Civiles desesperados buscan comida, agua y seguridad en Gaza entre advertencias de ofensiva israelí
Los 2,3 millones de civiles de Gaza enfrentaban el domingo una búsqueda cada vez más difícil de comida, agua y seguridad y se preparaban para una inminente invasión una semana después de que milicianos de Hamas realizaran un letal ataque a Israel. Mientras cientos de miles de residentes de Gaza intentaban cumplir la orden israelí de evacuar en torno a la mitad del territorio, otros se cobijaban en hospitales en el norte.
Las fuerzas israelíes, respaldadas por un creciente despliegue de buques estadounidenses en la región, se posicionaron a lo largo de la frontera de Gaza y ensayaban lo que Israel dijo que sería una campaña por aire, tierra y mar para desmantelar al grupo miliciano.
En Israel, patólogos y otras personas en una base militar trabajaron durante el Sabbath judío para identificar a los más de 1.300 israelíes y otras personas asesinadas en el ataque de Hamas del 7 de octubre. El Ministerio de Salud de Gsaza dijo que unas 2.200 personas habían muerto en el territorio, incluidos 724 niños y 458 mujeres.
Israel dejó caer panfletos sobre Ciudad de Gaza en el norte y reiteró sus advertencias en redes sociales para ordenar a más de un millón de habitantes de Gaza que se fueran al sur. El ejército dijo que intentaba alejar a los civiles antes de una campaña concentrada contra milicianos de Hamas en el norte, que incluiría lo que describió como escondites subterráneos en Ciudad de Gaza. Hamas instó a la gente a quedarse en sus casas.
Naciones Unidas y grupos humanitarios dijeron que un éxodo de ese calibre y velocidad, junto con el asedio israelí al territorio de 40 kilómetros (25 millas) de largo, causarían un sufrimiento humano inenarrable.
La Organización Mundial de la Salud dijo que la evacuación “podría equivaler a una sentencia de muerte” para los más de 2.000 pacientes en hospitales norteños, incluidos recién nacidos en incubadoras y personas en cuidados intensivos. Se esperaba que los hospitales de Gaza se quedaran sin combustible para los generadores de energía en los próximos dos días, según Naciones Unidas, que dijo que eso pondría en peligro las vidas de miles de pacientes.
Gaza ya vivía una crisis humanitaria debido a la creciente escasez de agua y material médico provocada por el bloqueo israelí, que obligó a parar a las centrales eléctricas por falta de combustible. Algunas panaderías cerraron y la gente denunció que no podía comprar pan para sus hijos.
En Ciudad de Gaza, Haifa Khamis al-Shurafa se hacinaba en un auto con seis familiares para huir hacia el sur en la oscuridad.
“No nos merecemos esto”, dijo Shurafa antes de dejar su ciudad. “Nosotros no matamos a nadie”.
La orden de evacuación israelí abarca una zona con 1,1 millones de habitantes, en torno a la mitad de la población de Gaza. El ejército israelí dijo que “cientos de miles” de palestinos habían acatado la advertencia y viajado al sur. Dio a los palestinos un margen de seis horas que terminó el sábado por la tarde para viajar de forma segura por Gaza a través de dos rutas principales.
Cientos de familiares de las aproximadamente 150 personas capturadas por Hamas en Israel y trasladadas a Gaza se congregaron ante el Ministerio israelí de Defensa en Tel Aviv para reclamar su liberación.
“Este es mi grito al mundo: por favor, ayuden a traer a mi familia, mi esposa y tres hijos”, dijo Avihai Brodtz de Kfar Azza. Muchos expresaron su descontento con el gobierno y dijeron que no tenían información sobre sus seres queridos.
En un mensaje televisado en todo el país el sábado por la noche, el contraalmirante Daniel Hagari, vocero jefe del ejército, acusó a Hamas de intentar utilizar a los civiles como escudos humanos.
“Pronto vamos a atacar Ciudad de Gaza muy ampliamente”, dijo, sin concretar el momento del ataque.
Israel ha movilizado unos 360.000 reservistas y acumulado tropas y tanques a lo largo de la frontera con Gaza.
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DeBre y Krauss informaron desde Jerusalén. Los periodistas de Associated Press Julia Frankel en Jerusalén, Samya Kullab en Bagdad, Samy Magdy en El Cairo, Kareem Chehayeb en Beirut, Ashraf Sweilam en El-Arish, Egipto, y Matthew Lee en Riad contribuyeron a este despacho.