en la otra orilla del Río Nilo, un grupo de protesta reportó “constantes explosiones” en el distrito de Karari a primera hora del viernes y pidió a los residentes en la zona que mantengan las precauciones.

Las FAR denunciaron que la aviación militar bombardeó sus posiciones en Omdurmán y Jabal Awliya, al sur de Jartum. El ejército, por su parte, acusó a los paramilitares de iniciar el ataque. No fue posible verificar ninguna de las dos afirmaciones.

La lucha de poder entre el ejército sudanés, encabezado por el general Abdel-Fattah Burhan, y las FAR del general Mohammed Hamdan Dagalo, ha asestado un duro golpe a las esperanzas de Sudán para una transición democrática.

Los generales llegaron al poder tras un levantamiento prodemocrático que derivó en la destitución del autócrata Omar al-Bashir en abril de 2019. En 2021, unieron fuerzas en un golpe de Estado que sacó del poder a un gobierno formado por civiles y militares respaldado por Occidente.

Los combates han sumido aún más al país, y especialmente a su capital, en el caos, con decenas de miles de personas huyendo por seguridad. Muchos fueron a la frontera norte con Egipto o a la ciudad portuaria de Port Sudan, en el Mar Rojo.

Los que se quedaron en Jartum viven en condiciones cada vez peores: la mayoría pasan días atrapados en sus casas por los combates; el agua, la comida y otros servicios escasean y la electricidad está cortada en gran parte de la capital y en otras ciudades.

El sistema de salud está al borde del colapso tras el cierre de docenas de hospitales por los ataques y la falta de electricidad y de personal. Muchas agencias de cooperación han suspendido operaciones y sacaron del país a la mayoría de sus empleados.

Al menos 512 personas, entre civiles y combatientes, han muerto en Sudán desde el 15 de abril, y otras 4.200 resultaron heridas, según el Ministerio de Salud. El Sindicato de Médicos, que monitorea las víctimas, registró la muerte de al menos 303 civiles y otros 1.848 heridos.

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